Sesenta y cinco

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• Meta para un maratón de los tres capítulos restantes ;)

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                            Hyeri;

Abrí mis ojos cuando sentí movimiento a mi alrededor. Traté de enfocar mi vista. ¿Donde estaba?.
Logré darme cuenta de que estaba en un auto y dos hombres ya hacían en el asiento de chófer y asiento copiloto. Me moví pero me dí cuenta de que tenías mis piernas atadas, mis manos también, e incluso mis labios sellados.

¿Que mierda estaba pasando?.

¿Y mi hermano?. ¿Dónde estaba?.

Miré hacia la ventana de mi lado, e intenté abrir esta disimuladamente, pero no lo conseguí porque estaba con el seguro. Comence a asustarme, y las ganas de llorar comenzaron a apoderarse de mi.

La puerta de mi lado se abre. Y pensé, en serio hubiera rezado que quién entrara fuera mi hermano. Pero no. Era el tal Xiumin.

—Hola —sonrió acariciando mi mejilla.

Intente hablar, gritar pero todo eso me resultó absolutamente imposible.

—Oh sí. Supongo que quieres saber donde está tu hermano —añade—. Pues te lo enseño.

Y mostró la pantalla de su celuar hacia mi. Y a pesar de que tenía mis ojos inundados de lágrimas ante el susto que sentía y tenía, pude ver a mi hermano amarrado y atado a una silla, lleno de sangre.

Grité. Aunque mis gritos fueron callados por el sofocante paño en mi boca, grité. Ver a mi hermano así fue como vidrios cortando mi piel. Sabía que tenía millones de defectos, que se equivocaba todo el tiempo. Pero incluso con todas esas cosas lo quería tanto. Lo menos que quería era verlo lastimado.

—A ver, dejame explicarte. Calmate —me interrumpió Xiumin con voz cínica y la garganta me dolía, los ojos ardían. Todo estaba haciendome daño—. Tu hermano había hecho un trato conmigo. En el que, te ibamos a usar de rehén. Para, atraer a Jungkook.

Cerre mis ojos mientras sollozaba y quería desaparecerme.

—Pero, resulta que...ya te tengo a ti ¿no? —dijo riendo—. Ya no necesito a tu hermano. Así que, le hice creer que no te haría daño –intenté alejar mi cara cuando intentó tocarme–. Que solo...sería una pequeñita carnada para Jeon. Pero estaba claro de que no sería así.

Prosiguió.

—Tu hermano se puso histérico hace...una hora, creo. Sí —asintió—. Y no tuve más remedio que encargarme de él  y aquí, estás.

Te odio.

Intenté decirle pero solo salieron palabras aplastadas, gritos confusos.

—Soy malísimo, la verdad —dice él—. Y tu hermano fue muy ingenuo al confiar en mi –añadió–. Sabía que se pondría como una gallina cuando llegara realmente el momento exacto para el plan. Así que me tocó sacarlo del mapa.

Me estremecí ante aquello.

—Aún no voy a matarlo, como crees —dijo riendo. Lo miré seria, asqueada, tan impotente—. En fin. Ya basta de charla. Ahora te quedarás tranquilita y, no se te ocurra hacer nada ¿vale?.

Acarició mi pelo y agité mi cabeza haciendo que no me tocara. Rió y salió del auto.

—Ya llevensela —escuché como ordenó y en el momento que el auto andó por su lado, me sonrió moviendo su mano.

Lloré con fuerza e intenté safarme, pero me detuve cuando sentí el sonido de un arma. Y al levantar mi cabeza, se trataba del hombre que ya hacía en el asiento copiloto.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora