𝐈𝐧𝐝𝐞𝐥𝐞𝐛𝐥𝐞- 𝐂𝐞𝐝𝐫𝐢𝐜 𝐃𝐢𝐠𝐠𝐨𝐫𝐲 [+18]

38. golpe de cabeza.

Ya era lunes nuevamente.

La verdad es que siempre tuve un amor-odio con los lunes, jamás me gustaron completamente, pero tampoco era que los odiara tanto.

—hola Sophie.— Milena llegó hasta mi y sonrió.— ¿Que tal todo? ¿Vamos a retirar la ropa de deporte?

—esta bien.— caminamos juntas y cuando vi a Edward ni siquiera sabía si saludarlo o no. Por un lado me sentía molesta por como se comportó, y por otro... Debía confesar que me caía bien, que las veces que habíamos conversado se sintieron especiales y eso me gustaba.

—¡Y... Acá está tu ropa!— Milena me entrego esto y me hizo perder de vista a Edward, así que camine hacia la clase de deportes con ella para poder cambiarnos.

—no tengo muchos ánimos de hacer deporte.— confesé con flojera.— y es la primera clase del día, agh.

—lo se, pero si te hace sentir mejor hoy en la cafetería darán brownie al desayuno.

—eso se oye bien.— confesé. La clase estuvo bien, Milena al menos me ayudó a jugar y me enseñó de una manera paciente lo que me ayudó a tener más confianza. En la cafetería no pude evitar mirar de vez en cuando a Edward cuestionandome el que si debía disculparme o no.

—oye.— Emma tocó mi brazo y salté del susto.— ¿Estás escuchando?

—no, lo siento.— me disculpé ahora sí centrándome en ella.— ¿Que decías?

—que el clima esta muy lluvioso como para que no traigas una chaqueta.

—es que no tengo... Quizás hoy por la tarde iré a comprarme una.— mire a Milena.— ¿Puedes salir hoy?

—no puedo, es que con James iremos a ver una película, lo siento.

—oh no, no te preocupes...— mire a las dos chicas quienes conversaban con los chicos asi que preferí ir sola. No me iba a perder en un lado así, pero también sabía que ir caminando en un día lluvioso era solo para sufrir caminando. Se me ocurrió la idea de pedirle a Edward que fuera conmigo y así podríamos hablar sobre lo que había pasado hace algunas noches.

Cuando todos nos levantamos de la mesa fui a dejar la bandeja y miré que Edward venía solo. Comencé a caminar a su lado.

—hola.— lo saludé sonriendo. Él no me sonrió de vuelta y eso me extrañó.

—hola.— respondió frío.

—hey Edward, lo siento ¿Si? No quise-

—¿Tratarme como un idiota que se quiere aprovechar de la chica indefensa? Oh no, claro que no.— camino a su casillero guardando unos cuadernos y sacando otros.— ya déjalo así, no quiero creer que te estoy consternando.

—vamos, quizás me equivoque... Pero en realidad se sentía así, como que esperabas a que dijera «tienes razón, lo voy a superar asi que salgamos»— suspire.— no vine acá para pelear, ¿Sabes? Solo venía a disculparme y saber si incluso podíamos ir juntos al centro comercial...

Me miró sorprendido.

—¿Los dos... Solos?— yo asentí.

—es que me quería comprar una chaqueta y podríamos pasar por un café, yo invito por supuesto.— él lo pensó unos momentos.

—déjame verlo, ¿Esta bien? Después de clases te tengo una respuesta.— y sin esperarme, a pesar de que íbamos a la misma clase, se fue.

Mentiría si dijera que no me molestó.

Camine hacia la clase y me senté en el mismo puesto, al lado de Beth. Podía notar el interés de Edward en su compañera de puesto, y si fuera esa la razón por la que me dejó sola en el pasillo me hubiera molestado aún más. No sabía cuál era el sentimiento, pero me desagradaba verlo sonreír tanto hacia esa chica y que le preguntará tantas cosas, porque conmigo jamás tuvo ese interés a pesar de que yo le "gustaba".