𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]

41. una señal.

No sé cómo cambiaron los papeles, ya que ahora era Edward quien me evitaba a toda costa. Intente hablarle y disculparme, pero nada. Él no quería hablar conmigo.

Era nuestra clase juntos, y por más que intente hablarle no funcionó. Lo mejor era esperar a que terminara la clase, pero no pude evitar escuchar la conversación que tenía con su compañera.

—es que no estoy seguro de que me gusten mucho los bailes, Bella.— con que ese era su nombre. Estaban hablando del baile que sería en un mes más.— ¿No que ya te habían invitado?

—oh, lo habían hecho en realidad.— afirmó sonriendo nerviosa.— pero no... No funcionó.

—entonces creo que tendré que pensarlo.— asintió de forma simpática. Ir al baile con Bella, Edward iría al baile con Bella y yo... Yo no quería que eso sucediera.

No podía explicar el por qué, no podía decir que eran celos y no podía reclamar absolutamente nada. Estaba realmente jodida.

—¡Sophie!— me llamo Beth. Me gire hacia ella.— ¿Ya has pensado con quién ir al baile?

—¿Ir al baile?— pregunté.— oh no, yo no voy a bailes.

—¡¿No?! ¡Todos van a los bailes!— tomo mi mano.— debemos ir, si o si.

—primero debes tener pareja, y yo no la tengo.— sonreí cerrando mis libros y ordenando mis cosas.— y tampoco tengo ganas la verdad. adiós.— me despedí corriendo tras Edward.— ¡Hola!

—Sophie.— saludo cerrando su casillero. Se iba a marchar y agarre su mano.

—Edward, quiero hablar contigo.— pedí.— por favor. Me siento muy mal por lo que hice y-

—no tengo tiempo Sophie.— explico.

—es que no lo entiendes, yo en serio siento que te debo una disculpa y-

—¿Ya nos vamos a la... Cafetería?— pregunto Bella.— ¿Interrumpí? En serio lo lamento.— se disculpó apenada. Entendi sola que sobrará en esto.

—no, no interrumpiste nada.— sonreí lo mejor que pude.— adiós chicos.

—Sophie.— Edward apretó mi mano pero logré soltarme con una muy leve descarga de advertencia. Camine tensa y molesta en el sentido contrario. Quería golpear cuatro casilleros y gritar lo más alto que pudiera.

—¡Hey, hey, hey!— Leonardo me paro por los hombros.— Sophie... ¿Vas a matar a alguien?

—¿Por qué lo dices?— pregunté avergonzada.

—te ves muy molesta.— carcajeo pasando un brazo por mis hombros y caminando hacia la cafetería. Íbamos como a cinco metros de Edward y Bella.— ¿Sabes que arregla eso? Un buen desayuno.

—no tengo mucha hambre la verdad.— confesé levemente incómoda por su brazo.— y no quería ir a la cafetería.

—¿Crees que te dejare sin comer?— negó entrando y me sentó en una mesa poniendo frente a mi una bolsa de papel.— yo lo prepare especialmente para ti, porque... Bueno, no lo sé. Me sentiría mal si no lo comes.

—no me gusta comer sola...

—por eso estaré contigo.— puso su bolsa y se sentó a mi lado. Uno de sus amigos se quiso sentar pero él negó.— umh... Bueno, cuéntame qué has hecho.

—yo... No mucho la verdad, te aburririas.— abrí la bolsa y tome un jugo.

—bueno, entonces creo que tendré que ir al grano.— sonrió y rascó su nuca.— se hará un baile y yo... No soy fanático, en realidad no me gustan.