Rolling Girl

XLIII - Eso está genial, genial...

RIN & LEN:

Rin y Len se dirigían hacia su casa después de haber estado el hermano esperando a su hermana durante casi una hora. La chica se había entretenido con el plan de Luka para conseguir que Miku y Kaito empezaran a actuar como una pareja normal, por lo que Len tuvo que esperarse bastante rato.

-A ver, hermana, dime qué narices hacías durante una hora allí en el ático- preguntó el chico a medio camino.

-Nada en especial.- Rin estaba deseando poder contarle a Len lo sucedido, porque a simple vista podía verse que Kaito no había dicho palabra de eso. Pero prometió no contárselo a nadie, ni siquiera a su querido hermano gemelo. Era palabra de cantante.

-Bueno, tú y tus secretos de amiguitas. Da igual, no me lo cuentes, total, ya lo sé.

Rin se puso alerta.

-¿Lo sabes?

-Sí. Estuvimos hablando con Kaito. Él estaba especializado en el tema, por lo que se ve. Ni siquiera Gakupo sabía nada.

-¿Por qué Gakupo tendría que saber algo sobre el beso de Miku y Kaito?

Len se detuvo en seco al oír esas palabras.

-Espera, ¿qué?- dijo mientras sonreía-. Yo estaba hablando sobre Gakupo y Luka, que el tío se empeña en pedirle salir de una forma épica. ¿No hablabais de eso? ¿Qué beso ni qué pamplinas?

La chica se tapó la boca con ambas manos. ¡Qué descuido por su parte! Siempre decía lo que pensaba sin remordimientos. Pero eso de Gakupo también era muy innovador, ¡y ella no lo sabía! Eso era incluso más imperdonable que haberle dicho a Len lo sucedido entre Kaito y Miku.

-Bueno, bueno, bueno- dijo Rin sacudiendo la mano para quitarle importancia-. Sólo fue un besito de nada.

-¿Realmente se besaron?- exclamó Len.

-Ahá.

-¿Lo juras?

-Por Hades.

-Ves demasiado Saint Seiya, en fin.- Len suspiró-. Qué fuerte. Qué fuerte.

-Ya ves. Esto parece una serie shoujo de esas al estilo Ao Haru Ride.

-En serio, Rin, ves demasiaso anime.

-Déjame, insecto.

Len volvió a suspirar mientras retomaba el paso de nuevo. El hecho de que su mejor amigo no le contara eso le hacía sentir mal consigo mismo, creyendo que quizás no fuese tan íntimo como él creía, pero al mismo tiempo sentía otro estilo de remordimiento. Era extraño, como si realmente no quisiera que eso que le había contado Rin hubiese ocurrido.

-Bueno, hermanito de mi alma. Creo que nos toca hacer de cupidos. Al menos a Luka y a mí. Juramos que no diríamos nada sobre ello, así que el hecho de que lo sepas te pone en peligro- explicó Rin, tomando a Len por el brazo.

-¿En peligro?- preguntó Len.

Entonces su hermana se acercó lentamente a la oreja del chico.

-Como se lo digas a alguien, morirás.

Len apartó a su hermana de un empujón mientras esta reía a carcajadas.

-No tiene gracia.

-En realidad sí que la tiene.