29.

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Siento como el vehículo desciende hasta que detiene completamente su recorrido. Me estrujo los ojos y observo cómo Damian mantiene los de él cerrados en una posición erguida.

¿No le duele la espalda de estar siempre erguido?

Yo no puedo estar tanto tiempo derecha que de momento me coloco como anciana que cruza la calle.

Me levanto y escucho como el conductor sale del vehículo y abre la parte trasera para ir sacando nuestras cosas. Damian que está a mi lado aún, abre los ojos suavemente y procede a desmontarse y yo le imito.

El conductor le entrega nuestras pertenencias a unas personas que le dan la reverencia a Damian y este les saluda con un asentimiento. Las personas se llevan nuestras maletas y Damian intercambia unas cuantas palabras con el conductor quien para finalizar hace una leve reverencia y se marcha.

— Entremos.— Damian coloca su mano en la parte baja de mi espalda indicándome que comience a caminar con él hacia la entrada de aquel enorme y majestuoso lugar.

— La humildad no es de familia, ya veo.— Este hace una risa seca haciendo que yo le mire seriamente.

— Por favor no hagas otro comentario así cuando veas el interior, quedará corto.— Sin comprender del todo sus palabras, nos adentramos el lugar y claramente mi cara debe de ser un poema en estos momentos.— Cierra la boca, Anya. Se te sale la baba.

Le doy un codazo por su mal chiste e incrédula giro observando todo. Es obvio que no será tan enorme y elegante como el palacio, pero no se le queda detrás si a compararlo vamos. Es más pequeño que el palacio, pero está increíblemente diseñado.

— ¡Damii!.— Una voz chillona me explota los tímpanos y siento como Damian suelta mi mano para rodear completamente a aquella chica que se le ha lanzado encima rodeando sus piernas en su cintura.

Es una chica hermosa, su cabello, su cuerpo, incluso hasta su voz aunque la coloque en ese tono irritante.

— Hola, hermosa Rous.— Sus brazos rodean en su totalidad la cintura de aquella chica que deduzco que debe de ser su prima.

Sigo como tonta de pies aún observando mientras la chica aún no tiene intención de despegarse de mi Damian.

— Rous.— Damian la suelta lentamente a lo que esta se queda pegada a él como una pulga.— Necesito presentarte a alguien, Rous.— Esta hace mohín y niega cómo niña pequeña y yo no puedo evitar sentirme incomoda. Damian la carga para despegarla de él.

— De acuerdo.— Ella ríe, pero inmediatamente se despega de Damian, su mirada recae en mí y se coloca seria espontáneamente.

— Rous, ella es Anya. Es mi pareja.— Damian sonríe, pero su sonrisa se borra al ver cómo ambas nos quedamos observándonos como si hubiese electricidad en nuestras visiones hacia la otra.

En estos momentos me hubiese encantado que dijera que soy su prometida.

— Hola, soy la princesa Rouselia D' Nantte. Un placer, ¿Anya....?.— Trata de forzar una sonrisa, pero es evidente que su mención "princesa" no ha sido aposta.

— Anya Forger, el placer es todo mío.— Le tiendo mi mano a lo que ella enarca una ceja y me mira incrédula.

— Debes hacerme una reverencia, Anya Forger.— Me indica con altivez en su voz, pero me niego a hacer semejante desfachatez a alguien que se le nota que quiere usar su poder para activar su superioridad.

Príncipe DAMIAN. [Damian x Anya] © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora