57. negándose a la condena.

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—no... No acepto.— Edward se levantó de la mesa negando.— no van a convertir a mi novia.

—si la amarás le darías la oportunidad de sobrevivir a los vampiros. ¿Qué no viste como la dejaron?— pregunto Rosalie levantándose.— amarla es aceptar que no tiene opción.

—no cuestiones mi amor por esa mujer, porque pasaré la eternidad amándola, aunque no pueda vivir esta con ella. Parte de lo que amo, es su vitalidad, ¿Y me proponen que la condene a una supuesta "vida" de sufrimiento e inhumanidad? Quiero una vida plena y normal para ella, y que viva como se le de la gana. Ella ni siquiera ha pensado en ser lo que soy, y tampoco voy a obligarla.— les dió la espalda negando.— siento que me he vuelto más frío, ya no duermo, no soy... Humano. Mi personalidad cambio, y si la de ella también... Temo que eso pueda implicar un cambio en su amor hacia mi. Soy un egoísta, si, pero también quiero su mayor bienestar.

—y nosostros, Edward. Sabemos lo difícil de la decisión, pero es necesario.— hizo saber Carlisle.

—y mi respuesta es no. No condenare a la inmortalidad a quien amo, a ver cómo todo con quién se encariña muere, a pasar siglos y siglos sobre este mundo.— negó volviendo a mirarlos.— ¿Ustedes no querrían darle la oportunidad de vivir una vida de humanos a quien aman? ¿A qué se llene de experiencias a través del tiempo que sean gratas? ¿A ser viejo, y seguir un ciclo normal de la vida? Pues eso quiero yo, para mí Sophie.

—Alice, tú no has hablado.— Esme la miró y ella negó.

—no, también es un no para mí.— aseguró.— no he tenido alguna visión en la que la vea como una de nosotros, y por lo mismo creo que es por alguna razón. Encuentro mucha coherencia por la rapidez, pero no... Simplemente no.

—Edward... Quédate.— pidió Esme, pero él negó.

—Sophie debe tomar sus analgésicos en minutos, le subiré agua.— hizo saber para ir hasta la cocina. Estaba firme con su decisión.

Odiaba el sentirse inhumano, que la sangre no corriera por sus venas, no poder disfrutar la comida al sentir que era insípida, no sentir calor corporal. Detestaba incluso a veces sentir que Sophie se entumecia con lo frío de su cuerpo, y en ocasiones sentía que no tenía vida, que era un muerto viviente y no existía un alma en él. Lo único que le hacía sentir que podía tener un corazón, porque podía sentir que ella era calidez en su pecho. No condenaría a su mujer a lo mismo, a quien era el amor de su vida para que sufriera como él lo hacía sabiendo que era inmortal.

Subió las escaleras con vaso en mano y suspiro. Se acerco con cuidado a ella, sin emitir sonido y miro su cuello vendado. Su rostro ya no estaba hinchado, pero se despertaba siempre de un susto que la dejaba agitada. Sentía como su pulso era fuerte cuando la despertaba. Cuando vio que su cuello estaba morado, no pudo hacer más que llorar, pero hasta eso le recordaba que era un vampiro, porque no habían lágrimas existentes en sus ojos, solo llanto vacío.

—mi amor...— susurró con suavidad. Se lamentaba saber que la iba a asustar, como la vez anterior.— Sophie...

—mmm...

—Sophie...— tomó su mano, haciendo que abriera los ojos y inhalara fuerte de la impresión dando un ligero salto.— perdón, perdón. No quería asustarte. Es hora de los analgésicos.

—mjm...— era su única forma de comunicarse. Tocó su cuello adolorida, mientras se levantaba, mirándolo expectante.

—Carlisle dijo que quedarás afónica un día, así que esperaremos a que estés un poquito más tranquila para que nos cuentes.— Sophie acaricio su cuello mientras sentía sus ojos llenarse de lágrimas. Podía sentir aún el fuego de su garganta cerrada bajo las manos de aquel hombre macabro.— mi amor, no llores, por favor. Estoy aquí, para ti. Nunca más te dejare sola, no debes temer.

𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora