Touchdown to your Heart. [H.S. Fanfic]

LV. Desastre.

[Harry]

Louis entrometido, idiota, imbécil.

-Hermosa, mi amor... - La llamé mientras la vi darse la vuelta. Ella iba a irse. - Preciosa, bonita,  - Seguía, y ella no me miraba. - Hayley, amor... - Tomé su mano, jalando de ella y obligándola a voltear.

-Ya no es momento, Styles. El juego ha terminado. - Habló, adoptando con sus cuerdas vocales la áspera voz que usaba cuando se convertía en Alexis. - Felicidades, ganaste. - Entonces, se soltó de mi agarre.

La miré avanzar con Nicholas detrás de ella. Di pasos veloces con el fin de alcanzarla, pero un brazo me detuvo.

-Ella no quiere verte más, Styles. ¿No lo entendiste, acaso? - Dijo Louis, burlón.

-¡Suéltame, imbécil! Todo esto es tu culpa, no pudiste aceptar que ella me quería a mí y no a ti. ¡Egoísta! - Gritaba mientras forcejeaba y lo empujaba.

-De nada te sirve descargar tu odio en mí, ella no va a volver contigo jamás. - Sonrió.

Aterricé mi puño en su idiota y burlona cara sólo para volver a golpearlo con aún más fuerza, una y otra vez hasta que dos de los chicos del equipo se acercaron a frenarme. Liam no estaba por ningún lado, y Niall y Zayn permanecían de pie, lejos.

-¡Dios, hermano! - Oí una voz a un costado mío.

Louis era sostenido por Logan y Ryan, y yo estaba siendo sujetado por otros dos chicos del equipo. Chaz apareció a mi lado exclamando cosas que no lograba escuchar porque estaba demasiado absorto como para prestar atención. Estaba tan sumido en el laberinto de mi mente que ni siquiera me percaté de se me habían escapado un par de lágrimas frustradas hasta que Chaz las secó brusca y rápidamente con enfado antes de que los demás lo notaran, con las mangas del suéter que traía puesto y recordaba haber visto en Hayley alguna vez, o bueno, en Alexis. ¿Qué demonios me ha hecho, por qué no puedo sacármela de la cabeza?

-Eres un maldito desastre, Harry. - Masculló Chaz, ordenando a los chicos que soltaran a Louis, y señalando a este último con su dedo índice. - Aléjate. - Dijo, con una voz que no logré reconocer. Sonaba aterrador. - Complicas todo, y estás hiriendo a mi hermana. Te quiero lejos de ella, imbécil. Voy a llamarla, voy a preguntarle si has ido a verla en estos días que no me encuentre para ella. Voy a asegurarme de que te mantengas alejado de su entorno y de que dejes de hacerle daño. - Hizo una pausa pero después agregó. - Necesitas ayuda, Louis. Los dos lo sabemos.

Y entonces, lo empujó. Louis no pareció poner resistencia y, por el contrario, se dio la vuelta y abandonó el lugar. Los chicos me soltaron al fin y caí de rodillas al piso. Me sentía un desastre, tal y como Chaz había dicho.

-Ya, hermano. Todo va a estar bien. - Dijo Chaz, arrodillándose a un lado mío.

-Ella ya no me quiere, Chaz. Ella no querrá verme nunca más, porque piensa que sólo la he utilizado. - Murmuré. Mi voz se atoró en mi garganta, pero no me permití llorar.

-Dale un par de días para que el enfado se le pase, y cuando esto suceda... Llámala. - Dijo, en un suspiro. Lo miré con los ojos bien abiertos y sonrió con melancolía. - No puedo alejarla de los muchachos por el resto de nuestras vidas... Y menos si es evidente cuánto le gusta uno de ellos. - Me miró con una intensidad que me impresionó. - Tú le gustas, Harry. No te atrevas a arruinarlo. - Golpeó mi hombro.

Finalmente se levantó y me tendió una mano para ayudarme a ponerme de pie también. Incluso aunque mi pesimista mente estuviese deseosa de obligarme a permanecer aquí y buscar a Hayley, no podía hacer algo así. Necesitaba reponerme para poder arreglar las cosas con ella y del mismo modo, no fallarle a mi equipo.
El entrenador apareció poco después, seguido de Angelique, la madre de Hayley y Chaz. Apenas y se despidieron cuando la señora Driver se lanzó literalmente sobre Chaz, bendiciéndolo y deseándole lo mejor. Una vez que estuvo todo listo, logramos hacer todo el ridículo proceso del equipaje del que Niall antes había hablado y acto seguido pasamos por el detector de metales donde pasé sin problemas y arrivé el avión con resignación y tristeza.
Tan pronto como subí, deseé dormir todo el trayecto y no despertar hasta que todo volviera a ser normal y perfecto tal como había sido semanas atrás. Tomé asiento al lado de una chica que comenzó a coquetearme y decidí ignorarla aunque fuese grosero. Al fin y al cabo, la única que deseo que coquetee conmigo no va a volver a hacerlo nunca, porque la lastimé.