Príncipe DAMIAN. [Damian x Anya] ©

31.

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Cerca de los aperitivos observo a Damian y a su prima ensimismarse en lo que podría llamarse una civilizada discusión con disimulo incluido. Damian frunce mucho el ceño y por la manera de mirarla tan fríamente hace que ella tenga que hacer gestos como si le diera explicaciones.

— Señorita Forger.— El tío de Damian me saca de mis deducciones y enfoco mi mirada en el.— ¿Gusta acompañarme a bailar esta pieza?

Dudosa, observo el salón y el ambiente y hay muchos invitados con atuendos preciosos que bailan delicadamente y yo lo observo una vez más y asiento con mi cabeza de manera tímida. El rey Donald tiende su mano hacia mi y yo la tomo, me pongo de pies y ambos nos encaminamos hacia el centro.

— Majestad. Disculpe el atrevimiento, pero con todo respeto yo no sé bailar este tipo de género.— Digo de manera sincera a lo cual el ríe suavemente.

— No te preocupes, querida. No nacemos sabiendo, solo haz lo que yo y no te endurezcas.— Confundida y ante su suave risa, yo asiento y le sonrío.

Observo a Damian mientras sigue hablando con su prima sin ver ni una pizca de alguna sonrisa viniendo de ambos, su prima me observa por encima del hombro de Damian de manera sorprendida y Damian al ver su gesto voltea, pero vuelve a enfocar su vista en su prima, pero de repente vuelve a voltear dándose cuenta de que bailo con su tío.

— Quiero pedirle mis más sinceras disculpas a nombre de mi imprudente hija.— Dirijo mi vista ahora hacia el tío de Damian.— No tenemos el derecho para juzgar su origen y su por venir, entiendo su incomodidad y por tal razón, discúlpeme grandemente, señorita Anya.

Mientras me da una suave vuelta y yo trato de aligerarme para seguirle el paso, me dijo estas palabras las cuales notándolo es un hombre bueno, amable y respetuoso, no es para nada similar al padre de Damian. Son muy diferentes.

— No se preocupe, entiendo que lo haya dicho ella, pero de todas formas quería encontrar las palabras correctas para responderle.— Le digo con amabilidad y él asiente con una media sonrisa.

No voy a negar que me incomodó, pero si quería responder a tal cuestión pero con las palabras adecuadas sin tener que entrar a Damian en algún tipo de debate con sus familiares o el consejo.

— ¿Me permite?

Nos detenemos y observo al hombre frente a mi, que me toma de la cintura sin pudor y me hace delirar de lo guapo que está.

— Toda tuya, sobrino.— Dice su tío y sonríe palmándole el hombro.

Damian me toma de la mano y ambos nos movemos con el compás de la suave música.

— ¿De qué hablaban?.— Me pregunta Damian y yo sigo mirándolo embobada.— ¿Anya?

— ¿Qué?.— Pestañeo varias veces.— ¿Qué dijiste?

El sonríe sensualmente.

— Tienes algo aquí.— Señala la comisura de mi boca.— Juro que veía casi una hilera de baba salirte.— Y sonríe espléndidamente.

— Jaja, muy gracioso Desmond.— Le sigo uniéndome a su sonrisa.

— ¿Y?... ¿Qué quería mi tío?.— Me pregunta.