𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]

53. secretos y amistades.

Ya estaban listas para la pijamada.

—¿Te sientes bien? Ya sabes, después de la llamada has estado algo pensativa.— Sophie la miró. Es que no se veía como un lobo, no lo podía entender.

—Milena... Tengo un secreto muy grande que contarte, y lo vas a creer irreal.— ella abrió los ojos.

—puedes contarme...

—pero si yo te cuento, tú me tendrías que contar tu secreto más grande...— se sentó a su lado, tomando su mano. Ella se tenso ligeramente, sabiendo que no podía hacer eso.

—Sophie...

—Milena, por favor. Lo que te contaré... Es como de libros.

—ya sabes mi secreto, ¿No?— rio.— estúpido, siempre Leonardo le cuenta a todos.

—¿Qué?

—Leonardo, es un vampiro y somos rivales. Siempre le cuenta a sus compañeros vampiros y... Oh no, ¿Fue Edward? ¿Te convirtió en este tiempo el imbécil? Si es así Sophie... Lo mató.

—no, no... En realidad no sabía que Leonardo era vampiro.

—¡Uy! Mierda.— se dejó caer en la cama.— la cague, lo siento.

—no importa, no es algo que vaya a decir.— se sentó más cerca.— soy una bruja.

—¿Cómo?

—soy una bruja, Milena. Tenía escoba, pero acá no la puedo ocupar y tengo poderes, una varita... Soy una bruja.— reafirmó, creyendo que sería normal para Milena. La chica sonrió soltando una leve risa, y al ver a Sophie seria una carcajada, para que supiera que ella era consciente de que estaba haciéndole una "broma".

—¡Ay, Sophie! ¡Mi estómago!— se quejó mientras agarraba su barriga. Sophie suspiro, mirando sus manos. No quería recurrir a ocupar un poder para que ella le creyera.

—no es un chiste, Milena. No te estoy mintiendo.— recalcó, formando un silencio tenso en la habitación.— soy una bruja, y tengo poderes. Necesitaba tu ayuda.

—¿Una bruja, Sophie? ¿Cómo la de los libros?

—¿Cómo son esas?

—verdes, con verrugas, andan en escobas y se casan con el diablo... Tienen un gato que habla y saben muchas maldiciones malevolas.— Sophie abrió los ojos.

—¿Qué? ¿Ese es el concepto de brujas?... Espera, ¿Que es un diablo?

—eso no importa. Entonces, ¿No haces pociones en un caldero?

—oh si, antes las hacia, pero no eran malas. El caso es... Que estoy en problemas, y Cedric dijo que tú me podías ayudar.

—espera, espera. ¿Cedric? ¿Cedric está...?

—¡Aish! No sé por dónde empezar.

—pues por el principio, principio, principio.

—entiendo. Mi mamá y tía...— comenzó a narrar la historia desde el principio, detallando la pelea que tuvieron y como estaba relacionado esto con lo que había pasado. Le contó lo de la batalla, y como perdió al amor de su vida, al menos por estos meses. Le confío con dificultad lo que iba a pasar, creyendo que estaba la posibilidad de que Milena se burlara por completo de ella y le dijera que no iba a arriesgarse por alguien como ella. Pero mientras hablaba la veía entender todo.

—wow, Sophie... Es simplemente... Wow.

—Ced me dijo que si te confesaba esto...

—¿Ya te contó? Aish.— bufó.