Boo! |Junghope|

Capítulo 28

Hola 💖

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Hoseok suspiró al ver a Namjoon con sus lentes sobre la sábana y ya dentro del aula de clase. Se imaginaba que éste le haría algún comentario sobre el blog fantasmero, o que por fin lo suyo con Jungkook fuera oficial. Sin embargo, llegó a la par de éste y Namjoo solamente pareció pensativo.

─ Hola ─ saludó sintiéndose confuso.

─¿Por qué no le has dicho nada a Jungkook?

La pregunta fue como un golpe de realidad. Desde que llegó a la universidad fantasmal junto a Jungkook, todos se habían dedicado a alabar su relación como la más perfecta y envidias, y no es que le molestara. Solo, se distrajo un poco, olvidando por completo el tema de Taehyung y el hecho de que éste lo había visto esa mañana.

Hoseok giró los ojos, o sea que Taehyung había corrido a pasarle el chisme a Namjoon, por eso lo había visto salir de casa.

─ No hay nada que decirle.

─ Pero Taehyung dijo que...

─Taehyung no sabe nada, solamente creyó ver algo─. Hoseok tragó saliva, sosteniendo la mirada del fantasma.

─ Me dijo que tu cuerpo está lleno de manchas y que te veías más pálido y alargado que antes─ susurró Namjoon para que nadie más escuchara─. ¿Dirás que miente? Los fantasmas no mienten.

─¿Alargado?─ Se preguntó Hoseok, pero negó para sí mismo─. No digo que haya mentido, y, ¿Cómo sabe que estoy más pálido? Quiero decir... Nada malo está sucediendo.

Hoseok se sintió frustrado. El profesor llegó al aula, flotando con su sábana extendida, por lo que tomaron asiento y el humano pensó que tal vez debía pensar en una buena excusa o resignarse a que todos se enteraran sobre los hematomas.

─Escucha...─ susurró Hoseok, pero fue interrumpido por el fantasma.

─ Taehyung no va a creerte─ aseguró Namjoon antes de que Hoseok pudiera decir algo─. Dijo que inventarás cualquier excusa para quedarte y que él va a averiguar por sus propios medios qué está sucediendo.

─ ¡Mierda!

─ ¿Hoseok?

Todos se giraron a verlos en la clase.

─Perdón, no fue mi intención interrumpir─ se excusó Hoseok.

Esperaron a que todos volvieran a concentrarse, entonces Hoseok susurró.

─ Dile a Taehyung que no se meta en ésto, que es entre Jungkook y yo.

─ Díselo tú, a mí me da miedo.

Hoseok se quedó serio bajo la sábana y luego suspiró. Namjoon era tan mandilón que aún en esa situación le sacó una pequeña risita.

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─ ¿Quién iba a decir que el amor te haría popular? ─ molestó Yoongi al ver que varios fantasmas populares habían ido a dejar a Jungkook al aula.

Sin embargo, aquello tenía muy nervioso a Jungkook, el cual cargaba el libro de su profesor bajo la sábana. Pensaba en arriesgarse un poco y leer, porque le estaba sucediendo algo que no entendía.

─ No molestes─ le dijo a Yoongi haciendo que éste se riera en su asiento, mencionando de nuevo lo emocional que era ahora Jungkook.

Jungkook respiró profundo y se sentó en su asiento, intentando ignorar un poco a Yoongi y a quienes los observaban para ver si la situación con Hoseok había afectado o no su amistad. Era normal, pues realmente no se sabía.

Pero el fantasma mordisqueó su labio inferior, pues no podía dejar de pensar en Hoseok y no se refería a un pensamiento enamorado común, se refería a un pensamiento demasiado intenso que no podía ni siquiera describir sin sonrojarse.

Había sucedido, algo había pasado entre ellos la noche anterior. Por primera vez Hoseok se atrevía a tocarlo mientras él intentaba hacerlo sentir bien y aquel toque fue extremadamente electrizante.

Jungkook quería describir las manos de Hoseok como la vida misma, porque en el instante en el que estás tocaron su cabello y esos largos dedos se enredaron entre las hebras de su azulado cabello, Jungkook sintió algo muy diferente, algo que le daba ganas de más. Y su propio... miembro... se había puesto igual que el de Hoseok.

El fantasma lo pensó, pero es que cuando se dedicaba a pensarlo aunque fuera un poco de más, le daban ganas de volar entre todos, tomar al humano, sacarlo de allí y llevarlo a su cama. Allí deseaba verlo, escucharlo y sentirlo igual que la noche anterior, incluso podría que ser que un poco más.

Sabía que sus mejillas estaban brillando así que las cubrió con sus manos, bajo la sábana y suspiró.

El profesor entró a clase y entonces Yoongi dejó de hablar, y, honestamente, Jungkook no tenía ni idea de qué podía haberle estado diciendo su amigo. Simplemente se dedicó a respirar profundo hasta sentirse seguro de que el brillo de su rostro se había ido y entonces abrió el libro bajo la sábana.

Mientras leía las palabras escritas de lo que él mismo alguna vez llamó destrucción, de lo que él mismo alguna vez pensó que era algo impensable para hacer, más se daba cuenta de que tal vez no era tan impensable y tal vez no era tan destructivo. En su mente, la narración de lo que estaba sucediendo en el libro, se convirtió en algo que sucedía entre Hoseok y él. Provocando que su imaginación volara.

─¡Jungkook!

Cerró el libro de golpe y levantó la vista, para darse cuenta que su profesor lo observaba, estaba de pie a su lado.

─ Deme el libro─ dijo éste, sabiendo que el fantasma menor estaba distraído con algo que no era la clase.

─P-Profesor... Y-Yo...

─ Deme. El. Libro.

─ Es que...

El profesor entrecerró los ojos por la extraña actitud de su estudiante más miedoso. Cualquier fantasma obedecería sin pensarlo dos veces. Por lo que pensó que Jungkook estaba actuando bastante extraño.

─ No volveré a repetirlo─ dijo extendiendo la mano bajó su sábana.

Jungkook sintió sus ojos aguarse por haber sido atrapado, por nada más y nada menos que el dueño del libro.

Extendió sus manos bajo la sábana a modo que nadie pudiera ver él libro, y lo puso en la mano de su profesor, bajo la sábana de éste.

El profesor abrió sus ojos de más al ver el libro que tenía en las manos.

─ Se quedará después de clase─ fue todo lo que le dijo y Jungkook simplemente asintió.

El profesor volvió al frente y dejó el libro en una zona donde los demás estudiantes no pudieran ver.

─ No te preocupes, seguramente solo te regaña─, intentó consolar Yoongi, pero Jungkook negó con la cabeza.

Se sentía muy extraño, nunca había sentido algo así. Quería llorar, quería salir huyendo de allí, sentía vergüenza y... culpa... Levantó la mirada y se dió cuenta de que su profesor lo miraba fijamente. 

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