Capítulo 11

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Eddie

Otra vez no. No podía haberla cagado de nuevo. No así. No después de la noche más maravillosa de mi vida.

—¡JODER!—Pegué un portazo para quedarme a solas, no quería que nadie entrara ahora a llamarme la atención.— ¡MIERDA, MIERDA, MIERDA! ¿Cómo he podido ser tan retrasado? Joder.

Me fui resoplando a mi sitio para centrar mis pensamientos e intentar idear una maldita solución a este lío que me había buscado yo solito.

—No soy suficiente para ti, no lo soy, yo no... —Empecé a sollozar, golpeando la mesa repetidas veces con toda la fuerza que me era posible— Nunca voy a ser suficiente para ti, Crystal, aunque eso sea lo que más desee en este asqueroso mundo.

Hundí mi cara en ambas manos, intentando dejar de llorar. Recordaba el cuerpo desnudo de Crystal encima de esa mesa, tan perfecto que dolía. Tan sensual que me estaba volviendo a excitar solo de pensarlo. Y lo había perdido de nuevo. Había perdido a la mujer de mi vida de nuevo.

Habría sido fácil volver con ella y poder ser feliz de nuevo, pero a largo plazo ella no lo sería, y no quería eso. Yo no soy más que un inadaptado que quedará pudriéndose en su caravana con una mujer florero y varios críos dando por el culo a todas horas. Yo no estaba destinado a ser feliz, y lo asumía y lo llevaba con entereza. Al menos hasta que me di cuenta de lo perdidamente enamorado que estaba de mi mejor amiga hace ya más de medio año.

Cuando estás enamorado crees que todo es posible; que la vida que deseas se puede hacer realidad independientemente de dónde hayas nacido y bajo qué apellido. Sientes que junto a esa persona todo estará bien, que siempre habrá una solución que os haga felices a ambos, que nada ni nadie podrá separar esa unión perfecta de dos almas errantes que han tenido la suerte de nacer en la misma época y el mismo puto planeta a la vez.

Yo encontré a mi mitad, a la única persona que genuinamente se ha preocupado por mí, que me ha cuidado como si fuera una persona y no un desecho.

Y la perdí por voluntad propia, pero ¿qué se supone que tengo que hacer? ¿Dejar que la relación siga para yo ser feliz todo lo posible hasta que ella tenga sueños de futuro que no le puedo ofrecer? No... No quiero sufrir de esa manera, y mucho menos hacerla sufrir a ella. Y lo que sobre todo no voy a permitir es que ella acabe en esa sucia caravana y sus sueños se vayan a la mierda. No podría vivir con ello en la conciencia. Ella merece tenerlo todo, como una maldita princesa.

¿Qué hacer? ¿Ignorarla por completo y hacer como si no existiera? Eso también le haría daño. Mantener nuestra relación de amistad está visto que tampoco funcionaría, los dos nos atraemos de forma irremediable.

Al rato me encontré a mí mismo llorando desconsolado y sin camiseta en la sala de rol cuando ya habían dado las 23:00. Qué humillante, no podía caer más bajo ya.

¿Habría llegado Crystal bien a su casa? Cuando se pone cabezota no hay quien la supere, ir detrás de ella solo me habría restado más puntos aún, y seguramente quisiera desahogarse de camino a casa como alguna otra vez.

Me puse la ropa de nuevo y eché a andar hacia mi casa. Al llevar unos minutos andando me percaté de que sin darme cuenta había llegado a la casa de Crystal.

Me quedé embelesado mirando a su ventana, donde tantas veces se asomaba para decirme adiós y tirarme besos cuando la acompañaba a casa. Volvía a tener ganas de llorar. Tiré unas cuantas piedrecitas a la ventana de su habitación, por si por algún motivo podía verla de nuevo. Tan bonita, tan amable, tan buena...

Esperé y esperé y nadie se asomó, así que mis sollozos y yo nos fuimos a la caravana, al lugar de los sueños rotos. A mi sitio en el mundo.

Crys al final acabaría sintiendo poco más que odio hacia mí, y no sé si era lo correcto o era totalmente lo opuesto a lo que tenía que sentir por mí.

¿Ella seguía enamorada de mí? ¿O solo me deseaba físicamente tanto como yo a ella?

Dragones, Amor y Mazmorras | Eddie Munson [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora