Dragones, Amor y Mazmorras | Eddie Munson [+18]

Capítulo 2

Crystal

Notaba cómo la sangre corría hacia mis mejillas, y mis ojos enloquecían sin saber a dónde mirar. Levanté el dedo de forma brusca y casi rechinando los dientes y sin dejar de mirar sus ojos marrones que parecían brillar de diversión intenté mostrar toda la seriedad que pude.

—No me vuelvas a llamar así. Para ti soy Crystal, pero prefiero que no te refieras a mí de ninguna...

—Señorita Carver, ¿quiere contar a la clase la conversación tan interesante que está manteniendo con el señor Munson? Si le parece más importante que el itinerario del curso, nos gustará escucharlo.

Toda la clase con profesora incluida se quedó mirando hacia nosotros. Eddie se limitó a sonreír y cruzarse de brazos y piernas, como si disfrutara del espectáculo. Yo, sin embargo, sentía que la ansiedad me quería comer y no sabía qué decir o qué hacer.

—Disculpe señorita Stewart, le estaba preguntando a Carver si me había perdido algo en la media hora que he estado ausente. —La sonrisa de Eddie se ensanchó hasta mostrar sus dientes. —Siento las molestias.

Parece que aquello convenció a la profesora, pues siguió explicando qué rotaciones tendríamos este año para las clases. Eddie no volvió a dirigirse a mí en lo que quedaba de hora, y yo no volví a mirar ni siquiera de soslayo hacia su sitio.

♥

En cuanto sonó la sirena de fin de clase, me levanté tan rápido que por poco se me caen todas las cosas del bolso, y salí a todo correr por la puerta hasta escabullirme por los pasillos de los cursos más jóvenes, donde todavía una chica de mi edad podría imponer algo de respeto y no me molestaría nadie. Me senté en el suelo abrazada a mis rodillas y puse la cabeza entre ellas, suspirando.

La única cosa buena que tenía este curso es que era el último y no tendría que ver a Eddie, pero parece que mis planes se habían ido a la mierda en menos de un día. Todo lo que había pensado que haría para centrarme y acabar lo mejor posible hasta la graduación ahora estaba borroso. ¿Tendría que sentarme a diario con él? ¿Después de todo lo que pasó? ¿Es que a él le daba completamente igual?

—Oh, tú eres Crystal, ¿no? —Una voz me sacó de mis pensamientos. Al mirarlo vi a un chico un par de años menor que yo, con el pelo rizado bajo una gorra y una amplia sonrisa, con la mano estirada en mi dirección. —Crystal Carver, la hermana de Jason Carver, ¿no?

—¿Quién lo pregunta?

—Dustin, Dustin Henderson. —El chico retiró la mano al darse cuenta de mi inacción— ¿Tú formabas parte del Hellfire Club, ¿no? Te he visto en las fotos del año pasado.

Rodé los ojos y suspiré profundamente. Pensé en contestarle algo totalmente borde para que me dejara en paz, pero a la vez era la primera persona que me había hablado desde hacía unos cuantos meses, así que torcí el gesto y asentí un par de veces.

—Sí, formé parte, pero ya no. ¿Eres un nuevo recluta de Munson?

—Todavía no, pero quiero pedir plaza para empezar este año, me han hablado muy bien del club. Me encanta D&D, llevo jugando con mis amigos desde pequeño.

El chico no dejaba de sonreír mientras me contaba cómo se reunían en el sótano de uno de sus amigos a jugar D&D toda la noche, me contó todo acerca de su personaje mientras yo no dejaba de asentir y sonreír con educación, hasta que terminó de contarme cosas para volver a hacerme preguntas.

—¿Y tú por qué dejaste el club? ¿Ya no te gusta jugar?

Algo se rompió dentro de mí al pensar la respuesta a su pregunta. Claro que me seguía gustando jugar, era mi juego favorito. Me moría por volver a jugarlo de nuevo, pero ya no podía. Y todo era mucho más complicado de lo que podía contarle a este simpático chaval lleno de ilusiones por pertenecer al infame club del que yo deserté el curso pasado. Me vinieron mil imágenes a la cabeza pero ninguna respuesta coherente, hasta que levanté la vista y miré a Dustin a los ojos y negué con la cabeza.

—He madurado, los juegos ya no son lo mío, tengo que centrarme en los estudios si no quiero acabar aquí el resto de mi vida.

Mostré una sonrisa falsa mientras los ojos se me llenaban de lágrimas. Nunca me había gustado mentir, ni siquiera de forma tan estúpida y sin sentido. No podía renegar de lo que de verdad me gustaba, era duro. Dustin perdió su permanente sonrisa para asentir un par de veces y se quedó callado.

—Espero que Munson te haga un hueco, Dustin Henderson. —Miré mi reloj y la sirena estaba a punto de sonar, así que me levanté y le golpeé la gorra con el dedo al chico. — Disfruta tanto como yo lo hice.

Eché a andar con una sensación agridulce, fantaseando con la idea de que todo pudiese seguir igual, que pudiese volver al club y volver a jugar con todos sin preocupaciones, como siempre había sido.