37. lo había olvidado.

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—¿Alo, Edward?

—hola Sophie, ¿Puedes salir? Estoy afuera.— me sorprendió esto y me asome por la ventana y efectivamente. Estaba apoyado en su auto con una expresión muy neutra.

—¿Estás loco?— tome una frazada del sillón y salí rápidamente colgando el celular.— ¿Que haces aquí? ¡Esta congelado!

—lo se, lo sé, es solo que quería verte por lo que pasó el otro día.— abrí los ojos recordando. Los chicos dijeron que era mejor hacerme la loca antes de confesar que yo había lanzado a una persona por el aire.

—ah, no fue... Nada.

—¿Nada? Por favor Sophie, ellos te trataron super mal, incluso como a una ladrona.— se acercó a mí y tomo mi mejilla.— no debes permitir que nadie te pase a llevar, ¿Me oíste?

Sus ojos eran profundos y demandantes, tal y como cuando Ced me regañaba. Quizás fue porque pensé en Cedric el que su tacto se me haya hecho tan familiar, pero no quería dejar de sentir y puse mi mano sobre la suya la cual seguía en mi mejilla.

—estas frío...— trague en seco sin poder dejar de mirarlo. Sus facciones podría decir que eran casi idénticas. Extrañaba tanto decirlo, y era raro, raro el ver a alguien que se te hacía familiar, a alguien que extrañabas porque mi corazón lo único que quería era aferrarse a él aunque mi mente gritaba que no lo era.

—Sophie yo...— guardo unos segundos silencio.— lamento mucho lo que pasó en mi casa.— al notar que era Edward me separé concentrandome en lo que me decía.— no sabía que llegarían y de haber sabido te hubiera llevado a mi habitación, para... P-para que no te tratarán así.

—no fue tu culpa, no creas que estaré molesta contigo. Tu cuchara de helado me fue de mucha ayuda, muchas gracias.— él sonrió y se apoyó en el auto quitándome la frazada de las manos.

—eso me gusta eh, algo bueno que hayas ganado de ese mal tiempo.— la paso por mis hombros y la cruzó en mi cuello.— ¿Sabes? En realidad yo... Vine porque yo quería... Ya sabes, verte.

—¿Verme? ¿Por qué querrías verme?— pregunté confundida.

—ya sabes porque.— me quedé en silencio y suspire.— y si, se que sigues enamorada de ese chico, pero también sé que lo puedes olvid-

—¿Olvidar? ¿Y tú quien te crees para decir que sabes que lo puedo olvidar supuestamente? Escúchame bien, no es solo un chico, y voy a seguir enamorada de él el resto de mis días, así que ni siquiera creas que puedes llegar a compararte o decirme que tú eres más que él y el mágico príncipe azul que puede llegar a salvarme de mis amargos días de tristeza. Tú no eres Cedric, y punto, fin de la conversación.— y sin más le pase la frazada por los hombros.

—hey, hey.— levantó las manos.— no creas que intento ocupar ese lugar, ni tampoco olvidar, he ocupado la palabra incorrecta.— arreglo la frazada y jalo de mi mano para que quedara a su lado y me cubrió.— la palabra era superar, y no en un mal sentido... Uno puede superar a alguien y amarlo más que a nada. Me refiero a que recuerdes lo bueno de esa persona y que en vez de doler te alegre, ¿Entiendes?

—entiendo... Pero es muy luego, te lo juro que lo siento como muy luego. Es difícil recordar con alegría cuando ahora mismo yo... Yo lo extraño.— confesé mirando el piso.— y perdón que lo diga así, pero ni siquiera te veo como un interés amoroso, y no es personal... A nadie puedo ver así después de él y yo.— pare de hablar cuando Edward tomo mi mano.

—lo se, se que no me ves así y no te pido que lo hagas hoy-

—pero de alguna manera lo esperas, y yo no puedo, no quiero Edward.— lo mire a los ojos.— estoy segura de que eres un gran chico, y que muchas chicas-

𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora