Sesenta y dos

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                       Hyeri;

Me puse frente al espejo de acuerdo con la ropa que había decidido ponerme. Una blusa corta blanca, un jeans y unos zapatos cómodos. Dejé mi pelo suelto y apliqué un poco de maquillaje en mi rostro. Tomé mi cartera, con mi celular guardándolo, dinero y salí de la habitación atravezando el pasillo dirigiendome a la oficina de Jungkook.
Donde, al entrar, estaban Jimin, Taehyung, Yoongi y Jin.

Jungkook estaba detrás de su mesa de trabajo y no tenía la cara más contenta del mundo. Observaba que tenía su quijada contraída y eso se debía a que no estaba de acuerdo a hacer lo que haríamos.

—¿Trajiste el colgante? —me preguntó Jin y asentí sacando el colgante que me había regalado Jungkook de mi cartera y se lo tendí.

Él lo tomó, poniéndolo encima de la mesita de cristal y observé como ponía un micrófono dentro de el corazón que tenía de dige el colgante. El abrió una maleta que traía, extrayendo unos aretes, en este caso.

—Tienen rastreadores —advirtió. Y se levantó para enseñarmelos.
Resulta que eran como unos aretes de perlas, y parecían finos y de hecho de joyería. Pero entre las perlas tenian unos chips.

—Sé cuidadosa —advirtió y asentí.

—Yo se los pongo —interrumpió Jungkook que ya hacía en silencio y se levantó tomando los aretes y el colgante para acercarse a mi.

Aparté mi pelo, permitiendo que pusiera primeramente el colgante. Y luego, se puso frente a mi, mirándome por unos segundos a los ojos.

—No tienes que hacer esto. —dice mientras me miraba.

—Quiero hacerlo —respondí.

—Hyeri yo - —inspiró profundamente—. Odiaría la idea de que estés en peligro.

—No estaré en peligro —lo miré—. Tu estarás cerca ¿no?.

Él presionó sus labios y suspiró para entonces colocarme con cuidado cada arete, en cada oído.
Acunó mi rostro entre sus manos pegando su frente con la mía.

—Te amo —dice, en un susurro como si quisiera que solo yo lo escuchara.

—Yo también a ti —murmuré mirándolo y él besó mi frente.

Taehyung y Jimin me acompañaban a la salida, cuando observo como Aisha y Yirem venían llegando y a penas estuvieron cerca de mi, me abrazaron. Sonreí un poco ante esto.

—Cuídate ¿si? —me mira Yirem haciendo un puchero.

—Te queremos muuuucho —me sonrió Aisha.

—Que dramática sois —negue riendo y volvimos a abrazarnos.

Una vez dentro del taxi, suspiré. Heché un poco mi pelo hacia atrás y entonces le indiqué al chófer la dirección del lugar en la que me encontraría con mi hermano.

Mientras iba en el auto no podía evitar sentirme nerviosa. A pesar de que, yo había sido la de la idea de este plan, no me gustaba pensar en que mi hermano realmente fuera capaz de hacerme daño o, planear realmente algo contra mi. Pero, incluso si siempre lo defendía y me ponía en contra de Jungkook por él, yo si estaba clara de lo que pasaba y de que lo que estaba haciendo no era bueno de ninguna forma.

El lugar, no fue como realmente yo pensaba. Por un momento creí que sería afuera de la ciudad u algo así. Pero no. Era en un barrio, pero para nada tenía pinta de ser un lugar donde habrían matones dispuestos a cualquier cosa.
Pagué al chófer y le agradecí antes de bajarme.

Miré hacia al frente.
Era un restaurante de comida tradicional. Vale. Debían haber personas adentro, así que con más razón no había indicios de daño. Aunque, eso no fue lo que ví cuando entré.
Realmente no había nadie en el lugar. Y miré alrededor de este, hasta dar con una mesa en la que vi a alguién sentado de espaldas a mi dirección.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora