𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]

48. te creo.

—no entiendo nada.— confesé en el auto. Iba con el saco de Edward, y el aire acondicionado caliente se sentía increíble en mi cuerpo.

—pues ya lo entenderás...— su mano fue a la mia y la tomó.— no sabes cuánto te he extrañado, y cuánto me dolía el ignorarte para que vieras que no podías estar sin mí y... Lo soportaras. Soportaste el dejarme, eso hizo que mi corazón ardiera.

—eso no es así.— Edward me miró y aparte la mirada.— no podía tomar una decisión que te doliera y después herirte al seguir haciendo todo lo que hacíamos.

—tú me dañas solo cuando tomas decisiones que te dañan y no me dejas ayudarte.— se estacionó en mi casa y desabroche mi cinturón.

—estoy cansada y quiero dormir.— él negó.— solo dime todo y ya.

—¡No puedo! Debemos entrar.— tomó mi brazo jalandome hacia la casa.— no me tomas en serio, y me molesta. Este es un tema demasiado serio, Sophie.

—¡Tú no me tomas en serio! Nos hemos besado, te he dicho cosas y tú... Tú pareces embelesado con Bella.— freno en seco y volteó.— y bailaron, y no me diste el baile que prometiste, y estoy... ¡Estoy celosa, Edward!— cubrí mi boca con los ojos abiertos. Me encontré sorprendida, acababa de decifrar la emoción de mal gusto que me surgía al mirar a esta pareja.— estoy... Celosa.

—boba.— sonrió.— ¿Celosa de que vas a estar?— abrazo mi cintura mientras elevaba mi mentón. Mis manos en su pecho eran la clara señal de que quería un beso, sin embargo estaba tan cautivada por sus ojos que no me podía mover para tomar la iniciativa.— con la única que estaré embelesado toda la vida... Eres tú. Perdón por no bailar contigo, pero estabas muy entretenida con Leonardo, ¿No?— dejó de sonreír, su encanto se perdió en el instante que lo menciono.

—Leonardo fue muy respetuoso para tu información.— quité mis tacones para comenzar a subir las escaleras.— y si, la pasé bien con un amigo que me hizo reír mientras tú... Tú estabas bien aferrado con Bella.

—aja.— pise mi vestido ignorando su respuesta y tropecé. Edward agarró mi cintura y no balanceo nada. Me sorprendía su fuerza.— ten cuidado.

—aja.— repetí su frase para seguir el camino.

—¿Que tan bien la pasaste?

—hablamos mucho, reímos, bailamos... Creo que me distraje muchas horas de todo lo malo.

—ya... ¿Y aprovechaste de pedirle la receta del estúpido sándwich de atún?

—¿Qué?— llegue al segundo piso y camine a mi habitación.— no se de qué hablas.

—¿Ah no? "Ay le pediré la receta de sándwich a Leonardo porque me podría comer cien".— imitó una voz chillona y abrí la boca ofendida para volver a mirarlo.

—¡No dije eso! Y tampoco hablo así...— me cruce de brazos y casi sonreí. Se veía muy sexy celoso y en traje. ¡Debía concentrarme!— ¿Aparte que tiene? Me llevo desayuno, eso es lindo... Tú jamás me has dado ni un jugo.

—¡Ay Sophie! ¡No me compares con él! Y no me digas lo bien que lo pasas, lo mucho que ries y lo mucho que hablas con él.— gruño dando pasos hasta mi. Lo mire hacia arriba.

—¿Por qué no?

—¿Por qué no?— me acerco a él y pego nuestros labios sin moverlos, solo los presionaba. Nos separamos y yo estaba sorprendida.— porque no sabes cuánto me jode que otro te haga feliz y lo permitas, mientras que a mí me alejas.

—eso no es cierto.— lo abracé.— te extrañé... Mucho.— cerré los ojos sintiendo su aroma, esperando que me alejara y regañara por todo. Sus manos me apretaron contra él y apoyo su cabeza en la mia.