Capítulo 3

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El destino no estaba de mi lado ahora, ¿cómo lo sabía? Pues Oliver tenía mi teléfono, la camioneta de Aarón le causó una abolladura a mi auto y ahora tenía que esperar a que llegara la persona que llamó Alejandra, la cual estaba tardando demasiado.

Después de mucho, pero mucho tiempo a lo lejos, vi que se acercaba un auto junto con dos grúas. Volví a respirar, ya me estaba desesperando y no era de mucha ayuda que los dos que estaban a mi lado estuvieran ahí.

La persona que bajó de aquel auto empeoró los ánimos que tenía.

—Qué casualidad encontrarte aquí, muñeca. — El otro Davis llegó —iba a llamarte...—hizo una pausa, solo me molesta—.Ah, es verdad, yo tengo tu teléfono.

—¿De dónde se conocen ustedes dos? —indagó Aarón apuntando a su hermano y luego a mí.

—No es de tu incumbencia, hermanito—Oliver me sonrió coqueto.

Puse los ojos en blanco y me crucé de brazos. Había planeado después de clases llamarle para que me regresara mi celular, pero jamás imaginé que pasaría algo así.

—Devuélveme mi teléfono.

—¿Por qué tan desesperada, muñeca?— suspiré, metió su mano en el bolsillo de su pantalón y sacó el aparato. Lo extendió hacia mí, pero cuando lo iba a tomar lo quitó. —¿No vas a agradecerme?

—¿Por qué lo haría? ¿Por robarte mi teléfono? —se mordió los labios.

—Pero qué encantadora.

Después de diez minutos, las grúas se llevaron los autos y los Davis se encargaron de todo.

—¿Qué tal si vamos a comer?—propusó Alejandra—para compensarte.

La miré ceñuda, acababan de conocerme, aunque los hermanos Davis fueran hijos del amigo de mi padre, eran completos extraños para mí — mejor que sea en otra ocasión. Tengo muchas cosas que hacer.

—Hayley, anímate, te la debemos por lo de tu auto — insistió Alejandra—. Además, es una oportunidad para que nos conozcamos mejor. Sé que a sus padres les encantaría que ustedes tuvieran una amistad como la de ellos.

—Gracias por la invitación, pero tengo que ir a mi departamento, mi amiga me está esperando—mentí, no quería pasar más tiempo con ellos y mucho menos formar una "amistad".

—Está bien, será otro día—se encogió de hombros—. Vamos, Oliver nos llevará— caminó hacia el auto y subió al asiento trasero.

La seguí y los hermanos Davis venían detrás. Oliver abrió la puerta del copiloto para que subiera, pero lo ignoré y subí al asiento trasero donde estaba Alejandra. Aarón se burló de su hermano y luego ambos subieron al auto. Les di la dirección del departamento y Oliver avanzó.

—¡El destino está de nuestro lado hoy! — chilló Alejandra entusiasmada—. Podemos comer en el restaurante que tiene tu edificio. ¿Ya probaste la comida?

—No—contesté y ella sonrió.

—Excelente, la comida es deliciosa. Estoy segura de que te gustará.

—¿Vas muy seguido? — Traté de ser amable siguiendo la conversación.

—Sí, siempre que voy al departamento de Aarón y Oliver—solo este tipo de cosas me pasaba a mí, quería mantenerme alejada de ellos y ahora resulta que son mis vecinos. Solo esperaba que fuera un piso muy alejado del mío.

—Ya hice la reservación—. Aarón me sacó de mis pensamientos.

No pude negarme porque me di cuenta de que ya habíamos llegado. Un valet parking abrió la puerta para mí y todos salimos del auto.

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