𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]

26. es mi promesa.

—oye Sophie...— Cedric tomo la mano de su novia quien estaba aún acostada con audífonos y admirando el cielo sobre ellos.

—dime Ced...— acarició su mano y la otra fue a las flores que tenían a su alrededor. No hace mucho habían descubierto un lindo prado con flores y no podían parar de ir.

—¿Que haremos cuando salgamos de Hogwarts? Ya sabes, curiosidad.

—yo planeaba comprarme una casita, no muy grande, donde entremos los dos estará bien para mi.— admiro una nube y aprovecho de tomar otra uva y meterla a su boca.— poner una biblioteca combinada con un café porque amo el café con galletitas y pastel. Trabajaré y luego llegaré a acostarme feliz así.— apoyo su cabeza en el pecho del castaño y sonrió.

—me gusta esa idea, ya se que quiero ser. Me gustan las plantas, los vegetales y frutas, seré un cocinero y podré jugar con todo esto y haré ricas comidas para mí novia y futura esposa.— afirmó su cintura.— osea tu, Sophie Diggory, suena muy bien.

—me gusta eso... Me gustaría tener un lago así podríamos bañarnos juntos.

—con tenerte a ti me basta, lo demas es secundario.— puso su audífono nuevamente pero en vez de admirar la belleza del cielo admiro el mejor paisaje que tenía, los ojos de Sophie.

Hay veces en las que no necesitas hablar para poder transmitir los mil y un sentimientos que sientes. Cedric sentía todos sus sentidos cobrar vida haciéndose más sensibles y poniendo toda su atención en ella, solo era ella y no podía imaginar un futuro en el que ella no estuviera.

¿Como llegó a amar tanto a Sophie?

Era con la única quien se podía mostrar cómo realmente era sin ser juzgado o burlado, ella entendía muy bien a todos y la amabilidad reinaba en su corazón. Sophie lo trataba con delicadeza como si el fuera lo más preciado en el mundo y eso siempre lo hacía sentir tan especial que quería que ella se sintiera igual junto a él, ella era especial.

Ella suspiró acomodándose para verlo y llevo su mano a su mejilla para dejar caricias delicadas y sonreír. Su pulgar llegó a sus labios y dio una caricia.

—tus labios son tan suaves que podría disfrutarlos en cualquier lugar de mi cuerpo con felicidad.— se acercó más a el quedando a solo centímetros.— nunca he amado como te amo a ti.

—y yo jamás amaré a otra que no seas tú.— afirmó tomando su mano.— lo prometo.

—mi lindo chico de miel.— se acercó a dejar un beso en la pinta de su nariz.— estaré siempre para ti.

—jamas te faltare un segundo en tu vida, seré el hombre que mereces y podremos ser felices por y para siempre.— la tomo tumbandola encima de él.— ¡Ay Sophie Smith, cuanto te amo!— grito haciéndola reír.

—¿Que haces?

—le grito al mundo que te amo.

—oh... ¡Te amo Cedric Diggory!— grito antes de carcajear y dejar caer sus labios en los de el mirándolo, Cedric saco la lengua y ella se separó riendo.— ¡Eres un sucio!

—¡Ay por favor! Has sentido mi lengua en tu garganta más de una vez ¿De que te quejas?— la atrajo a el metiendo su lengua en su boca y ella acepto gustosa.

Había sentido más que su lengua en su garganta y obviamente no lo decía en serio.

—¿Hacemos el amor en prados ahora?— jugo Sophie y el sonrió acariciando su trasero.

—grr... Me gusta la idea.— jugo volteandola, al mirarla las risas cesaron, ya no era un juego, dejó de ser juego pero no quería follarla ni ella a el, solo... Solo admirarla.— me gustas tú.