Jimin, Taehyung, Yoongi y yo, estabamos reunidos en mi oficina. Namjoon estaba encargandose de otros asuntos, y Hoseok era médico por lo que tenía que hacer sus cosas en el hospital donde trabajaba; Jin por otro lado estaba en su trabajo como hacker pendiente a otras cosas que también necesitaba saber y que solo el las encontraría usando tecnología.
—Entonces somos todo oídos. ¿Que vas a hacer con Xiumin? —pregunta Yoongi relajando la espalda en el asiento trasero—. No voy a mentir. Tengo ganas de molestar a ese imbécil. Me cae mal.
—A ti todo el mundo te cae mal, Yoongi —lo mira Jimin alzando una ceja.
—Bien. En eso tienes razón. Pero Xiumin me cae peor. Así que...—Yoongi vuelve a mirarme mientras esperaba.
—Le tenderemos...una trampa. Ya que el quiso hacerse el listo conmigo —me apoyo en el borde de la mesa—. Taehyung irá a Japón, y, se reunirá con Takahasi. Y trazaremos un plan en el que supuestamente Japón, nos traerá un cargamento. Estoy seguro de que Xiumin, intentará tomarlo y justo cuando lo intente lo volaremos.
—Esto me huele a guerra —comenta Taehyung alzando una ceja.
—No debería resultar un asombro. Desde siempre hemos sido enemigos ¿no?. Solo continuaremos siendolos hasta que uno, muera —murmuré y me terminé de un sorbo el vodka que me había servido en un vaso.
Hyeri;
Una vez más, me puse el vestido de uniforme, y nuevamente me puse un blazer encima de este. Esta vez preferí no usar tacones ya que quería seguir manteniendo mis pies, gracias. Recogí mi pelo en una coleta alta y saqué mi flequillo de final. Mientras iba en el taxi que me adelantaba una parte hasta aquel lugar recóndito, fui chateándome con mis amigas en nuestro chat.
Aisha🖤 Sé que tienes carácter, pero por favor, cuidate en ese lugar.
Yirem🤍 Me dá aún mucho miedo que trabajes en ese lugar.
Yo: Chicas...ya hablamos de esto. Yo sé que les preocupa pero no puedo quejarme. Necesito trabajar para pa- gar la deuda. Lo que más quiero es salir de esto.
Aisha🖤 Yo sigo buscando otro trabajo mucho mejor. Con el salario al menos igual. Si lo encuentro te vas pi- tando de allí.
Yirem🤍 Así mismo.
Yo: Vaaaale. Pero mientras, sigo aquí. Y ya estoy al llegar. Hablamos después.
Guardé mi celular y le pagué al chófer.
—Señorita...disculpe que me entromezca —habla el chófer y me detengo en bajar del auto, para mirarlo.
—¿Si? —pregunto.
—Usted es una chica muy bonita. Y estos barrios son muy peligrosos. Debería tener cuidado.
Si supiera cuantas veces me dicen lo mismo.
—Muchas gracias, señor. Lo tendré en cuenta. Tenga buena noche —dije entonces y salí del taxi.
Suspiré y entonces, comencé a caminar y a recorrer el mismo lugar en dirección al club 'Body Happy'.
;;;
—¿Por qué no dejas de limpiar y atender mesas por un tiempo y vienes a un lado conmigo? —me pregunta un hombre y era como la cuarta vez que estuve escuchando eso hoy. De cada hombre diferente. Inspiré profundamente y me gire a verlo, añadiendo una sonrisa más que falsa.
—Estoy trabajando. Hay más chicas dispuestas a eso, así que por favor, no vuelva a interrumpir mi trabajo —aún así no pude evitar que la voz me saliera seria y seca.
—Tengo entendido, de que Hwan nos deja jugar un poquito también con las camareras —dá un paso hacia mi—. Así que deja de hacerte la díficil y- –intentó pasar su mano por mi cara y tomé su mano antes que lo hiciera. Lo aparté con brusquedad.
—No se equivoque. Y dejeme en paz —dije entre dientes y lo aparté para seguir con lo mío.
Lo juro.
No aguantaba más esto.
Pero al mismo tiempo, cuando me veía en esos momentos de crisis, me repetía una y otra vez, que debía ganar dinero para pagar la deuda absurda que había dejado mi hermano. Y cuando pasara eso, haría como si esta etapa en mi vida nunca hubiera existido. Estaba limpiando una mesa con mala voluntad, cuando Daisy se me acerca a pasos rápidos.
—Hyeri...Hwan te está llamando —dice—. Y parece...que es grave.
Alzé una ceja.
—¿Por qué? ¿Que hice? —pregunté confundida sin entender.
—Un cliente dió una queja sobre ti —responde ella y fruncí mi ceño. Solté un suspiro casi adivinando de que trataba el asunto y arrasqué mi frente para dejar el paño a un lado y encaminarme a la oficina de Hwan.
—Era lo último que me faltaba —dije subiendo las escaleras.
Maratón; 2/3
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