Seis

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                       Hyeri;

Daisy y yo, limpiabamos y acomodabamos las mesas, organizando todo para dejarlo perfectamente ya para mañana.

—¿Vives muy lejos de aquí? —me pregunta Daisy cuando poníamos las sillas encima de las mesas bien acomodadas.

—Mhm. Más o menos —murmuré encongiendome de hombros—. Lo mas posible es que tenga que irme caminando a casa; es muy tarde asi que no creo que haya taxis.

—Bueno. Terminemos aquí para que puedas irte más rápido —me sonríe ella y le devuelvo la sonrisa para asentir y entonces continuar limpiando para terminar de una buena vez.

Luego de unos diez o quince minutos más o menos terminamos finalmente. Y Daisy me dijo que ella cerraría, así que le agradecí antes de ponerme el blazer, ajustar los botones y salir del club.

Mientras comenzaba a caminar entre las calles de aquel barrrio, sentí como si alguien me siguiera. Giraba mi cabeza hacia atrás para mirar pero nunca lograba ver a nadie. Aún así, tratando de ignorar el perfecto silencio del lugar y los leves ladridos de perros, decidí apresurar mis pasos mientras trataba de salir de ese lo barrio lo más pronto posible. Pero con el miedo y mis altas ganas de salir de aquí, terminé perdiendome. Y esto había sido lo último.

—¿Te perdiste? —me sobre-salto cuando aparece un señor detrás de mi. Me giro y camino hacia atrás tratando de mantener distancia.

—N-no —murmuré.

—Yo creo que si —era un hombre gordo, de tamaño pequeño, e incluso a pesar de la poca luz de los focos del lugar logré ver la cantidad de tatuajes; incluso por su voz noté un acento como si no fuera coreano.

Intenté ignorarlo, y seguir caminando. Pero me dí cuenta de que era el hombre que me seguía cuando continúe caminando y el me siguió siguiendo.

—Fui al club hoy y te vi —dice alto para que yo lo escuchara y sentía mi corazón latir con fuerza. Lo qué mas asustada me tenía era el hecho de que mientras mas caminaba, sentía que me perdía—. Y sabes...intenté estar con otras de las mujeres pero tu eras muy guapa.

—Deje de seguirme —digo y trato de buscar mi celular, pero de los nervios la cartera se cae en el piso y cuando me agacho para tomarla, el señor la toma antes y sonríe.

—Oh vamos. ¿Te harás la difícil?. Debes de ser igual que las demás. Por algo trabajas ahí —sujeta con una de sus manos mi cartera—. ¿Quieres tu cartera?. Te la doy claro, pero si vienes conmigo.

Tragué fuertemente.

—Esto que usted está haciendo es un crimen. Así que dejeme en paz y devuelvame mi bolso —insisto tratando de calmar los nervios y el miedo que tenía y sentía.

—Yo te repito por otra vez, que si vienes conmigo, te doy la cartera —dijo sonriendo con malicia.

No podía perder mi cartera. Y aunque tuviera miedo, y estuviese asustada, debía hacer algo por recuperar mis cosas. Así que sin pensarlo mucho, y posiblemente con un tornillo faltante, traté de arrancarle mi cartera, pero venga, era imposible que lograra ello con un hombre que era más fuerte que yo. Y que cuando intenté correr me tomó con fuerza por el brazo.

—Ahhhh —empezó a reírse, y así de cerca sentí un olor asqueroso a alcohol y cigarro. Todo junto y me entraron arqueadas—. Te crees muy lista ¿no?.

—Suelteme —dije tratando de apartarme pero resultaba imposible.

—Estaba siendo amable contigo. Pero ya vi que no se puede. Asi que será a la fuerza —comenzó a acercarse a mi, y me moví. Sentí como aspiró con su nariz mi pelo y quise llorar.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora