𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]

55. en la práctica.

—no es fácil comenzar a practicar, Sophie. No puedo pedirte una batalla contra uno de nosotros si no estás lista, así que... Ideamos un plan.— ella asintió. Habían pasado días en los que Carlisle le había hecho una dieta y una rutina de ejercicios para que pudiera tener una buena condición física, y como no la tenía era demasiado intensa.

Quería que practicará y por lo mismo había adaptado un lugar para ella.

—y listo, este es el lugar.— Sophie miro el lugar viendo como habían varios materiales de ejercicio.— necesito que aprendas a ser más rápida, los vampiros tenemos esa gran ventaja en eso, y es la mayor debilidad para los humanos su lentitud.

—puedo soportar eso, creo. Soy muy poderosa.— afirmó, haciendo que Carlisle sonriera negando.

—creame, señorita Smith. Podría lanzarme un hechizo ahora y podría escaparme en un segundo. Pero podemos hacer una prueba... ¡Chicos!— Cedric y Alice aparecieron, acercándose con una sonrisa.— ¿Quieres hacer una prueba, Sophie?

—mmm... Está bien.— se preparó atenta.— ¿Va a contar o...?

—si lo prefieres, si.

—Alice, ten cuidado, ¿Si? No quiero un solo rasguño en mi novia.— jugó cruzándose de brazos.

—no le tocaría un pelo.— aseguró parándose frente a ella con una sonrisa traviesa.

—¡A la una... A las dos... Y a las tres!— Sophie no le quitó la mirada, sin embargo no duró dos segundos antes de estar contra el suelo gracias a Alice, pero lo extraño fue que ni le dolió.

—hasta tuve tiempo de recostarte con cuidado.— sonrió divertida. Sophie impulso un campo de fuerza que la quito de encima. Al ver la reacción de su novio sorprendido se puso más que nerviosa y su cuerpo se puso a la defensiva. Cuando Cedric quiso tocarla, no demoro en saltar hacia el lado, electrocutado.

—¡Ced!— gateo hasta él al verlo en el piso y acaricio sus mejillas.— lo siento, perdóname, estaba asustada.

—uff... C-casi... Casi me matas.— rio negando.— estoy bien, pero, ¡Auch!

—¿Cuál será su voltaje?— preguntó Rosalie entrando.— no la pongan a pelear si no le han enseñado.

—¿Y qué propones?— Sophie claramente actuaba a la defensiva con ella cerca. Era una chica borde, muy imponente y desagradable.

—enseñarte pues. Propongo ensayar contigo. Mi habilidad es la rapidez.— parecía querer ayudar, lo cual era... Interesante. Sorprendente en realidad.— podría practicar contigo, para mí será calentar y a ti te serviría.

—yo...— miró a los demás en busca de que le pudieran dar una opinión.— creo que-

—vamos, no te haré daño. Solo te advierto, seré más estricta que ellos.

—es lo que necesito, en realidad. Acepto.

...

—tú aceptaste.— se burló Cedric al verla en el piso de dónde ensayaban. Había sudado como nunca y no sentía nada. Rosalie era buena entrenadora, y demasiado rápida para su gusto.

—lo sé...— tocó su abdomen sintiendo lo rápida de su respiración. Ya casi no podía respirar. La rubia camino hasta ella con sus brazos cruzados y divertida.

—¿Y? ¿Qué te parece hacer esto dos veces por semana?

—¿Qué tal tres?— recibió la mano que Rosalie le ofreció, y se levantó agotada como nunca antes.