-Oye, que Lin no te caiga bien no significa que nos tengas que criticar a todos- contestó una chica enfadada.
-Os critico, porque es lo que os merecéis- dijo pisando las palabras de su compañera, mirándola con rabia-. Pretendéis que todos tenéis que ganar, y por lo que me han dicho, cada año gana Luka por ser su favorita. Lo habéis aceptado, pero he llegado yo y han puesto una segunda posición para que ganasen dos personas y ya empezáis a rechistar. Quizás me han seleccionado porque le pongo mucho más empeño que vosotros y no me fijo todo el rato en ganar y sólo ganar, sino en expresarme, algo que quizás no tengáis en cuenta. Que la música no es sólo para los oídos de la gente ajena a ti, sino para ti, principalmente. Pero a esto no le dais importancia. A pesar de que todos tenéis talentos, sois unos orgullosos que os creéis capaces de todo cuando en realidad estáis suficientemente satisfechos con tocar el segundo escalón de la gran escalera, y con eso os sentís ganadores y superadores de incluso el rey del pop. Sois buenas personas, pero este ego que mostráis al ver que acecha el festival me saca de quicio. No sabéis hacer música porque realmente no os interesa esa meta.
Dicho eso, se levantó sin más cogiendo sus cosas con toda la furia hirviendo en su interior. Salió del aula dando un fuerte portazo, el cual causó una pequeña brecha en la pared.
Dejó a la clase boquiabierta y al profesor con perplejidad en la mirada. Pidió calmadamente a Gumi que fuera a buscar a su hermano, y ella tardó en reaccionar.
Al pasar cinco minutos en completo silencio dentro de la clase, llegó la presidenta del club con Mikuo detrás.
-Hatsune- dijo el señor Sunohara sin mirarlo a los ojos-. Cuéntanos qué es eso que le ocurre a tu hermana.
-¿Qué le ocurre?- preguntó desconcertado.
-Nos...- dijo Rin intentando hablar aún en shock por las palabras de su amiga-. Bueno, nos ha dicho que no quiere cantar delante de las personas por... no sé. Un pasado trágico, quizás. Y después se ha puesto a gritar que no ganar es culpa nuestra.
-¿Qué le ha pasado?- preguntó Kaito impaciente, aunque en el fondo lo intuía pues en los primeros días Miku se expresó muy claramente.
-Es bastante largo de explicar... Aunque se puede resumir- respondió el hermano rascándose la nuca con nerviosismo.
-¡Pues resume!- le ordenó Rin.
Él se sobresaltó y empezó a hablar apoyándose lentamente a la pared.
-Bueno, pues... Sus amigos sabréis que durante toda su vida sufrió acoso escolar- dijo.
Rin y los otros asintieron, aunque el resto de la clase negó con la cabeza, mirándose entre si impresionados.
-Y el hecho de que se cortase hace un mes fue a causa de que su tío la...- tragó salivo mirando a todos los compañeros que le miraban expectantes-. Bueno, la... violaba. Sí, eso. Y con su madre sin hacerle mucho caso por el trabajo y encima sin ningún amigo, intentó suicidarse más de una vez. Ese día en el colegio lo consiguió por segunda vez, aunque por suerte fue retenida antes que muriese.
-¿Por segunda vez?- preguntó Luka.
-Sí. Intentaba saltar des del tejado de casa, cortarse con los cuchillos de la cocina, tirarse a las vías del tren... Incluso meterse dentro de la bañera con algún chisme eléctrico, como una tostadora o un reproductor de música antiguo. Casi lo consigue un día saltando a las vías del tren, pero éste frenó antes de llegar a tocarla. Miku calculó mal, supongo- y luego sonrió intentando dar a entender que eso era el pasado, del cual no había nada del que preocuparse.
-¿¡Saltó al tren!?- preguntó Rin alterada, junto con otras voces que también se sorprendían ante esa mención.
-Sí. Y como ella nunca había tenido un amigo de verdad... Un amigo, en general, no tenía confianza en si misma. Nunca hablaba, nunca cantaba, nunca bailaba... Tenerla en casa era como vivir con un fantasma. Aunque a ella le gustaba muchísimo la música, y creo que nadie lo sabe, pero sabe tocar siete instrumentos.
Al mencionar eso, mucha gente pareció asombrarse. ¿Siete instrumentos? Nadie sabía que supiese tocar, al menos, más de tres.
-Y a pesar de que los tocaba de fábula, ella no quiso hacerlo nunca en público. Hasta que un día un nuevo amigo suyo la convenció de que lo hiciese... Lo que la llevó a esta escuela.
-¿Un amigo?- preguntó Rin.
-Sí. Se llamaba Michael Johnson. Era un buen chaval, y creo que por un tiempo Miku estuvo enamorada de él, quizás por ser la primera persona en entrar en su vida sin querer destrozarla.
-Espera...- interrumpió Len-. ¿Dices que lo de tocar instrumentos la llevó a esta escuela?
-¿Y lo de que estuvo enamorada?- saltó Rin emocionada.
-Bueno... El chico impidió que cometiera por enésima vez la locura de suicidarse, y desde entonces estuvo con ella siempre que pudo. Hasta para el concurso de talentos.
-¿Concurso de talentos? ¿Te refieres ese que hubo el año pasado?
-Sí. Participó bajo el pseudónimo de Ukim Henutsa. Ukim vendría a pronunciarse "yuquim" y es su nombre al revés. En el apellido jugó con las letras de Hatsune.
-¡Entonces tiene más sentido que la nominasen para el festival!- exclamó Meiko atando cabos-. Porque ganó el concurso de talentos.
-Sí. Y este le proporcionó dinero suficiente para conseguir una beca en esta escuela.
-En resumen... Sufrió tanto de pequeña tan verbal como físicamente que no tiene confianza para cantar delante de nadie. Sin embargo, tiene un talento innato para crear música...- concluyó Gakupo.
-El tema es que la música siempre la hacía sólo para ella, y yo le ayudaba para que no se sintiese sola. En general, componer era su ruta de escape. Solía aislarse durante semanas en su cuarto, faltando a clase, escribiendo, cantando y tocando sin parar. Fue uno de los métodos que le ayudó a saber tocar siete instrumentos. La guitarra, el piano, el bajo, la batería, el violín, el saxofón y el chelo. Ahorraba para comprárselos y luego dedicaba toda su atención a aprender a usarlos. Por estas razones ella cree que no valéis para hacer música, pues no la hacéis para vosotros, sino por el profesor o por el jurado del festival. Y ella tuvo que esforzarse al máximo, sufriendo día sí y día también. Es algo que no logra comprender.
-Dices que...- intervino Lin con una mirada de enfado-. ¿Nos ha dejado verdes a toda la clase sólo porque alguien la insultó?
-¿Sólo, dices?- Mikuo pareció reaccionar negativamente ante esas palabras-. ¿Acaso tienes un mínimo de humanidad en tu ser, Haine? ¿Tienes idea de cuánto tuvo que sufrir Miku para llegar donde está ahora? ¿Y lo que sigue sufriendo?
-Hay gente que está peor.
-Sí, ¿y qué? ¿Tienes que estar sin casa, ciego, sordo, mudo, sin piernas, sin comida, sin familia, sin nada, sólo para poder derramar una lágrima? Todo el mundo tiene derecho a sentir dolor y a llorar, porque el sufrimiento no se mide en cantidades, si no en sensibilidad. Para ti quizás lo que vivió fuese una estupidez, pero para ella no lo fue, así que cierra esa maldita bocaza.
La clase permaneció en silencio durante unos minutos, en los cuales el hermano de ella estuvo mirando al suelo de brazos cruzados, con los ojos llenos de rabia.
-No conocéis nuestro día a día- murmuró Mikuo antes de volver a salir por la puerta-. No conocéis nada.
Miku no había decidido irse a casa todavía, pues ir ahí no era demasiado agradable, y prefería quedarse en la entrada de la escuela, sentada bajo un árbol.
Su casa tenía pocos muebles, escasa decoración y muy poco mantenimiento. Era difícil querer una casa como esa, pero para ella resultaba suficiente para vivir. Tenía que dormir con Mikuo, pues no había dinero para más colchones, y ya no le quedaba ningún instrumento, ningún aparato tecnológico, pues lo había vendido todo para seguir adelante.
Su madre ya no vivía con ellos, porque después de la denuncia hacia su hermano, se puso en contra de sus hijos creyendo que todo era un sabotaje para echarlo de la familia, y se fue a vivir fuera del país, abandonando a Miku y Mikuo en la pobreza.
Siempre había sido una buena madre, pero en esos momentos... Resultaba ser un demonio.
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Rolling Girl
RandomEnvuelta en un halo de críticas, burlas, insultos e incluso agresiones físicas, Miku se consigue deshacer de todo ese horripilante pasado y se cambia a un nuevo instituto lleno de personajes nuevos amantes de la música.