XXXV. Juego entre nosotros.

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-Mira, ahí está. - Dijo la señora Styles.

-Ah, hola preciosa. - Dijo Harry.

Los miré bastante sorprendida e inquieta, no quería quedarme ahí.

-Um, buenos días.

-Hola linda, siéntate. - Me invitó la mamá de Harry.

Obedecí a su indicación y pensé cual era la manera más educada de explicar que había escuchado su conversación y que estaba totalmente en desacuerdo con la idea de quedarme.

-Hay noticias, preciosa. - Dijo Harry. - Hablé con Chaz.

-Sí, bueno... La verdad es que escuché lo que estaban diciendo.

-¿Ah sí? ¿Y qué piensas? - Preguntaba Harry.

-Pienso que no es buena idea. Les agradezco mucho su hospitalidad, su amabilidad y lo agradables que han sido conmigo, pero la verdad es que quiero volver a casa; comprendo que va a ser difícil pero a fin de cuentas, cuando la madre de esos niños se ponga bien, ellos se irán. - Sonreí.

Finalmente, después de tanto insistirle a Harry, logré convencerlo de que era la mejor idea. Sin embargo, al llegar a mi casa acompañada de Harry, ver a mi padre consintiendo a esos extraños, me revolvió el estómago.

-Hola linda, me alegra que hayas vuelto. - Decía mi padre acercándose a mí con nerviosismo.

-Sí, sólo a avisarte que volveré por la noche. Para que desocupes mi cama si alguno de estos extraños la está usando. - Escupí las palabras con muy poca delicadeza.

Y desde ese momento mis días de convirtieron en una rutina: dormía en casa, Chaz me llevaba a la escuela, salíamos, entrenábamos y luego a casa de Harry, y finalmente sólo llegaba a casa para dormir.

-¿Lista para entrenar, preciosa? - Preguntó Harry caminando a mi lado hasta la línea ofensiva.

-¿Preciosa? - Preguntó una voz masculina detrás de nosotros.

Qué costumbre de éste tonto de ser tan inoportuno.

-Es un juego entre nosotros que no te incumbe, Silver. - Contesté, con un tono bajo en mi voz.

-Calmado Rider, te molestas con mucha facilidad. - Dijo dando un golpe en mi casco y se fue.

Harry me sonrió y se fue a su posición. Las cosas entre nosotros iban muy bien, ya había pasado una semana desde que Anette estaba hospitalizada y por lo que oí a mi padre decir la otra noche, está en coma. Los tontos de sus hijos me evitan, lo cual agradezco. Sin embargo, mi padre continúa prefiriéndolos a ellos. En cada entrenamiento mi padre intenta que lo disculpe, pero eso no pasaría. Las cosas están complicándose, porque el primer partido real es en dos días, así es que hay mucha presión.

[...]

Harry se estacionó frente a mi casa tal cual lo hacía todos los días desde hacía una semana y se despidió de mí. Bajé y entré a mi casa escuchando las llantas del auto de Harry chocar contra el asfalto mojado, pues estaba lloviendo algo fuerte. Ojalá no lloviera para el día del partido, eso dificultaría más las cosas.

Entré y caminé a la sala, donde estaba mi padre de pie, con los tres chicos sentados en el sofá, y mi madre y Chaz de pie en la esquina de enfrente. La escena era increíblemente parecida al día en que llegaron ellos.

-Te estábamos esperando linda, toma asiento. - Dijo mi padre.

Entre cerré los ojos y me senté en una silla lejos de ellos, cuando mi padre comenzó.

-Hay noticias. Son sobre Anette. - Giré los ojos. - Ella... Ella falleció. Al parecer, tenía algunos problemas del corazón y su cuerpo ya no logró reaccionar. Tuvieron que desconectarla, ya no va a despertar.

Vi a sus tres hijos romper a llorar, y no supe cómo sentirme. Si bien era cierto que ellos no me agradan, también es cierto que no les deseo algo así. Se veían indefensos, desconsolados, como niños pequeños. Me recordaron a Chaz y a mí, cuando descubrimos el engaño y lloramos juntos encerrados en mi recámara.

-Y hay más. - Agregó mi padre. -En vista de que yo soy su padre, ustedes están bajo mi cargo, legalmente. - Oh, no. - Y mi obligación es cuidar de ustedes. Por lo tanto, Angelique y yo hemos llegado a un acuerdo. - Cerré los ojos, conteniendo el aliento. - Ustedes vivirán con nosotros.

Lo odio, lo detesto, no puedo tolerarlo. Si él quiere herirme a través de lo que más amo, que es mi familia, veremos entonces qué piensa cuando yo le dé en donde más le duele: Su querido fútbol americano. ¿Quién ganará el trofeo? Pues aseguro que los leones, no lo harán.

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Touchdown to your Heart. [H.S. Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora