XLII - Pretendientes

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KAITO:

Estornudó sonoramnte.

-¿Te has resfriado?- preguntó Yuma.

-Oh, no creo- respondió, sorbiendo por la nariz.

-Por cierto, ¿Dónde has estado en el almuerzo?- preguntó Gakupo.

El chico se frotó la cabeza con timidez mientras miraba al suelo pensativo.

-He ido a buscarla- respondió.

-¿A quién?- preguntaron sus amigos.

-Pues a Miku.

-¿Eh? Ah...- Gakupo soltó una carcajada pícara y le dio un par de golpecitos con el codo a su amigo-. Ya veo, ya veo. Has estado ocupado.- Y le guiñó el ojo.

-Pues realmente...

-¿En serio? ¿Con Miku? ¿Kaito? ¿Sabes la de chicos que te odiarán ahora?- intervino Len, que paseaba al lado de esos tres chicos que le sacaban un par de cabezas.

-¿Qué?

-¿De verdad esa chica tiene tantos pretendientes?- preguntó Yuma.

-Ayer, paseando por el campo de béisbol, oí hablar a unos chicos sobre ella- explicó Len, forzándose a mirar arriba para verles mejor los ojos a sus amigos-. Decían que era muy mona y que su voz era muy dulce, aunque también mencionaron que "ese Kaito me pone de los nervios, se las lleva a todas".

-Eso es mentira. Mira a Rin: son amigos desde primaria y Kaito no la tocaría ni con un palo- dijo Gakupo.

-Mi hermana es de otro estilo, supongo. Y a ella ya le gusta alguien. ¿Tú qué crees, Kaito?

-¿A Rin le gusta alguien? Creía que tenía el libido más bajo de toda la clase- rió Yuma.

-Yo al principio creía que le iban las chicas- dijo Gakupo con seriedad.

-Eh, que estamos hablando de una Kagamine, chicos, y yo estoy delante- dijo Len.

-¿Te incomoda que hablemos de la sexualidad de Rin delante de ti? Ten más estómago, tío.

-¿Podéis cerrar el pico?

La intervención repentina de Kaito hizo que los chicos se estremecieran. Se acababan de dar cuenta de que su amigo no había dicho nada desde que Len mencionó lo del campo de béisbol. Y era normal. Un poco ofensivo podía sonar, pero era un hecho que Miku no era una chica tan carismática y sobresaliente de las demás. Si no hubiera sucedido el incidente que la hizo estar en silla de ruedas, quizás la gente tendría más recelo y pasaría más desapercibida.

Pero bueno, él no era nadie para juzgar a los otros chicos, pues era obvio que él también la quería. Estaba dentro del mismo saco.

Un momento... ¿Él la quería? Se le hacía raro pensar eso.

-Me da igual si alguien me odia por estar con ella. Aunque todo dependerá de Miku- dijo después de hacer callar a sus amigos.

-Tienes razón- afirmó Len.

-Además... ¿Por qué tenemos que hablar de ella? Es obvio que Gakupo también tiene algo que contarnos acerca de Luka.

Gakupo se puso rojo como un tomate.

-¡Mentira!- gritó mientras le señalaba-. ¡Sólo intentas posponer la charla sobre amores de instituto que estaba por darte poniendo como pretexto a cualquier chica guapa!

-Me gustaría evitar esa charla...

-¿Qué? ¿Luka y Gakupo? Eso como intentar mezclar agua con aceite- intervino Yuma.

-¿Qué es lo que has dicho, Caballo?- le espetó Gakupo con el puño en alto, preparado para una pelea.

-¿A quién llamas tú Caballo?

-No lo veo tan mal. Además, creo que Luka también está por ti- dijo Len sonriente.

Gakupo apartó a Yuma de un empujón y se puso al lado de Len con una sonrisa de enamorado perdido.

-¿¡De verdad lo crees!?

-Pareces una chica usando ese tono de voz tan ridículo- dijo Yuma.

-Cállate, Caballo.

-Deja de meterte con mi nombre.

-No es mi culpa que tus padres pusieran a un animal en tu nombre.

-Eres el único que lo ve así.

-Cierra el pico, Caballo.

-¡Te he dicho que dejes de llamarme así!

[El chiste del caballo está en que UMA (el kanji 馬) significa caballo en japonés. Sí, muy malo]

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