Rin empezó a preocuparse al escuchar la conversación de los profesores. El festival iba a atrasarse por lo menos un mes y medio a causa del incidente, y prohibieron a todos los alumnos salir a la hora de descanso por peligro de terrorismo. IA se paseaba por los vacíos pasillos del instituto mientras tarareaba una canción, la canción de su hermano y ella.
Ciertamente ambos no pertenecían a esa lustrosa familia millonaria, sino que fueron salvados por ella. Dos chicos eclipsados por una sombra de nadie que les impedía salir de donde estaban, creyendo estar poseídos por algo nefasto, no hablar ni sentir, solamente llorar. IA no era su nombre, IO tampoco era el suyo. Nunca tuvieron nombre pero rara vez fueron tratados como humanos. Tras ser liberados de su rutina vagabunda en un mar de soledad, su personalidad se abrió y el mundo pudo ver que esos dos niños eran personas y no monstruos.
Y esa canción siempre le recordaba su situación. IA era la única que podía cantarla sintiendo poder dentro de ella, mas IO todavía tenía pesadillas por las noches. Aquellas cadenas arrastrándose por el suelo y el hecho de pensar que ni siquiera tenía la lengua para hablar. Sólo sus padres sabían eso, aunque ni siquiera lo fuesen en realidad.
Pero les querían. Y la muerte de su padre les volvió a hacer sucumbir.
-No lo sé, no lo sé; no sé nada. Ni siquiera la amabilidad después de un regaño, ni la calidez después de la lluvia; sin embargo realmente, realmente, realmente estoy frío...
Sabía la situación actual en el instituto: la taquilla arrojada sobre una alumna, y conocía esa alumna. Maldijo a su hermano por haber desaparecido, pero se sintió mal al hacerlo porque sabía que realmente le tenía aprecio a aquella gatita indefensa llamada SeeU. Pasó minutos y minutos deambulando por los pasillos hasta que escuchó la conversación de unos chicos dentro de un aula.
-¿Por qué quieres nuestra ayuda?- preguntó Gakupo haciéndose el interesante.
-Alguien quiso hacerle daño a esa chica porque sabía que estaba relacionada con mi hermano, así que...- dijo IA con los brazos cruzados.
Pero a Utatane le recorrió un escalofrío por la espalda y miró de cabeza a pies a la chica.
-¿Quieres decir que si nos relacionamos contigo acabaremos igual?- exclamó tembloroso.
Yuma se puso de pie.
-Sí, sí. Eso mismo. No vamos a relacionarnos con unos delincuentes.
Kaito quiso poner algo de endereza en la situación, pero le resultó imposible con las quejas de Gakupo, Utatane y Yuma. La chica estaba al borde del llanto, intentando explicarles que necesitaba colaboración de compañeros para poder solucionar ese caso, incluso después de repetir y repetir que si iba a la policía, todo se complicaría, así que al final Katio tuvo que ponerse serio. Dio un golpe tremendo a la mesa que hizo estremecer a toda el aula. Todos sus compañeros de clase enmudecieron, y los profesores que mantenían una ajetreada conversación en un rincón también se giraron para ver la discusión.
-¡Cierra el pico, caballo! Esto es serio, ¿no lo entiendes? Alguien quiere matarles por una maldita herencia. Incluso una chica del instituto ha salido perjudicada. ¿Crees que por rehusarnos a ayudarla vamos a salir impunes? ¡Pues claro que no! Somos ahora rehenes, no podemos salir porque quienes hayan hecho eso siguen por los alrededores. Van armados y no tienen misericordia alguna con los jóvenes. ¡Así que por favor, sed racionales, aceptad su petición y colaborad por el bien de este instituto!
Algunos aplaudieron, pero en realidad su discurso hizo estremecer a sus tres amigos. IA sonrió alentada y le dio las gracias reiteradamente.
-Veo que los besos de Miku hacen milagros- le susurró Yuma a Gakupo.
-El calzonazos de Kaito poniendo los huevos sobre la mesa, qué gran novedad. Definitivamente, Miku le ha cambiado- susurró Gakupo.
-Esperemos que Luka haga lo mismo contigo.
Mientras eso sucedía, IO y Miku se las arreglaron para salir del instituto sin que nadie les viera. Ella se sorprendió al ver las magníficas dotes de sigilo del chico, y una vez fuera del recinto, se dirigieron directamente al hospital. No creyeron que estuviese lejos, así que decidieron ir a pie. Tampoco llevaban dinero para el autobús.
Rin se puso las manos en la cabeza y empezó a delirar sobre la desaparición de Miku y el chico llamado IO y empezó a disparar a los profesores con preguntas acerca de la situación actual del instituto. Ellos respondieron que lo dejaron en manos de la policía, e IA al escucharlo se dejó caer al suelo y dijo que aquella no era una buena solución.
Ni siquiera era una solución.
Meiko comentó que llevaban tiempo sin ensayar y que ahora encima con el incidente este iban a retrasarse aún más los ensayos para el festival.
-Yo tenía una perfecta melodía pensada para todos aquellos profesores que creen que los alumnos somos esclavos- se quejó Rin.
-No admiten copias, así que espero que no sea otra canción al estilo The Wall de Pink Floyd- le advirtió Luka.
-Pues yo tenía una hablando de los pirómanos. Es bastante divertida. Aunque para el festival sólo se toquen esas de Miku, me gustaría ensayar la mía- dijo Gumi.
-Das miedo. Primero Panda Hero y ahora una de pirómanos. Realmente te gusta la destrucción- se impresionó Len.
-Vi entre el repertorio de Miku algo que me llamó la atención- dijo entonces Rin.
-No me creo que hayas cotilleado sus cosas en su ausencia.
-Sólo he encontrado esto: mirad.
Se trataba de un repertorio de canciones. Era una libreta con aspecto de diario de investigación antiguo plagado de letras, acordes y partituras algunas incompletas, otras bastante complejas, con el título en la portada de Night ∞ Series. Escritos en un papel al lado de cada página se encontraban nombres de gente de la clase que Miku creyó idóneos para cantar aquellas canciones. En un gran papel al final de todo había un espécimen de recuadro con todos los nombres, algunos tachados, otros marcados y muchos garabatos para al final dejar los siguientes nombres: Gakupo Kamui, Kaito Shion, Meiko Sakine, Gumi Megpoid, Rin Kagamine, Len Kagamine, Megurine Luka y, por supuesto, ella misma, Miku Hatsune.
-Esto es una obra de arte- exclamó Luka.
-Parece que quiere que cantemos esto- observó Rin.
-Pero... Esto es increíble. ¿Por qué no lo enseñó antes? Definitivamente esto arrasaría en el festival- dijo Len.
-Ahora no podemos hacer nada. Además, con el lío este que se ha montado...- dijo Gumi.
-Hay que mostrárselo al profesor. Si no podemos salir del instituto, al menos saquémosle partido- concluyó Rin con una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Rolling Girl
RandomEnvuelta en un halo de críticas, burlas, insultos e incluso agresiones físicas, Miku se consigue deshacer de todo ese horripilante pasado y se cambia a un nuevo instituto lleno de personajes nuevos amantes de la música.