50. tiempo de calidad.

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—quiero otra vez...— Cedric beso mi cuello mientras mis ojos estaban cerrados.— si tan solo no hubieras colapsado te seguiría follando... Lo sabes, ¿No?

—no siento nada.— confesé con los ojos cerrados. Había intentado ir arriba, pero hace tiempo no hacíamos nada. Cedric estaba tan entusiasmado que duró tres rondas y aún así seguía duro y caliente.

¿Qué comía?

—eso es lo que no extraño de ser humano, solo digo, te cansas y todo. Te haría vampira solo para que no te cansaras y me montaras hasta volverme loco.— sonreí acariciando su espalda y trague nuevamente.— ¿Tienes sed amor? ¿Hambre? Después de cuatro horas supongo que si. Pediré algo para ti, ¿Está bien?

—Ced...— lo llame tomando su mano.— solo quiero agua y dormir.

—claro, claro.— me acaricio, hundiendo ligeramente sus dedos en mi piel.— déjame ir abajo y te traigo agua.— beso mi clavícula y arregle las sábanas encima de mi cuerpo. No me podía mover.

Mire mis senos y note las manchas moradas que tenían. Sonreí como boba y me acomode con cuidado. La puerta se abrió dejando ver a Cedric nuevamente con una botella grande de agua.

—te traje esto.— cerro la puerta y me la acerco. Tomo mi nuca y me alzó para darme de beber hasta que por fin no estuve sedienta.— ¿Listo?

—si...— cerré los ojos a punto de quedarme dormida y sentí como Cedric se deslizaba bajo mío haciéndome cariño.

—ahora duerme Sophie, te juro que está vez si estaré cuando despiertes.— beso mi frente y no demore en quedarme dormida gracias al cansancio.

No sé cuánto dormí, pero se que dormí muy comoda entre sus brazos grandes y fuertes. Me desperté un par de veces gracias a sus caricias, y no, no me molestó nada al saber que eran caricias de él. No recordaba la última vez que pude descansar así de lindo gracias a que mi corazón y mente estaban en paz.

Cuando comence a despertar fue por dos motivos: calor y hambre. Abrí los ojos con cuidado para notar que Cedric seguía bajo mío.

—despertaste, menos mal, estaba aburrido.— sonreí besando su pecho y subí hasta sus labios para besarlo lentamente.

—¿Estoy soñando?

—no, estoy acá.— su mano paseo de mi espalda baja a la alta.— que linda te ves al despertar.

—ay Ced... Te extrañe mucho.— sonreí. Quite parte de las frazadas quedando solo en sábanas y note que seguía desnudo. Acaricié su abdomen y mi estómago sonó.

—¿Tienes hambre amor? Déjame pedir algo para ti.— se sentó y se levantó dejándome en la cama. Lo mire sin creerlo.

Estaba feliz. Él estaba aquí.

Aprecie sus músculos, su espalda y vi su trasero que también se me hizo atractivo.

—te espero.— me deje consentir.— iré a darme una ducha.— me senté en la cama con una incomodidad.

—¿Otra ducha?

—sude mucho Ced.— llegó hasta mi y me ofreció la mano.— que vergüenza.

—no es nada, tómate tu tiempo en la ducha, yo vendré con cosas deliciosas para ti mi amor.— me jalo con él llevándome al baño. Al entrar abrí los ojos.

—mi... Baño.— las toallas estaban en el piso, el estante de los shampoo estaban en el suelo y al mirar a Cedric rasco su nuca.

—lo siento, es que me afirme de muchas partes... ¡Pero te juro que yo reparo todo! Te ordenó y-

𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora