𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]

58. la revelación.

—esta es una crema muy buena.— dijo Milena, mientras se la untaba en el cuello con cuidado sobre la cama. Sophie se sentía muy consentida, porque Lawrence había hecho sopa y té de miel para ella, y Benjamin había ido a comprar todos sus analgésicos y deliciosos alimentos.— no puedo creerlo.

—Aro... Ese maldito.— gruñó Edward levantándose.

—hey, tranquilo. Yo hablaré con la manada, pero no estoy segura de convencer a todos...— miró a Sophie, y le sonrió.— haré todo lo posible, sé que James aceptará. No sé quién más se sumará.

—gracias.— se sentó con cuidado y cruzó sus piernas.— yo los cuidare, tranquila.

—aja, mejor ocúpate de cuidarte tú.— le entrego su té, haciendo que le diera un sorbo.

—Sophie... Quizás es muy pronto para hablar de esto.— Edward suspiro.— creo que debo empezar a entrenarte yo. Quiero que potencies tus poderes ante la velocidad, no que te hagas veloz y no sepas ocupar tus poderes. No eres una vampira, eres una bruja, la mejor-

—Ced...— se sentó, y seguido carraspeó la garganta.— yo me di cuenta que... No soy competencia.

—amor-

—hey.— tomó su mano, dándole una suave sonrisa que únicamente lo preocupo más.— no soy competencia intentando ser como ellos. No seré lo suficientemente veloz, ni ágil y menos hábil como ustedes. Yo... No soy una vampiro, soy una bruja. Necesito agudizar mis sentidos, entrenar para ser únicamente más habilosa en mis reacciones, pero debo potenciar mis poderes...

—creo lo mismo, esa es la clave.

—Sophie...— Milena la llamo y jugo con sus manos nerviosa.— nosotros le damos cara a los vampiros por agilidad. Podría ayudarte y hacerte una dieta, pero aún así... No me parece buena idea que vayas de frente. No sé si has pensado en... ¿Convertirte?

—Milena, no.— respondió Cedric levantándose. Sophie lo miro extrañada por su tono tan tajante.

—Edward, entiendo que tú y tu familia no muerden a humanos. ¿Pero no te das cuenta donde ha dejado está creencia a Sophie?— la apunto, y él volteo a mirarla, con los labios fruncidos.— no lo diría si no lo creyera necesario, pero en este momento... Me di cuenta. Sophie no pudo hacer nada ante el poder de esos malditos-

—¡Milena! Ya basta. No, es un rotundo no. No podría ser yo quien le robe la vitalidad a Sophie, ¡Es el amor de mi vida!— explico frustrado con los mil fantasmas que hablaban en su cabeza.

—¡¿De tu vida?! Si tú serás inmortal y Sophie no vivirá más de cien años.— gritó molesta.— ¡¿Es esa la razón?! ¡¿UH?!

—¡Sus sentimientos cambiarán, Milena! ¡¿Y quién hará algo si su amor por mi se apaga?! ¡¿Tú o quien lo cambiará?!— Milena abrió los ojos al descubrir la verdadera razón de su negación. No tenía palabras para refutar eso.

—¿Y prefieres que... Qué se muera?

—¡No! ¿Cómo puedes decir eso? Nada va a pasarle a Sophie si yo estoy cerca.

—sabes que ellos irán a por ti primero por ser su protector. Entonces ella quedará sola, ¿Y qué pasará entonces?— sintió un amargor en su boca, obligando a poner una expresión asqueada.— no es solo el amor de tu vida. Sophie tiene hermanos, tiene familia... Nos tiene a todos. No es por su vitalidad, es por egoísmo tuyo.

—¡Ya basta!— pidió en un caso gritó Sophie. Sus pedidos anteriores habían sido muy bajos para ser escuchados por el par.— basta...

—no es egoísmo. La condenaría a vivir un hambre doloroso de sangre, a ser inmortal y vivir escondida del mundo. Su corazón no va a latir, sentirá distinto y yo... No seré quien dicte tal destino para ella.— y con un bufido salió al balcón, y de un solo salto desapareció entre los árboles.