Capítulo 24

2.7K 215 79
                                    

Eddie

Estaba ya a mitad de camino a casa tarareando una de mis canciones favoritas cuando escuché la respiración acelerada de alguien a pocos metros detrás de mí. Rápidamente me di la vuelta y observé que alguien se metía torpemente detrás de un árbol.

—¡Eh! ¿Quién coño eres? ¿Por qué me sigues? —grité en dirección al escondite, de repente enfadado y confuso.

Al cabo de lo que parecieron varios minutos, la silueta de la persona escondida salió a la luz de la luna. Era Chrissy, vestida con su uniforme de animadora y una chaqueta oscura por encima. Su pelo estaba despeinado y se podía apreciar que estaba lleno de ramitas y hojas.

—Siento haberte asustado, conejito. —Chrissy con gesto triste se acercó más hacia donde yo estaba, yo di un paso hacia atrás por inercia.

—¿Qué haces por aquí sola a estas horas, Chrissy? ¿Me estabas siguiendo?

—Yo... Bueno, no sé si seguir es la palabra... Iba a acompañarte a casa para darte una sorpresa. —Chrissy sonrió ampliamente y volvió a dar un paso hacia delante, esta vez me quedé en el sitio.

—Creo que la sorpresa ya me la he llevado, pensaba que me querías robar o algo peor. —Me crucé de brazos y la miré con severidad—. ¿Qué querías decirme?

Chrissy tenía las rodillas juntas y se movía en el sitio nerviosa, mirándome de reojo y buscando las palabras.

—He dejado a Jason, ¿sabes? Yo... aún te quiero a ti, conejito. Quería decírtelo, porque creo que tú también me quieres a mí y... y podríamos volver a intentarlo. —Se mordía el labio con insistencia—. Volver a empezar. Yo hice cosas mal y merecía que me dejaras, pero ahora lo veo claro y... y estamos hechos el uno para el otro. Los opuestos se atraen, ¿no?

—Varias cosas, Chrissy. Primero: no me llames conejito. No me gustaba cuando estábamos juntos y mucho menos me gusta ahora, de hecho lo he detestado desde la primera vez que me lo dijiste. Segundo: yo no te quiero, siento decirlo de esta forma pero creo que ya lo dejé claro cuando terminé nuestra relación hace unos meses. —Apreté mi tabique nasal con dos dedos, cerrando los ojos con fuerza—. Entiendo que el gilipollas de Carver no haya sido el mejor novio del mundo, pero eso no quiere decir que yo lo sea. No voy a volver contigo, Chrissy.

La chica se quedó pálida a la luz de la luna. Su cabeza estaba ligeramente inclinada hacia arriba para mirarme a los ojos. Empezó a llorar como un bebé de repente.

—Chrissy, vamos. No llores, no pasa nada. No es el fin del mundo, encontrarás otro chico que te haga feliz, en el equipo de baloncesto aún quedan muchos donde elegir. —Intenté no sonreír a mi propia broma—. Vamos, vamos. Te acompaño a casa y seguro que mañana ya lo ves todo de otra forma.

Le puse una mano en el hombro a Chrissy, intentando consolarla. Era una situación bastante incómoda, ya que no sabía cómo hacer que parara de llorar.

—Pero yo te quiero a ti, Eddie. Eres diferente, especial. —Seguía llorando a lágrima viva—. No voy a encontrar a nadie como tú nunca más. Vuelve conmigo, por favor. —Se echó a mis brazos y tuve que apartar la cara para que no me besara, la agarré de ambos hombros y la alejé un poco de mí.

—Chrissy, ahora estoy saliendo con alguien. No voy a volver contigo, y mucho menos por pena. No te des tan poco valor, por Dios. Eres buena chica a tu manera. Si quieres uno como yo, en mi club hay más integrantes, somos todos muy parecidos.

—Pero tú eres el más guapo de todos y y y... Y yo te quiero a ti. —Parecía que lloraba aún más intensamente—. Un momento... ¿Cómo que estás saliendo con alguien? ¿Con quién?

Quería gritarlo a los cuatro vientos, pero en el estado en el que estaba Chrissy no veía conveniente que se enterara de que estaba saliendo con la hermana gemela de su ahora nuevo ex-novio.

—Vamos a dejarlo así por hoy, Chrissy. Venga, te acompaño a tu casa y te calmas allí, ¿sí?

La animadora empezó a pegarme puñetazos en el pecho y me gritaba insistentemente que le dijera quién era mi novia. Al cabo de un rato, suspirando, desistí.

—Crystal Carver. Estoy saliendo con Crystal Carver, Chrissy. Y a ella sí la quiero y la he querido desde que era un crío.

Chrissy miró a mis ojos completamente sorprendida. Su cara empezó a desencajarse por la rabia y de repente ya no lloraba, solo gritaba de forma estridente.

—¡¿Me has cambiado por esa?! ¿Me has cambiado a mí por la friki sin amigos de Hawkins? No me puede estar pasando... No...

Sus palabras me enfadaban y me dolían, pero la prioridad era acabar la conversación y que se fuera a su maldita casa de una vez.

—Chrissy, no te lo voy a decir de nuevo. Acaba con esto y vamos a casa.

—Me has... matado socialmente, Eddie. Ahora todo el mundo pensará que soy peor que esa marimacho.

—Es que es la verdad, Chrissy. Solo por lo que acabas de decir de ella, jamás estarás a su altura. Crystal es mejor de lo que tú serás jamás.

Sin decir una palabra más, Chrissy de repente echó a correr por la zona más oscura de la calzada, donde empezaba el bosque. Salí detrás suya e intenté detenerla pero al cabo de los segundos la perdí por completo en la oscuridad.

Dragones, Amor y Mazmorras | Eddie Munson [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora