Treinta y nueve

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                        Hyeri;

—¿Que quieres hacer primero? —me pregunta Jungkook, captando mi atención. Levanto mi mirada para observarlo.

—¿Tienes ya planeado el día? —pregunte inquisitiva y con una sonrisita en mis labios.

—Mhm. Un poco. Pero quiero que seas tú la que escojas los lugares a los que quieres ir —respondió y alcé una ceja satisfecha con eso. Miré por la ventanilla y una idea pasó por mi cabeza. Sobre todo porque fue con lo que más estuve fantaseando en la mañana en la universidad.

—Pide que detengan el auto —lo miro. Y el alza una ceja, confundido.

—¿Por qué? —preguntó sin entender.

—Solo hazlo —le digo.

Él me observa por unos segundos y luego ordena al chófer que pare. Este claramente acata a su orden y yo extiendo mi mano abriendo la puerta. Jungkook mira esa acción, confundido y más extrañado aun sin comprender que intentaba yo hacer.

—Bajemos —indico.

Él duda. Y me mira.

—Hyeri esto...—niega un poco—. No estoy acostumbrado a andar caminando tan abiertamente por Seúl.

Entonces la confundida fui yo.

—¿Por...qué? —indagué frunciendo mi ceño.

El suspira y pasa una de sus manos sobre su pelo, antes de contestar.

—Sólo...mira lo que soy —dice, mirandome directamente a los ojos—. Pertenezco a la mafia. De hecho, dirijo la mafia coreana como ya sabes. Hago movimientos ilegales. ¿Crees realmente que puedo andar caminando así como así por la ciudad? –alza una ceja y en ningún momento dejó de mirarme.

Pestañee despacio y presioné mis labios. Sabía que en cierto sentido y en gran parte tenía razón al tratar de ser discreto y mantener por así decirlo, una imagen baja.

—Okay...—murmuré, y no pude evitar sentirme algo mal—. No importa –intenté tomar la puerta para cerrarla pero antes de hacerlo Jungkook tomó mi mano, y lo miré.

—¿Que querías hacer? —preguntó observándome.

—Nada importante. Olvidalo —dije pero el no se rindió e insistió haciendo que lo mirara una vez más.

—Dime, Hyeri —ordena mirandome fijamente.

Presioné mis labios y me incorporé colocando varios mechones de mi pelo detrás de mis orejas y jugué con mis dedos un poco avergonzada ya.

—Solo quería que caminaramos con las manos entrelazadas —respondí con un suspiro—. Pero dá igual. No tiene importancia.

Sentí su mirada fija en mi y él tomó mi mano entrelazando nuestros dedos. No me dió tiempo a decir nada porque seguidamente él tiró suavemente de mi y me hizo bajar del auto.

—Jungkook- —intento decir algo.

—Bien. ¿A donde quieres que vayamos? —pregunta interrumpiendome y me le quedo mirando. Él también me observaba fijamente y bajé mi mirada viendo nuestras manos juntas y nuestros dedos entrelazados. Y me encantaba la sensación, el sentimiento y todo lo que estaba sintiendo al  estar de esta forma.

—¿Estás seguro? —pregunté—. Entiendo si no puedes.

—Tengo seguridad cariño. ¿Recuerdas? —alza una ceja, y miro hacia atrás de nosotros como habían dos hombres que era más que obvio que trabajaban para él y que venían en el segundo auto. Usaban trajes, y tenían auricurales en sus orejas—. ¿Vamos? –el me hace volverlo a mirar.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora