Había pasado más de un mes. Un mes de difíciles y cansados entrenamientos. Todas las tareas habían sido más complicadas que las anteriores, a veces dudaba si eran tareas, ya que parecía como si fuera la asistente o la esclava del entrenador. Le llevaba su comida, recogía su paquetería o papeles importantes y los tenía que llevar a su casa y no solo eso, una vez hizo que lavara su auto.
Estaba tan cansada que lo único que hacía después de llegar de la universidad o de los entrenamientos era dormir. Por los entrenamientos faltaba a clases, pero el entrenador, por suerte, los justificaba para que no me afectara. Solo iba a las clases importantes, pero aún así llegaba tarde y a veces me quedaba dormida. Los profesores se habían cansado de la situación, pero no podían hacer nada, ya que al parecer a la universidad le importaba más la competencia. También tuve que dejar de asistir a las reuniones con el equipo de arquería,porque el entrenador quería que me enfocara completamente en la esgrima.
—¿De nuevo dormida, señorita Miller? —me preguntó un profesor haciendo que me incorporara en el asiento.
—Lo siento... —murmuré adormilada.
—Me ha decepcionado—se cruzó de brazos—.Llega tarde, se queda dormida. ¿Mi clase le parece aburrida, señorita Miller?
—Claro que no, solo que...
—La competencia, lo sé—mi mirada cayó avergonzada—, pero sabe algo—.Levanté de nuevo la vista, fue cuando noté que en sus manos sostenía un montón de hojas.
¿Hoy era la entrega del examen? El cual fue la semana pasada, pero no había podido estudiar mucho, por eso no tenía muchas expectativas de una buena calificación, ¿había reprobado? Mis padres se enojarían si eso pasaba, y ¿si le pedía al profesor un trabajo extra...?
—¿Me está escuchando?—, la voz del profesor me hizo regresar a la realidad.
—Sí.
—No sé cómo lo hizo, nunca me había pasado algo así. Me sorprendió, señorita Miller,—fruncí el ceño.
—No lo entiendo. ¿A qué se refiere?
Él sonrió y extendió hacia mí lo que supuse que era mi examen.—Felicidades, señorita Miller.
Mis ojos se abrieron como platos. En el papel estaba marcado en grande un A+. —¿Es en serio? —él asintió—. ¿No se confundió?
—¿Cree que me confundiría con algo así? —negué con la cabeza—Fue la mejor de la clase—miré mi examen sin poder creerlo, pero ahí estaba mi nombre, era mío, no estaba soñando—.Apresúrese, no quiere llegar tarde al entrenamiento, ¿cierto?
Era verdad, hoy era entrenamiento con el equipo. Tomé mis cosas y rápidamente guardé todo—Gracias— le exclamé antes de irme—Nos vemos mañana.
Corrí a cambiarme y fui al gimnasio.
—Lamento la tardanza— le dije al equipo.
Las cosas habían cambiado para bien entre ellos y yo, aún no se acostumbraban del todo, pero sabía que todos daban su mayor esfuerzo. Todos querían ir a la competencia y hoy iba a ser el día en el que por fin se sabrían quienes irían. Ellos ya tenían todo listo, les había comentado antes cómo se escogerían a los integrantes y todos estuvieron de acuerdo, además al entrenador y a mí se nos hacía lo más justo.
—¿Están listos? —les pregunté colocándome frente a ellos.
—¡Sí, capitana!
—Antes que nada, les quiero decir: ha sido un mes difícil, lo sé, hemos tenido situaciones buenas, pero también malas, sin embargo, seguimos aquí como un equipo y eso dice mucho de todos nosotros. Independientemente de lo que pase hoy, sé que todos han hecho su mayor esfuerzo y estoy segura de que todos merecen ir a la competencia — algunos se limpiaban los ojos. ¿Estaban llorando? — Estoy muy orgullosa de todos ustedes, feliz de ser su capitana y ser parte de este equipo.
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Nuestro Destino.
Teen Fiction¿Crees en el destino? ¿O la casualidad? ¿Pero qué es el destino? Es algo que está por encima de nosotros y que nos empuja hacia una sucesión inevitable de acontecimientos, de circunstancias de las que no podemos escapar, ¿todos estamos destinados a...