Capítulo 32

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La popularidad de los Davis decayó de una forma sorprendente; los hermanos pasaron de ser alabados y recibir tratos como si fueran dioses a ser juzgados y que todos los miraran feo y que nadie quisiera acercárseles, algo jamás visto por lo que me enteré. Estaban en boca de todos; en la universidad no había persona que no hablara mal de ellos.

Cómo pueden cambiar las cosas de un día para otro, ¿no? Todos les dieron la espalda. Las personas en verdad suelen ser tan hipócritas, pero en este caso es diferente; los Davis se lo merecen, eso y mucho más. Era muy notorio el cambio de la comunidad estudiantil hacia ellos; antes los rodeaban y querían un poco de atención de los hermanos y ahora ellos estaban muy en el fondo de la cafetería de la universidad, en una mesa donde nadie quisiera sentarse, solo porque ellos están ahí y no solo eso; ninguna persona está sentada en las mesas que están alrededor, como si Oliver y Aarón tuvieran una enfermedad contagiosa.

La más cercana a donde ellos están sentados soy yo; no podía estar tan alejada de ellos después de lo que pasó; además, a los enemigos hay que tenerlos cerca, ¿no? Estoy a un par de mesas, es perfecto, ya que desde ahí los veo a ambos; observo cada uno de sus movimientos como toda una detective. Aunque me gustaría decir que ellos no me han visto, es todo lo contrario; desde que llegué no me han quitado los ojos de encima; de hecho noté cierta esperanza de parte de Aarón, como si pensara que iba a estar de su lado luego de lo que me hizo.

Hay otra razón para que esté aquí; para nada disfruto verle la cara a Aarón tanto tiempo, pero el plan debe continuar; la segunda fase debía ocurrir en cualquier momento; solo esperaba instrucciones o una señal. Obviamente iba a estar en primera fila para presenciarlo todo; no me lo podía perder por nada. Esta vez el desconocido se encargó solo y era mejor que fuera así porque yo no servía para esto; lo que pasó con Ricky era un buen ejemplo de ello. Disimuladamente, me acomodo bien el auricular, que es por donde me comunico con el desconocido; hasta ahora no he escuchado nada, y eso me desespera.

Comienzo a comer lo que hay en la bandeja frente a mí. Nada más di un paso dentro de la cafetería y fui por algo de comida. Me he tomado muy en serio lo de mi alimentación y mi salud, ya que quiero volver a mí yo de antes. Será difícil, lo sé, nadie borrará lo que pasó y mi corazón no se curará rápido de la traición. Aún así me esforzaré para estar bien. Además, tengo que disimular mis razones e intenciones; cuando vuelvo a levantar la vista descubro a Oliver viéndome; me sonríe y no puedo evitar hacer lo mismo; levanta su vaso como en un brindis y le sigo su juego.

Nuestro momento es interrumpido por la llegada de Ricky; se sienta frente a mí con todo y su comida. Ese no es el problema, el que sí es que cubre a los Davis haciendo que ya no los pueda ver por completo. La perfecta vista que tenía desapareció. Ya no podré ver sus reacciones y me perderé del show. Iba a solucionarlo, pero tampoco me quiero ver grosera, además, al parecer Ricky tiene mucho que decirme.

—Lo de ayer fue muy horrible y lamentable, ¿no, Hayley? en seguida noté la pizca de sarcasmo en su voz—, ¿quién sería capaz de algo así? Solo un verdadero monstruo lo haría, bueno, al menos que tenga sus razones; debe tener muchas, porque meterse con una familia así no es fácil; nunca te liberas de ellos cuando los haces enojarme dejó sin palabrasesto me huele más a rencor, odio y deseo de venganza. ¿No te parece?

—¿Ah, sí? —ya sabía muy bien sus intenciones—. Pareces muy seguro de ello.

—Lo estoy —en ningún momento sus ojos se despegan de los míos—; el culpable sabe muy bien qué está haciendo; estas personas suelen ser muy meticulosas y no se les escapa nada, pero no siempre es así y menos cuando intentas engañar a alguien que conoce mucho del tema.

—¿A donde quieres llegar, Ricky? —le hablé sin rodeos.

—¿Recuerdas nuestra linda conversación de ayer? Pues justamente antes de la ceremonia alguien robó documentos muy importantes de la universidad. Aunque estaban protegidos, lograron llevarse todo. Esta es la segunda ocasión, ¿ya es mucha casualidad, no lo crees? Solo tú y yo estábamos cerca, ¿o acaso tú viste a alguien más? —pasé saliva—, el punto es que eso significa una sola cosa: se trata de la misma persona que la primera vez, y que muy probablemente sea un estudiante y este entre nosotros.

Nuestro Destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora