XVIII - ¿Otra vez?

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Al salir después de esa clase ajetreada, Miku salió acompañada de Rin, Luka, Len, Kaito y Meiko, los cuales se convirtieron en sus más preciados amigos.

Pero en la entrada del recinto, volvió a encontrarse con el demonio. Estaban los cuatro chicos y chicas que más se metían con ella en su primera escuela.

-¡Vaya, Pelo Raro!- dijo una de las chicas con superioridad-. Qué sorpresa encontrarte aquí.

Miku intentó no enfadarse y se controló cerrando los puños de las manos con fuerza.

-¿Qué haces en esta escuela? ¿Te escogieron por pena?- preguntó otro de los chicos.

-¿Quiénes son, Miku?- preguntó Rin desconcertada mientras señalaba al grupo de muchachos que tenía enfrente.

-No son nadie- respondió ella con brusquedad.

Entonces una de las chicas abrió los ojos con intensidad y le dio un golpe a una de sus amigas.

-¿Qué haces tú con Kaito?- preguntó en un tono de voz entre enfado y asombro.

Kaito reaccionó rápidamente. Cogió a Miku de la cintura y la acercó a él, dejándola asustada y bastante desconcertada.

-Estamos saliendo- respondió firmemente.

Uno de los chicos bufó.

-No me lo creo. ¿Tú? ¿Pelo Raro?- dijo una chica mientras reía cruelmente.

-Sí- respondió ella un poco insegura, siguiendo de alguna manera el plan que había comenzado Kaito.

-Llevan dos semanas- dijo Rin sonriendo, también metiéndose en el plan. Pero parecía reírse de otra cosa.

-Genial...- murmuró una de las chicas con un claro tono de voz que indicaba envidia y celos-. Nunca creí que diría esto, pero enhorabuena. Te has podido llevar el pastel.

-¿Gracias...?- contestó Miku perpleja.

Kaito chasqueó la lengua un poco asqueado por el hecho de que le hubiera comparado con un pastel, pero no dijo nada más.

-Supongo que te veremos por aquí- dijo una de las chicas con indiferencia. Se despidieron con superioridad y marcharon en dirección contraria.

Cuando estuvieron lo suficientemente lejos, ella y Kaito se separaron rápidamente y todos se pusieron a andar por la calle.

-¿Y esos?- preguntó Meiko.

-Era gente- dijo Miku secamente-. Gente inmoral.

Todos se miraron entre sí, confusos por lo que había dicho su amiga. Estuvieron un rato en silencio, sin responder a lo que había dicho ella, y esta vez fue Rin la que rompió el silencio.

-¿Cómo es que te conocían?- preguntó a Kaito.

-Una vez fui con Gakupo y los otros a tocar en un festival de otro colegio. Resulta que tuvimos fama... Y eso- respondió indiferente-. Después de esto, es probable que esos imbéciles respeten mucho más a Miku.

-No lo entiendo- dijo Len confundido-. ¿Tú tocabas en festivales ajenos?

-No siempre. Pero nos pagaban incluso, así que...

-Pero esto es ridículo- dijo Meiko indignada-. Si os los encontráis otra vez, tendréis que fingir estar saliendo, da igual la situación.

-Entonces para algo me servirán mis tres años en el club de teatro.

-Del cual te expulsaron- recalcó Luka.

-No me expulsaron. Lo dejé porque había un tío que me caía fatal.

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