Capítulo 6

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Crystal

Las semanas pasaban de forma anodina sin ninguna novedad. Encontraba las formas de escapar de la presencia de todos en clase y en el comedor, escapaba por los pasillos, me encerraba en los baños, acudía a los rincones más inhóspitos del instituto y no me dejaba ver en ningún momento que no fuera totalmente necesario. Soportaba como podía los días que tenía que aguantar la presencia de Eddie sentado a mi lado completamente en silencio, sin dirigirnos la palabra, y todo iba relativamente bien en el profundo pozo que era mi vida en esos momentos.

Crucé algunas palabras más con Dustin, quien ya llevaba con orgullo la camiseta oficial del club, pero intentaba evitarlo a toda costa por el incesante recuerdo y las ganas de jugar que me daba escucharlo hablar tan emocionado y feliz de pertenecer a un grupo. Siempre me veía reflejada en ese pequeño cabroncete y envidiaba de alguna forma que tuviera lo que yo ya tuve y lo que ahora anhelo.

Algunos días mi cabeza me pedía encontrar nuevas amistades e incluso formar mi propio club de D&D, pero al rato recordaba lo mal visto que estaba en el instituto y la tarea se me hacía imposible. Ni siquiera era capaz de hablar con alguien nuevo sin tener la sensación de que me conocían por ser "la chica que ni siquiera el friki quiso". Mi hermano ya se había encargado de que todos supieran de mi desengaño amoroso, aunque no estoy segura de si sus intenciones eran del todo malas o solo quería dañar la reputación de Eddie más aún.

A veces veía a Eddie pasear en el comedor con la animadora chillona, era difícil olvidarme del tema puesto que mi hermano estaba colado como un tonto por ella. Por más vueltas que le daba me era imposible adivinar por qué querrían estar con una histérica que no miraba por dónde iba y se creía más importante que los demás.

Y es que cuando iba con Eddie y me veía, los ojos casi se salían de sus cuencas y obligaba a su novio a tomar otro camino para no encontrarse conmigo. Pese al dolor, encontraba esto último bastante divertido y algo satisfactorio.

Me encontraba sentada en un bordillo alejada de todos los grupos, garabateando en mi libreta mientras pensaba en todo esto, cuando de repente escuché la voz familiar de Dustin.

—¡Hola Crys! Te quiero presentar a alguien. —Levanté la mirada del cuaderno y los miré con una ceja alzada. Un chico muy delgado con el pelo negro y una prominente nariz estaba al lado de Dustin, visiblemente incómodo— Este es Mike Wheeler, uno de mis mejores amigos y miembro del club.

—Ya... Muy bien Dustin, me alegro de que tengas amigos. ¿A qué vienen tantos modales?

—Esto... Verás... Tenemos un problema.

Mike asintió varias veces, nervioso, mientras Dustin intentaba encontrar las palabras que quería decir.

—Te necesitamos, Crys. Tenemos un amigo que va a faltar esta noche a la partida, y necesitamos a alguien como suplente. Hemos preguntado por ahí pero ya sabes cómo es esto; nadie quiere juntarse con los frikis.

Solté una risa nasal bastante exagerada, cruzándome de brazos.

—Claro, y quién mejor que la chica que no tiene amigos, ¿no?

Suspiré profundamente, visiblemente ofendida. Era lógico que fuera su última opción dadas las circunstancias, pero eso no me dejaba en buen lugar, y todavía me quedaba orgullo.

—Por favor, Crys, sabes que si no rellenamos el hueco no podremos jugar, y hemos estado esperando esta sesión durante semanas. —Dustin juntó las manos, gesto que repitió Mike a su lado. — Eres la persona perfecta para jugar, y aunque ya no te guste, antes eras miembro del club.

De nuevo esa sensación de estar mintiéndome a mí misma. Picaba, ardía dentro de mí.

—Sabes que Munson nunca me dejaría entrar de nuevo en ese aula, ¿no? —Sonreí de lado, imaginando el panorama. — Eddie y yo tenemos una historia bastante turbia, por si sois los únicos en Hawkins que no os habíais enterado.

Dustin y Mike se miraban mutuamente como si hubieran fracasado en la misión más importante de sus vidas. Cerré los ojos durante unos largos instantes y la voz salió sola de mi cuerpo.

—¿Qué cojones? Apuntadme. Vamos a ver si es más surrealista la campaña del juego o los acontecimientos de la vida real. Estad preparados para lo que pueda venir, chicos.

Suspiré para mis adentros, muerta de miedo y a la vez eufórica. Los dos chicos incluso pegaron unos saltitos de alegría en el sitio, dándome las gracias unas veinte veces antes de despedirse de mí, no sin antes quedar a las 20:00 en el aula del club Hellfire.

Allí donde murió la antigua Crys, ¿quedarían las cenizas para poder renacer?

Dragones, Amor y Mazmorras | Eddie Munson [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora