XL - Todavía peor.

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SEEU:

SeeU seguía con el móvil perdido de ese tal IO. No se lo había dicho a nadie, pues se había jurado a si misma que iba a guardarles el secreto a ese par de hermanos, pero más que nada fue porque les tenía miedo.

No logró desbloquear su contraseña para acceder al dispositivo, así que se limitaba a observar la foto que tenía de fondo de pantalla y lo que ponía encima de lo que parecía ser la hora digital. En el fondo había una tumba, pero no parecía ser una tumba cualquiera porque ponía el nombre de una persona concreta con su fecha de nacimiento y defunción. Y la frase que ponía sobre la hora ponía Cubent, Amice. No sabía qué significaba, pero había deducido que estaba en latín.

Caminaba por los jardines y patios de ese instituto, contemplando el teléfono móvil que se le había caído a ese chico. Lo había puesto a cargar la noche anterior pues, no sabía por qué, la foto de fondo de pantalla la tenía poseída y gastaba toda la batería contemplándola e imaginando quién era y qué significaba.

Llegó a la reja del patio y se apoyó en ella de espaldas.

-Cubent, Amice- leyó en voz alta.

-Descanse en paz, amigo mío- dijo la voz de un chico detrás de ella.

Con el susto se sobresaltó, y el móvil de IO le cayó al suelo.

-Cuidado con eso, SeeU, que vale lo suyo- dijo sonriente el chico que tenía detrás.

Era precisamente IO, el chico que había perdido el móvil.

-¡Lo-lo-lo siento!- dijo disculpándose, tartamudeando con inquietud. Cogió el móvil rápidamente y, temblorosa, se lo ofreció-. T-t-t-toma. Se t-te ca-cayó a-ayer al sue... al suelo de... de... ¡Toma!

Extendió el móvil hacia delante. A través de la reja se podía coger con facilidad, pero aun así ella extendió aún más los brazos, cerrando fuertemente los ojos para no verle la cara de enfado que tendría.

Pero el chico se puso a reír y cogió el móvil de buen grato.

-¡Gracias!- dijo simpáticamente-. Temía que alguien me lo hubiera robado.

-¡No se lo dije a nadie!- se adelantó a decir. Entonces se inclinó hacia delante exageradamente-. ¡Adiós!

Dio media vuelta rápidamente y se fue corriendo como si fuera su última carrera antes de morir, dejando al chico atrás con cara de interrogación.

Huyendo de la situación, chocó contra una chica. Miku. Ella se disculpó, pero le costó levantarse pues estaba muy nerviosa. Ese par de hermanos la habían llenado de miedo. Temía que viniesen y le hicieran algo, pues estaba claro que ella no tenía permitido hablar sobre un tema en concreto, y la desconfianza que parecieron tener hacia ella quizás la delataría. Eso era lo que más temor le daba.

-¡Lo siento, Hatsune!- se disculpó. Realmente no hablaba mucho con ella. Sólo se la había encontrado por los pasillos y la conocía gracias al incidente que tuvo las primeras semanas en el lavabo del antiguo edificio de la escuela y, en esos momentos, la reconocía por ser la elegida por la CASEM. También había leído un par de canciones suyas fuera de las ganadoras: Your Star y una llamada Imitation. Le parecieron preciosas y con un significado muy profundo. Ella era la ayudante de la profesora de baile de la escuela y, aunque no le había permitido leer canciones de ningún alumno, las de esa chica le picaron un poco la curiosidad.

-No te preocupes- dijo Miku ayudándola a ponerse de pie-. ¿Pero a qué viene tanta prisa?

-No tengo permiso para hablar de ello- dijo rápidamente.

-Oh. Vale.

SeeU se dio cuenta de que la chica no parecía la misma de siempre. La que veía caminar por la escuela llevaba una gran sonrisa en la cara y estaba en todo momento rodeada por sus amigas. Pero ahora...

-¿Qué te pasa?- preguntó SeeU.

-Tampoco tengo permiso para hablar sobre el tema- respondió con una sonrisa tímida.

No quiso darle más vueltas. Se quedaron las dos de pie, una enfrente de la otra, pero ninguna de las dos articuló palabra hasta que una chica de otra clase se acercó a la de las coletas azules y le proporcionó una información que a SeeU no le hizo nada de gracia

-¿Alumnos nuevos? ¿Un par de hermanos gemelos?- inquirió Miku-. ¿Y eso?

La informante se encogió de hombros.

-Me han dicho que te lo dijera porque la chica irá a tu clase- le dijo.

-Ah, vaya- respondió Miku indiferente.

-Espera... ¿Dos hermanos?- intervino SeeU.

-Sí. Son un chico y una chica. Tienen el pelo de un rubio muy claro y, además, son bastante atractivos.

La informante sonrió pícaramente y, después de despedirse cordialmente, se fue por otra dirección.

-Oh, no. Eso no- murmuró SeeU-. ¿Serán ellos?

-¿Quiénes?- quiso saber su compañera.

-¡Tampoco me es permitido hablar!

Y se fue corriendo sin más.


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