𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]

47. un segundo baile.

El día del baile... Uff...

Estuve todo el día pensando en si era lo correcto ir o no. No tenía ganas de nada, solo quería dormir, dormir y comer para seguir durmiendo hasta ordenar mi mente de los pensamientos intrusivos. Sin embargo no le haría algo tan feo a Leonardo.

No tenía vestido, o bueno, no había comprado uno. Cuando saque la caja que tenía guardada en mi armario arriba... Tuve que caminar ocho veces por toda la habitación para prepararme mentalmente. Era el único vestido que tenía, y el que había ocupado con Cedric cuando tuvimos nuestra mágica primera vez. Era mucho que soportar.

Al abrir esa tapa y verlo cubri mi boca en un sollozo. Irónicamente estaba igual que antes, cada detalle del morado vestido que seguía igual, la única que cambió era yo y mi pareja del baile. El vestido me traía tantos recuerdos, sobre todo porque podía recordar a la perfección toda la noche con Cedric, de principio a fin... Desde que llegué a la escalera y lo ví.

Seguía extrañando tanto a Cedric, y me preguntaba si algún día podría recordarlo sin ganas de llorar y con una enorme sonrisa en mi rostro. Lo dudaba.

Me quite la bata y comencé a ponerme el vestido, y sentía que venía cargado de tantas emociones y energías de él. Mi cabello lo deje lacio y ocupe muy poco maquillaje junto a unas sandalias. Me senté en la cama y lo toque, como si al hacerlo pudiera tocar alguna célula de piel muerta de mi chico para sentirlo junto a mi. Me estaba ahogando en el vestido, no podía.

—¡Sophie! ¡Nos vamos!— Benjamín tocó mi puerta.— ¿Estas lista?

¿Estaba lista? No lo sabía... Aún así me obligué a levantarme de mi cama para abrir la puerta. Benjamín palideció de la impresión al recorrerme con la mirada.

—¿Ya está... Lista?— Lawrence abrió la boca mirando directamente mi vestido.

—no... No compre otro vestido, lo siento mucho.— tragué en seco para ver su reacción. Los dos estaban igual de congelados, y esto me hacía sudar de los nervios.

—te ves... Te ves igual de hermosa que la primera vez.— Benjamín sonrió y me ofreció la mano.— ¿Vamos, señorita Smith?

—espera...— tire aire a mi rostro y suspire.— es que... Mierda, me trae tantos recuerdos.— afirme mi estómago.— no sé si pueda...

—puedes, tú puedes Sophie, has podido todo este tiempo.— Lawrence tomo mi mano.— vamos un rato, si a la hora me dices que no puedes más, yo mismo te vengo a dejar.

—exacto, solo dinos.— asentí. Comenzamos a bajar hacia la entrada, y esto me hacía recordar demasiado a cuando baje las escaleras en Hogwarts para llegar a tomar la mano del amor de mi vida. Él me miró como su fuera la más bella, y me hizo sentir como una reina toda la noche, incluso después de entregarme a él sentí que me trataba tan bien... Jamás he sentido que alguien sea tan caballero conmigo.

Cedric era incomparable con cualquiera. Ganaba en todos los sentidos. Carajo, daría todo por un día más con él.

—ya vamos.— aviso Benjamín ya en el auto avanzando. Siempre que pensaba en Cedric era como si activará el modo automático y me quedara navegando en mi mente.— ¿Vas bien, Sophie?

—si, voy... Voy normal.— mire por la ventana los miles de árboles que pasaban por esta. Cada vez estábamos más cerca y sentía que quería correr, mas, sabía que no lo haría.

—y... Hemos llegado.— los tres nos quedamos en el auto mientras el ambiente estaba ligeramente tenso. No quería ir.

—yo... Vi a Beth.— susurró Benjamín.— es hora de que vaya.— y aún así se quedó sentado en el auto.