LXVI. Tu chico.

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Soy capaz de dormir una hora y despierto alrededor de las cinco de la tarde. Despierto a Chaz, quien duerme profundamente mientras me envuelve en un abrazo protector. Intenta, una vez más, convencerme de que jugar bajo éstas condiciones físicas no es lo más conveniente; sin embargo estoy decidida a hacerlo. Nicki, quien aguardó despierto leyendo un libro, me notifica que Harry hizo una aparición luego de que me quedé dormida y ambos decidieron que dejarme dormir era una mejor opción.
Me cambio el pijama por un pantalón holgado de franela y una camisa de algodón y acompañada por Nicki y Chaz me encamino a tomar un taxi.

-¿Te duele? - Pregunta Chaz, quien no se preocupa por esconder cuan ansioso se encuentra.

-No. - Miento. - Estoy bien.

La herida arde. Las lesiones en mi cuerpo me inmovilizan cuando realizo movimientos rápidos y eso me preocupa; mi posición como halfback requiere velocidad y no voy a poder desempeñarme correctamente si me detengo cada vez que el dolor se intensifica.
Estoy ansiosa. Quiero hacerlo bien, quiero sentirme orgullosa de mí misma, quiero que Harry se sienta orgulloso también. Deseo esto con tantas ganas que puedo sentir como burbujea mi sangre mientras ésta transita por mis venas con apuro.
Cuando arribamos el lugar, puedo sentir mi pulso tras mis orejas; estoy nerviosa hasta la médula y no sé qué pensar. ¿El equipo estará dispuesto a aceptarme de nuevo?

-Vamos, los sanitarios están por acá. - Dice Chaz y nos guía hasta el lugar donde podré cambiarme.

Los chicos me dan privacidad y cambio mi vestimenta por el uniforme, sin las hombreras, el casco y la camisa. Hemos llegado algo temprano, y el campo está vacío. Falta alrededor de una hora y media para que el partido comience y me siento profundamente nerviosa. Se siente casi como si pudiera devolver las crepas de ésta mañana sobre el césped mal cortado del área fuera de juego. Comienzo con los movimientos más básicos de un calentamiento normal, regulando constantemente mi respiración y una hora luego, me siento a estirar los brazos en la banca más cercana a mí. No me siento excesivamente cansada, pero mi garganta pide a gritos un poco de agua ya que los rayos del sol son abrasadores.

-Harry, qué bien que has llegado. - Escucho a Chaz decir en voz alta por la entrada del estadio. Mi estómago se hace un nudo y corro en dirección a los baños.

-Sí, bueno, creo que ha sido coincidencia; los chicos salieron antes que yo del hotel. - Hace una pausa en la que imagino que Chaz le asiente. - ¿Hace cuánto has llegado?

-Oh. - Suena sorprendido. - Hace unos minutos; no quería llegar tarde y, Hayley necesitaba un poco de tiempo a solas para asimilar la situación. - Miente.

-Entiendo. - Dice. - ¿Tú crees que ella... Vaya a venir?

-Harry... - Contesta Chaz pero es interrumpido.

-No, escucha. - Niega. - No quiero que juegue, podría herirse. Sólo... Me encantaría verla en las gradas con esa sonrisa que tanto me gusta. Además... - Dice, pero no soy capaz de escuchar el resto porque bajan la voz.

Asomo mi cabeza por la puerta, y los veo susurrando cosas a mitad de la cancha. Harry parece avergonzado, sin embargo, Chaz parece burlarse de su situación.

-Escuchar conversaciones ajenas puede resultar muy mal, Al. - Dice una voz a mi izquierda. - Déjame entrar antes de que me vean.

Le doy pase a Nicki dentro de los aseos para chicas y cierro la puerta silenciosamente. Me siento curiosa y quiero saber qué es lo que hablan Chaz y Harry, pero de nuevo se imposibilita la situación cuando el resto del equipo arriba el estadio y se acercan ruidosamente a los baños para cambiarse.

-Ya falta menos de media hora, la gente está empezando a llegar y no nos hemos cambiado aún. - Dice Niall. Un  deje de rencor me recorre el esófago. - Ni hemos calentado tampoco. El equipo adversario está por llegar.

Touchdown to your Heart. [H.S. Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora