Traté de no moverme mucho para no despertar a los hombres que estaban a mi lado, bajé de la cama y caminé en puntillas hacia la puerta. Cuando estaba por llegar, me detuve en seco por la persona que dormía pacíficamente en el sofá reclinable: Peter Robinson. Pasé por su lado sin hacer ruido, ya que sabía que si se despertaba haría un escándalo.
Abrí la puerta lo suficiente para pasar y la cerré con todo el cuidado del mundo, pude respirar de nuevo. Me dirigí a la habitación de Emma, estaba en completa oscuridad, ¿desde cuándo dejaba las persianas cerradas? Encendí su lámpara, que solo iluminaba una parte de su cama; aún seguía durmiendo, las sábanas la cubrían por completo.
—Emma— murmuré con desesperación, tenía que explicarme muchas cosas que yo en ese momento no comprendía. ¿Por qué me había dejado hacer lo que sea que hice la noche anterior? La empecé a mover nada sutilmente.
Escuché que alguien se quejó, entonces ahí fue cuando me di cuenta de que esa persona no era Emma, quite la sábana con cuidado y me encontré con Adrián, que bien escondidito se lo tenía mi mejor amiga, pensé. Me tendría que explicar muchas cosas, pero la pregunta que se formó en mi mente fue: ¿Dónde estaba ella?
Cubrí de nuevo a Adrián, tampoco quería que él se despertara y me descubriera viéndolo. Estando fuera de la habitación, oí voces y risas, no me moví cuando vi a Emma y Tom hablando, me daban la espalda, así que no podían verme o estaban tan concentrados en ellos que no me habían notado. Su cercanía era extraña y fue cuando me pregunté: ¿Por qué mi mejor amiga estaba con Tom si el hombre de sus sueños estaba en su habitación? Sonreí, tenía un presentimiento, pero lo olvidé, mi mejor amiga estaba enamorada de Adrián o eso nos hacía creer...
—¿Interrumpo algo?
—Claro que no—mencionó Emma torpemente.
—Por fin despiertas, bella durmiente— Thomas se giró para mirarme —.¿Nos explicarás lo que pasó ayer?
—¿Ayer? —prefería que ellos lo hicieran.
—En el club, no te hagas— trató de recordarme.
—¿Me creen si les digo que no recuerdo nada?
—No—, ambos dijeron al mismo tiempo.
—Necesito que me digan qué fue lo que pasó—, mi mente estaba en blanco.
—Te emborrachaste y dijiste muchas cosas...— vi cómo mi mejor amiga le advirtió con la mirada a Thomas.
—¿Qué fue lo que dije?
—Nada—Emma le restó importancia —¿Verdad, Tom?
—Sí—, él trataba de ocultar su sonrisa.
—Díganme—les exigí.
—Ya que insistes, en primera nos corriste y nos dijiste que si no teníamos casa— ella le dio un codazo.
—¿Qué?
—¿Por qué le dijiste? — Emma lo regañó.
—También vomitaste y dijiste que te ibas a morir—siguió Thomas sin importar lo que le dijera mi amiga.
—Ay, no, ¿en serio? — Se me caía la cara de vergüenza.
—No era buena idea llevarte la contraria—se burló.
—Ya no digas nada—le pidió Emma—¿Cómo te sientes, Hayley?
—Me está matando la cabeza—reconocí con mucha sinceridad—, además tengo hambre —mis tripas rugían.
—Recuéstate en el sofá, nosotros prepararemos algo para que comas.
—Gracias—No lo pensé dos veces, lo único malo era la luz, era insoportable y la mejor idea que se me pudo ocurrir fue ponerme un cojín sobre la cabeza, al menos servía y podía descansar un poco.
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Nuestro Destino.
Teen Fiction¿Crees en el destino? ¿O la casualidad? ¿Pero qué es el destino? Es algo que está por encima de nosotros y que nos empuja hacia una sucesión inevitable de acontecimientos, de circunstancias de las que no podemos escapar, ¿todos estamos destinados a...