Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔

Cincuenta y ocho

Shángai, China.

                     Escritora;

El sonido constante del celular resonaba por toda la habitación y era tan malditamente molesto.

Xiumin resopló contra la almohada y trató de ignorar el sonido del celular pero este no paraba de hacer eco, y no tuvo más remedio que extender su mano hasta la mesita de al lado de la cama para coger el aparato y sin siquiera ver quién se atrevía a molestarlo se puso el celular en la oreja.

—¿Que no ven que hora es? —gruñó frustrado y enojado de que interrumpieran su calmado sueño.

—Jefe debe de venir inmediatamente al almacén de dinero.

—¿A que? —preguntó seco.

—Es mejor que usted lo vea con sus propios ojos.

Cuando el auto se acercaba, Xiumin se bajó a pasos acelerados de este mientras el resplandor del fuego se extendía frente a él. Sintió como la sangre se le frenaba en las venas. Se iba a volver loco al ver y no entender lo que estaba viendo; lo que claramente estaba pasando.

Su mayor almancén de dinero estaba ardiendo en fuego. Varios de sus hombres estaban intentando apagarlo, pero era demasiado tarde. Ni aunque hecharán la mayor cantidad de agua lograrían apagar el fuego. O a lo mejor sí. Pero está claro que el dinero que había perdido no lo iba a poder recuperar.

—¿¡SE PUEDE SABER COMO COJONES PASÓ ESTO!? —grita y su garganta arde ante tal acción. Sentía que le iba a dar un infarto en ese momento.

—Fue Jeon Jungkook, Xiumin —dice Sung y este mira al peli-negro con las cuencas de los ojos más que abiertas y más irritado que nunca.

—¿Q-quién? —repitó entre dientes como si no hubiera escuchado bien.

—Dejaron este papel pegado en la frente de uno de nuestro hombres que ya hacía medio moribundo —dijo Sung y Xiumin observó la hojita para arrebátarsela.

Continua a fidarti.

(Continúa confiando).

La sangre hirvió dentro del cuerpo de Xiumin.
—Hijo de-

—Según dijeron él no vino —comenzó a explicar Sung—. Mandó muchos de sus hombres. Y adivina quién...vino encubierto y hace mucho nos estaba traicionando.

Xiumin miró a Sung y una vena casí sobresalía de su frente.

—Félix —completó Sung y a Xiumin le entró un tic.

—¿Cómo? —empieza a decir lleno de odio y rabia, enojo, enfado, impotencia y unos cuantos sentimientos negativos comenzaban a inundarlo—. ¿Cómo se atreve? ‐pregunta entre dientes. Sonrió de lado–. ¿No sabe que aún tenemos a su hermana?. Me las va a-

—Su hermana también desapareció.

Xiumin miró en seguida al pelinegro.

—Todo fue bien planeado —dijo—. Incendiaron el almancén del dinero, Félix huyó con su hermana y nos hemos jodido.

—¡No! —gritó el peli-rojo—. ¡Jeon Jungkook aún no me ha vencido! –gritó con rabia.

         
     Días después.

Graduación de Hyeri.

                           Hyeri;

Aisha y Yirem se habían quedado el día anterior y habían dormido también en mi depa para prepararnos juntas para nuestra graduación.
Aisha fue la primera que entró al baño a ducharse y mientras Yirem se encargaba de organizar nuestros vestidos ya listos para usarlos, yo estaba en la cocina preparando un buen desayuno.