39. ¿un sueño?

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Martes, martes y ya no quería ir más al colegio.

Comencé a abrir mi casillero pero no podía, lo empuje de adelante hacia atrás y probé nuevamente la combinación pero nada.

—a veces se queda atascado, es horrible.— un chico rubio llego hasta mi.— déjame ayudarte.— sonreí y él le dio unos golpes en el punto exacto. Mi vista se fue a Edward, quien estaba mirando fijamente y negó.—...¿No?

—¿Disculpa?— pregunté poniéndole atención, Edward se la había llevado toda.

—que tú eres Sophie Smith.— asentí y el me analizó.— yo soy Leonardo, no había venido la semana pasada porque eran las primeras clases.

—oh, ya veo, con razón no te he visto jamás.

—exacto. Quizás tú podrías ayudarme, ya sabes, para ponerme al corriente.

—oh...— de forma instantánea mire a Edward quien nuevamente negó con la mandíbula tensa.— yo... No creo ser la indicada, soy nueva y probablemente te perderías más.

—no lo creo.— sonrió.— ¿Sabes? Umh... Yo te vi y te me hiciste conocida, pero no lo eres.

—no lo creo, no soy de este país.— él asintió.— gracias por el casillero.— saque mis cuadernos y al cerrarlo el seguía ahí.

—¿Te puedo acompañar a clases?

—bueno, si quieres.— Edward rodó los ojos y se fue molesto. Camine con Leonardo y me contó muchas cosas de él, en parte era aburrido, porque me preguntaba algo de mi y cuando le respondía algo corto comenzaba a hablar nuevamente de él.

Me agotaban las personas que siempre hablaban de si mismas, las hacia ver tan poco interesantes y egoistas que sabías de inmediato que no podías hacerte amiga de ellos.

—y así fue como me hice este piercing borracho.— carcajeo al salir de clases. Cerré los ojos y suspire.

—wow. Hey Leonardo, ¿Que te parece si hablamos al rato? Es que tengo algo que hacer.

—me parece linda, estuvo muy agradable conversar tanto contigo.— y al parecer era muy de tomar confianza porque beso mi mejilla y se fue por el pasillo. Fruncí el ceño y al darme vuelta, magia, Edward.

—¿Ya te puedo decir «te lo dije»?

—agh, no fue malo.— pase de él pero me alcanzó caminando a mi lado.

—¿No fue malo? Vamos, hasta a mí me aburrió de lo charlatán que era.— yo suspire intentando abrir mi casillero.— ¿O que? ¿Te impresionó su truquito de casillero?

—si, es más, ahorita lo busco porque se me volvió a trabar.— Edward no dejo de mirarme y le dio un golpe duro para dejar que se abriera.

—es un idiota.

—tú estás siendo uno ahora mismo.— deje mis cuadernos y al cerrarlo...— dejaste hundido mi casillero.— tome su mano impresionada.— y ni siquiera tienes la mano roja.

Rápidamente la oculto.— no me cambies el tema.

—Edward... Solo hablamos, y ni siquiera te debo explicaciones de eso.

—agh.— comenzó andar yendo hacia el patio y yo lo seguí.

—¡Estamos hablando! Cedric jamás me hizo una escena de celos y eso que éramos novios, ¡No te puedes comportar así!

—apuesto a que Cedric estaría molesto por ver la clase de hombres que te habla, más si supiera lo que piensan.

—¡No digas eso!— pare dolida y limpie mis lágrimas.— Cedric... Cedric no estaría molesto conmigo, ¡Jamás!

𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora