Treinta y uno

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Maratón 2/2

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                     Hyeri;

Observé a Jungkook que manejaba en silencio y muy sumido en sus pensamientos. Caló del cigarrillo poniéndolo hacia la ventanilla impidiendo que el olor de este me diese. Decido hablar.

—¿Sigues enfadado? —pregunto, mirándolo.
El expulsa el humo hacia arriba lentamente y habla a los segundos.

—Solo estoy pensando en lo que hubiera podido pasar si los hombres de Ko te hubieran ignorado y se hubiesen dado cuenta de que estabas intentando distraerlos —contesta con su mirada fija en la carretera.

Suspiré.

—¿Por qué sigues pensando en eso? —indagué—. Ya pasó. Y no ocurrió nada de lo que acabaste de decir.

—Ya...—dijo deteniendo el auto en el semáforo.

—Me aseguraste que no le harás nada a Jimin —hablé, y me miró alzando una ceja.

—¿Te volverás defensora de Park ahora? —preguntó con sequedad.

—No —fue mi respuesta—. Es solo que no debes enojarte con él si yo estoy bien.

El me miró por unos segundos más y chasqueó la lengua para volver a retomar marcha cuando el semáforo cambió de color indicandonos el paso.

—Disculpa —dice a los pocos segundos.

—¿Por?.

—Por mi actitud en el club —dice sin mirarme con su atención enfocada en la carretera y en manejar—. Yo sé que no eres una muñeca, tampoco "uno de mis hombres", pero en serio me preocupaba que pudiese pasarte algo. Jimin dijo que tu estabas ayudandolo y se me nubló la cabeza. No lo entenderías. De hecho yo no entiendo que me pasa contigo –lo ví presionar sus manos en el volante–. Trataré de controlarme. De verdad.

Lo miro y sus palabras de disculpas fueron tan bonitas, sinceras y sonreí un poco. Jungkook era un hombre tan...confuso a mi parecer. A veces lograba ser cerrado, otras muy abierto. De la forma de la que fuese, siempre lograba atraerme. Por cualquier cosa.

El continúo trayecto hasta llegar a mi departamento fue en silencio.
El estacionó el auto junto a la cera, y bajó para rodear este y abrir la puerta para mi. Bajé del auto y el cerró la puerta. Organicé mi bolso sobre mi hombro mirándolo.

—¿No cambiarás en toda la noche ese semblante serio? —comento alzando una ceja observándolo.

—Me resulta imposible —fue su respuesta. Se que estaba aún pensando en lo ocurrido. Y Dios. Si que analizaba una y otra vez las cosas. Suspiré mirándolo.

—¿Y si mejor, estiras estas comisuras? —llevé mis manos a sus comisuras estirando estas tratando de sacarle una sonrisa aunque sea forzada. Sin embargo sus manos tomaron mis muñecas apartandolas de su rostro.

—Hyeri —comenzó a decir sin soltar mis manos y lo miré en serio. Directamente a los ojos—. Vas a volverme loco. De verdad te lo juro.

Pestañee mirándolo.

—Debe de ser malo ¿no?.

—Es pésimo —contestó.

—Estaríamos a mano. Ya que tú también quieres hacerme lo mismo —alzé una ceja mirándolo con una pequeña y casi invisible sonrisa en mis labios.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora