XLV - Accidente

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Miku no se movió de su asiento en todo el rato. Las chicas empezaron a murmurar alrededor de Luka algo inentendible para los chicos que permanecían de pie ante la puerta con una sonrisa pícara dirigida a su amigo, al cual no solías ver con las mejillas sonrosadas y cara de querer desaparecer para siempre de esa situación tan incómoda.

No distinguió a Kaito. Se le hizo extraño la sensación de decepción que sintió al no verle. Pero ella estaba segura de que ese chico estaba por ahí, escondido, evitándola. Quizás tímido y avergonzado de la misma forma que estaba Gakupo.

Gakupo y Luka siempre habían sido unos amigos un tanto especiales. Rin ya comentaba que en los primeros años de primaria Gakupo jugaba con la melena rosada de Luka entre clase y clase mientras ella cerraba los ojos y le contaba apaciblemente ideas que se le ocurrían. Y él, sin dejar de acariciar el pelo de la chica, asentía y complementaba las ideas de ella.

Esos años desaparecieron con la adolescencia, pero los hermanos Kagamine estaban seguros que los sentimientos permanecen de una forma más plena que anteriormente.

Pero esa historia ella no la sabía. Miku sólo podía imaginarse a Luka negando cualquier tontería que dijera Rin y Gakupo huyendo de las risas malvadas de sus amigos.

No obstante, esa reunión fue creada con un único propósito, y Rin se percató de que toda la atención había recaído sobre Luka y no sobre Miku, como era de esperar. Kaiko la miró y ella le devolvió la mirada. Ambas estaban perplejas.

-Luka, ve con Gakupo. Has interrumpido cruelmente la reunión sólo por eso- dijo Rin firmemente.

-En realidad ha sido él quién lo ha hecho- respondió Luka todavía sonrojada.

-No me pongas excusas, Megurine Luka. Eres una chica hecha y derecha, no tienes ninguna razón para esconderte.

-No me estoy esc... ¿Pero tú te escuchas cuando hablas?

-¿Qué reunión?- inquirió Yuma-. "Caídas tontas y otras formas de perder la dignidad". ¿Realmente hacéis eso en vuestro tiempo libre?

-No es asunto tuyo, Yuma- dijo Gumi.

La charla fue interrumpida por un estropicio en el pasillo. Todos los del aula salieron, incluyendo a Miku, y todos pudieron contemplar a la perfección tres taquillas tumbadas en el suelo con una chica bajo de ellas. Rin ahogó un grito y corrió a intentar levantar las taquillas. Pero sus débiles músculos no ayudaban nada.

Kaito, Gakupo y Yuma se unieron a la inepta de Rin a intentar levantar un par, mientras Gumi, Luka, Haku y Akita levantaban otra. Miku se acercó a la chica que había bajo esas taquillas, tumbada e inconsciente. No tardó en darse cuenta que esa chica era SeeU.

-¿Está bien?- preguntó Meiko.

-¡Está inconsciente!- afirmó con preocupación Kasane.

-¡¿Cómo ha pasado esto?!- chilló Rin.

Algunos profesores ya se habían acercado. SeeU no parecía haber recibido ningún golpe crítico, según una enfermera, pero el estado en el que estaba su cuerpo era preocupante. Los murmullos se extendieron por todo el pasillo, y entre ellos se oyeron unos pasos frenéticos que se acercaban a la escena a gran velocidad.

Entonces, frenaron en seco. Los profesores permanecieron algo indiferentes ante la reacción del chico que acababa de plantarse delante de SeeU, creyendo que sólo se trataba de un amigo preocupado. Pero los alumnos de la clase de Miku observaron al recién llegado con interrogación.

IO miraba la escena con desdén. Parecía estar enfadado y frustrado consigo mismo. Se agachó al lado del cuerpo de la chica, y entonces los profesores sí que reaccionaron algo desconcertados. El chico se tomaba muchas confianzas con SeeU al acariciarle la mejilla con delicadeza, pero nadie quiso decir nada al respecto. IO estaba enfadado y murmuraba algo entre dientes con el ceño fruncido.

-Esto no tenía que pasar, ella no tenía nada que ver.- Fue lo que se entendió de sus palabras. Los profesores preguntaron acerca de la situación, pero él sólo negó con la cabeza-. Me las pagarán.

La clase de Miku contempló al chico con curiosidad, y sólo ella fue capaz de articular palabra:

-¿Sabes qué es lo que ha sucedido?- La pregunta era algo estúpida, pues los profesores la habían formulado antes. Pero esta vez el chico respondió, quizás no lo que querían oír todos, pero al menos no evadió la pregunta.

-¿Eres amiga de SeeU?- inquirió.

Todos miraron a Miku, esperando la respuesta. En realidad nadie era amiga de ella.

SeeU siempre había pasado desapercibida a pesar de su gran, ondulada y rubia melena. Pero eso Miku no lo sabía.

-Sí, más o menos- respondió.

-¿Te ha contado algo?

El chico estaba algo excitado. La rabia que sentía quizás iba más allá del incidente recién sucedido.

-Dijo que no podía hacerlo.

-Bien- dijo IO mientras se acercaba a Miku. La agarró por el brazo y la empezó a arrastrar hacia la otra dirección del pasillo-. No es nada personal, pero necesito a alguien que la conozca. Es una situación un poco peliaguda.

-¿Cómo?

Miku estaba desconcertada.

Y Kaito miró la escena con recelo.

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