Nuestro Destino.

Capítulo 6

El peor enemigo es el que está encubierto.

Fue el mensaje que recibí del desconocido. Emma y Lucas estaban sentados frente a mí en el comedor. Los tres habíamos estado hablando sobre unos temas de la universidad y cosas que Emma no había entendido. Mientras comíamos la pizza, todo estaba bien hasta que recibí el mensaje.

Por suerte, Lucas y Emma no le prestaron atención cuando la notificación llegó y siguieron hablando, entonces tecleé una respuesta:

¿Qué quieres decir con eso?

Cuando lo envié, coloqué mi teléfono boca abajo y traté de prestarle atención a la conversación que tenían Lucas y Emma.

Cosa que no logré, ya que en cuanto mi teléfono volvió a sonar, lo tomé enseguida, abrí el chat y leí el mensaje.

Pronto lo descubrirás...

¿Pronto lo descubriré? ¿Qué era lo que iba a descubrir? Miré la pantalla de mi teléfono con el ceño fruncido. ¿Qué significaba todo esto? Y antes de que pudiera escribir algo, otro mensaje llegó:

¿Estás lista para el show, Hayley?

Respondí enseguida:

¿Show?

Desconocido: Los eventos de los Davis solo son una tapadera para que todos crean que son la familia perfecta, cosa que nunca han sido, ni lo serán. Es momento de que alguien revele la verdad.

¿Verdad? ¿A qué se refería? ¿Los Davis ocultaban algo más? Y si era así, ¿qué era? «Es momento de que alguien revele la verdad» leí el mensaje otra vez. Eso significaba... Que él o ella estaría ahí, estaría en la subasta.

¿Asistirás?

Le pregunté solo para confirmar.

Desconocido: No me lo perdería por nada.

Yo: Hay algo que todavía no entiendo.

Desconocido: ¿Y eso es?

Yo: ¿Qué tengo que ver con todo esto? ¿Por qué no me dejas en paz? Y más importante, ¿por qué ayer me estabas siguiendo?

Desconocido: Hayley, me gustaría explicártelo, pero aún no es el momento y respecto a ayer...

Esperé a que enviará otro mensaje explicándolo, pero, en cambio, envió:

Solo lo hago para ayudarte, Hayley. Pronto lo entenderás.

—¿Qué piensas tú, Hayley? —escuché la voz de Emma.

Levanté la vista y vi cómo ella y Lucas me miraban esperando a que dijera algo: —Estoy de acuerdo—. Mentí con normalidad.

—Ves, hasta Hayley piensa lo mismo—le dijo ella a su hermano.

—Pensé que estarías de mi lado, solecito—mencionó Lucas mirándome. Esperé a que dijera algo más para entender de qué estaban hablando y saber en qué había estado de acuerdo y le agradecí al destino que así fue—: El periódico estudiantil solo habla mal de las personas y de los chismes que ocurren en la universidad, si no fuera por eso no existiría. Además, por lo que he escuchado, es muy difícil entrar—explicó—.Puedes intentar con otra cosa, Emma.

—Deja de ser tan negativo, Lucas—lo regañó su hermana.

—No pierde nada con intentarlo —mencioné, fingiendo haber escuchado lo que estaban diciendo antes.