Diecisiete

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                            Hyeri;

La casa, siempre fue increíble. Pero justo ahora de noche, lo era aún más. Las luces encendidas de estas le daban un aspecto majestuoso. Parecía un tipo de palacio y era, la casa -por así decirlo- de los sueños. Debía admitirlo. Aunque no vine a apreciar la casa de noche. Jungkook me iba a oír. Y esta vez muy en serio.

—El señor Jeon está....en la piscina —me dice el hombre.

—Ya...¿y eso queda en? —alcé una ceja cruzando mis brazos. No me iría hasta que le dijese unas cuantas cosas.

—La empleada la va a acompañar.

La mujer de la otra vez se me acercó y me sonrió cortamente; me hizo seguirla a través de la casa y traté de no tropezar, por ir mirando esta. A pesar de que ya había estado aquí la otra vez, no podía dejar de asombrarme.

La mujer me condujo hacia una puerta de cristal que daba hacia afuera y me indicó que ahí estaba "el señor Jeon". Le agradecí y ella me hizo una reverencia para luego irse; entonces abrí la puerta, sintiendo un aire frío recorrerme de arriba a bajo.

Y el reflejo azul de la piscina me rodeó. Y rodeaba el alrededor coloreando de azul todo. Esto se debía a la gran piscina que ya hacía ahí. Y mi atención fue captada inmediatamente por quién ya hacía ahí. Adentro de esta.

Jungkook estaba nadando. Y su piel resplandecía debido a lo húmedo que se encontraba su cuerpo en ese momento.
Llegó al otro lado de la piscina, y volvió a impulsarse. Sin poderlo evitar, tragué cuando observé como sus brazos se flexionaban cada vez que nadaba y como su cuerpo parecía brillar en la oscuridad. También, pude comprobar que tenía un brazo completo tatuado. Y que todo esto llevaba al único punto de que lucía terriblemente atractivo.

Presione mis labios y entonces tomando aire, caminé lentamente hasta ponerme en el borde de la piscina. Justo en el lado, al que el llegaría cuando regresara.

Y en segundos, llegó. Puso sus manos en el borde, y levantó la mirada. Encontrandose conmigo.
Sus ojos me recorrieron anazalindome, viéndome. Nuestras miradas se encontraron. Y traté de ignorar lo que provocó con esa mirada. De hecho...no iba a negarlo pero...el era realmente apuesto. Su pelo estaba empapado, gotas de agua bajaban por su rostro. Sus labios rosados, y los piercings brillando solo un poco debido a la luz que se reflejaba en él. Parecía un tipo de persona perfecta imposible de creer que tanta belleza perfecta llegase a existir. Como si fuera, irreal.

Pasó su mano sobre su pelo húmedo hechando este hacia atrás y gotitas salpicaron.

—Oh vaya —murmura—. No sabía que tenía visita.

Traté de ignorar todo lo que me estaba provocando. Y me repetí una y otra vez, que eso se debía a mi poca experiencia con los hombres, y a la reacción de ver uno tan sexy tan cerca. Sí. Mejor que sea eso.

—Te dije que dejaras de seguirme —contesté seria y afortunadamente la voz no me tembló ni nada. Aunque el corazón estaba actuando diferente ante su mirada y, no me gustaba eso. Continué aparentando que no me ponía nerviosa su mirada fija en mi—. Juro que te denunciaré si sigues acosandome de esa forma.

Sacó su lengua y recorrió con esta su labio inferior aún mirándome desde abajo.

—¿Vas a denunciarme de verdad? —pregunta con diversión. Una sonrisita divertida estaba en sus labios.

—¿Que tienes que ver con que Hwan me haya devuelto el trabajo? —cambié entonces de pregunta. Coloqué algunos mechones de mi pelo no dejandome intimidar—. Escucha. Pagaré tu dinero ¿está bien?. No huiré si eso es lo que te preocupa. Pero agradecería que me dejaras, en paz.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora