Capítulo 10

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El día estaba nublado sin ninguna señal del sol, el aire estaba algo frío, pero según el pronóstico del clima, no había probabilidades de lluvia. Aunque me encantaban los días así, hoy le pedía al destino que no lloviera si no arruinaría todos mis planes.

Mientras conducía, vi por el espejo retrovisor el auto de Lucas, aceleré dejándolo atrás. En la pequeña pantalla de mi auto se reflejó: «Llamada entrante de Lucas :)».

Deslicé mi dedo en la pantalla y contesté: —Cuando me preguntaste qué haría más tarde, no imaginé que me llevarías a mi departamento—habló.

—¿Preferías quedarte con Aarón? porque podríamos regresar...

—Si estás tú, podré soportarlo.

¿Por qué estás sonriendo?

Hubo un silencio que no fue incómodo y no por lo que había dicho Lucas, de hecho, yo tampoco sabía el motivo. Lucas, siempre me hacía comentarios de ese tipo. ¿Qué cambiaba ahora?

Sabes lo que cambió, solo tienes que admitirlo.

—¿Solecito? —escuché su voz sacándome de mis pensamientos—. ¿Por qué querías verme en el estacionamiento y luego me dices que te vea en mi departamento? ¿Qué estás tramando?

—No estoy tramando nada.

—¿Entonces?

Busqué una excusa, pero ninguna era buena, más bien no era creíble y ¿sí colgaba la llamada? No es buena idea, pensé—Tengo que decirte algo importante—. Fue lo que se me ocurrió y me arrepentí de inmediato.

—¿Algo importante? —repitió como si no tuviera sentido y no lo tenía—. Y ¿por qué tiene que ser en mi departamento?

No dije nada. Lucas no debía enterarse de nada. ¿Qué debía hacer? ¿Y si comenzaba a sospechar?

Ya lo hace.

—¿Y por qué no?

—¿Qué me estás ocultando, Hayley?

—Nada.

—Hayley, no mientas.

—No lo hago—respondí casi enseguida.

Piensa en algo.

—Sí, lo haces—insistió—, porque siempre que mientes respondes con otra pregunta.

—Eso no es cierto.

Él me conocía bien, más de lo que pensaba, ni yo sabía que hacía eso. Lucas no dejaría de insistir hasta que se lo dijera, pero no podía hacerlo y más porque a él no le gustaban las sorpresas y si se lo decía era capaz de negarse.

—Ya estoy por llegar. Adiós.

—Hayley, vengo detrás de...

Terminé la llamada antes de que terminara, aún me faltaba más de cinco minutos para llegar, pero era la única forma para que ya no hiciera más preguntas. 

Estacioné mi auto y me quité el cinturón. Estiré mi brazo hacia el asiento trasero para alcanzar y tomar la pequeña bolsa de regalo, me tardé un poco hasta que lo logré. Abrí la puerta y cuando la cerré, di un respingo al ver a Lucas apoyado sobre el capó.

¿Cómo había llegado tan rápido?

Le sonreí —¿Qué era eso tan importante que me tenías que decir?

—¿No me invitarás a pasar? — Vi que su mirada cayó a la bolsa de regalo, traté de ocultarla y una pequeña sonrisa se formó en su rostro.

Subimos y él abrió la puerta de su departamento, me dejó pasar primero. Volteé a mirarlo cuando la cerró.

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