Crystal—Para quien no conozca a este... ser, os daré una pequeña descripción para que tengáis más claro de la gravedad que estamos hablando. —Continuó mi hermano—. Edward Munson, más conocido como Eddie, es el líder del club "Fuego infernal". Dice mucho el nombre que puso a su club, pero más si cabe habla de él que a lo que se dediquen en dicho club sea jugar a Dragones y Mazmorras, el juego que ha estado saliendo constantemente en las noticias por sus incitaciones al suicidio, al cultismo, a la adoración de Satanás o incluso, lo peor de todo, al asesinato.
Muchos de los presentes reprimieron un grito ahogado. Yo tenía las uñas clavadas en mis muslos desde el inicio de su discurso, no podía creer todo lo que estaba diciendo y con la aparente facilidad que lo estaba relatando.
—Hablo en nombre de todos los presentes cuando digo que las evidencias son suficientes para detener a ese malnacido de Munson inmediatamente antes de que a alguno de sus hijos, de mis compañeros o incluso a alguno de nuestros hermanos y hermanas le pase lo mismo que a Chrissy.
Jason me miraba con rabia en su mirada, sabía que me estaba ardiendo la sangre y eso parecía excitarle hasta el punto de seguir diciendo barbaridades que solo un puñado de paletos se creería... Pero vivíamos en un pueblo de paletos, por desgracia, y la mayoría de los presentes estaban tan atentos a sus palabras como lo estarían en un mitin del presidente en persona.
—Por no hablar de todos estos pobres desgraciados que salen en la fotografía. —La volvió a poner en alto, mostrándola a las gradas—. Estos pobres e ingenuos adolescentes como Dustin Henderson o Michael Wheeler, hijos de familias de bien, totalmente arrastrados al culto de Satanás y pronto enloquecidos con los principios de Munson. No es tarde para escapar de ahí, aún tienen salvación y cura para ellos, pero tenemos que cortar esto de raíz.
Algunos vociferaban a favor de lo que mi gemelo decía, la mayoría hombres de mediana edad con hijos de la edad de Dustin. El discurso estaba calando en ellos y la situación se estaba poniendo más peligrosa según avanzaban los minutos.
—Mi hermana, Crystal Carver, una hija de buena familia, bien educada desde pequeña, con buenos valores... Miradla —me señaló directamente e hizo una mueca de tristeza absoluta—. Mirad en lo que la ha convertido ese malnacido. Ella era bonita, alegre y amable. Ahora vive en una realidad paralela creada por el amor que siente por Eddie, y nuestra familia está consternada y haciendo lo imposible para sacarla de ese pozo en el que está metida desde el momento en el que lo conoció.
Me levanté de la grada y salté por encima de los asientos hasta llegar al campo. Empujé con fuerza a mi hermano para alejarlo del micrófono, y me acerqué yo.
—Lo que dice mi hermano está totalmente fuera de lugar. Nadie sabe qué le ha pasado a Chrissy, no podemos asumir lo peor y menos culpar a alguien sin pruebas. —Noté que mi tono de voz subía por los nervios—. Esto no es el lejano oeste, la justicia la imparte la policía, no vosotros. No podéis tomar esto por vuestra mano. Ni Eddie ni Dustin ni nadie de aquí es satánico, por el amor de Dios, es un juego.
Jason volvió a arremeter contra mí y me quitó del sitio, negando con la cabeza de forma condescendiente.
—¿Veis? Está completamente cegada. No quiere ver la realidad. Esta es la prueba más grande y la habéis podido ver con vuestros propios ojos. Lo poco que valoran la vida de las personas, de su cuñada Chrissy...
—¡Hay que ir a por Munson! ¡Esto no puede esperar más! —dijo alguien desde las gradas.
—Es inútil seguir buscando, él sabrá perfectamente dónde está la chica, hay que ir a por él. —Otro hombre con pinta de paleto se levantó para hablar.
No quería seguir escuchando todo aquello. Salí corriendo, atravesé las puertas del campo de baloncesto mientras algunos gritaban como si fueran a ir a la guerra. Escapé como pude del instituto y corrí y corrí hasta que casi se me salió un pulmón por la boca, pero pude llegar a la caravana de Eddie.
Golpeé la puerta de forma brusca e insistente, ansiosa y asustada por lo que podría avecinarse. Apareció el cañón de la escopeta del tío Munson por la ventana, pero le grité.
—Señor Munson, soy Crystal, tiene que abrirme la puerta. Es urgente, Eddie está en peligro y tiene que salir de aquí ya.
La puerta se abrió y me fui directamente a la habitación de mi novio, que estaba con muy mala cara sentado en la cama. La habitación apestaba a humo y nicotina, y había docenas de latas de cerveza en el suelo de la estancia.
—Mi amor... —Me acerqué a él y le acaricié el rostro—. ¿Por qué no me dijiste que estabas así de mal, Eddie..?
—Estoy bien, pero ¿qué haces aquí, pequeña? He escuchado los golpes, ¿qué pasa?
—Tienes que irte de aquí. No puedes quedarte, va a venir a por ti una muchedumbre de paletos que quieren verte básicamente muerto, Eddie. No puedes estar aquí ni un minuto más.
Más golpes violentos sonaron en la puerta de la caravana. Eddie y yo nos miramos con los ojos muy abiertos, ambos pálidos como la nieve.
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Dragones, Amor y Mazmorras | Eddie Munson [+18]
RomanceTras el giro de realidad que ha vivido, Crystal Carver tiene una cosa muy clara: no quiere volver a saber nada de Eddie Munson. ♥ Historia diferente a la de la serie. No hay trama paranormal. ♥ Enemies to Lovers ♥ +18 ♥ TW: Sexo explícito, drogas, a...