-He terminado la canción- dijo el muchacho.
-¡Dios, Len! ¿Y por esta tontería me asustas así?- le respondió ella.
Estaba claro que eran hermanos.
De repente, el chico miró a Miku con cara de perplejidad como si intentara adivinar quién era esa joven.
-¿Y ésta?- preguntó desconcertado.
-Es la nueva- le respondió Gumi-. Que por cierto, todavía no sabemos su nombre.
-Miku Hatsune- dijo ella inclinándose hacia delante cordialmente.
-¡Qué nombre más chulo!- exclamó Rin devolviéndole los papeles a su hermano, el cuál la miró incrédulo.
La chica miró a todos los presentes, observándolos bien. No se parecían a nada a la gente de su pasado, y eso la tranquilizaba. Eran gente que no tomaban en cuenta tu aspecto para juzgarte, y te trataban bien a pesar de que fueses como un intruso en su territorio.
-Por cierto- preguntó Megurine-. ¿Qué te ha pasado en la cara?
Entonces Miku reaccionó. Se palpó el vendaje que le cubría la mejilla y se empezó a poner nerviosa. Nunca le había contado a nadie la verdad de nada.
Sólo su hermano sabía de qué se trataba, y con eso tenía suficiente. Era demasiado débil y cobarde como para decir nada.
-Un rasguño- respondió con timidez-. Nada grave.
La chica del pelo rosa se encogió de hombros para dejar de darle importancia y miró al recién llegado.
-Así que terminaste la canción- le dijo.
-Afirmativo- le respondió el muchacho levantando el dedo pulgar.
-¿Me la dejas?
-Puedes retocarla, si quieres, pero mi parte es mi parte- le dijo recalcando bien la palabra mientras le entregaba los papeles.
-Ahora- dijo Rin- voy a presentarte a nuestros amigos. También son del curso artístico.
La chica sonrió para darle a entender que le parecía bien, aunque aun así seguía un poco asustada por tanta novedad.
Caminaron hasta un corro de chicos y chicas que estaba ocupando medio pasillo. Pasaron entre la gente y vieron que en medio estaba el mismo chico del pelo azul que antes había hecho caer a Miku junto con otro que tenía el pelo de un rosa rojizo, por lo que pensó que quizás en aquella escuela tu aspecto era bastante irrelevante a la hora de juzgarte.
-¡Kaito!- llamó Rin-. ¡Yuma!
Los dos muchachos se giraron hacia ella y le dirigieron una sonrisa amistosa. El corro se separó un poco para dejar paso a las cinco chicas.
-Ésta es Miku Hatsune- dijo ella señalándola. Se inclinó hacia delante para saludar-. Es la nueva integrante. Éstos son Kaito y Yuma.
-¿A qué se debe tanta gente?- preguntó sin querer Miku. Rápidamente se dio cuenta de que no tenía que haber hablado.
-Es algo usual aquí. Los del club de música suelen tener bastantes fans- le respondió el chico del pelo azul encogiéndose de hombros pero sin dejar de sonreír.
Ella asintió en señal que lo había entendido, y prefirió no preguntar más.
-Por alguna parte debe estar Kasane- preguntó Rin agarrándola por el brazo obligándola a salir de la multitud-. ¿La habéis visto?
-Si no está en el Aula, no sé dónde puedes encontrarla- respondió Yuma.
Len se quedó con los muchachos, pero las chicas siguieron buscando.
Al llegar de nuevo al Aula, lo que resultó ser esa sala llena de instrumentos, vieron a un par de chicas tocando el violín y el chelo, quizás afinándolos, porque sonaban horrible.
-¡Aquí estás!- gritó contenta Rin al abrir la puerta-. Mira, Miku, éstas son Kasane Teto y Haku Yowane.
Iba a tardar en aprenderse los nombres, de eso no había duda.
Miku se inclinó de nuevo para saludar, pero sin decir nada. Kasane y Haku también hicieron lo mismo.
-Se llama Miku Hatsune- dijo Gumi alegremente.
-Muy bien, Miku- dijo Kasane-. ¿Qué instrumentos sabes tocar?
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Rolling Girl
RandomEnvuelta en un halo de críticas, burlas, insultos e incluso agresiones físicas, Miku se consigue deshacer de todo ese horripilante pasado y se cambia a un nuevo instituto lleno de personajes nuevos amantes de la música.