Sesenta y cuatro

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                        Hyeri;

—Esta es la habitación en la que te quedarás —dice Sung abriendo una puerta para mi y entro junto con él a la habitación bien amueblada y decorada—. Conmigo –añade.

—¿Te estas quedando aquí entonces? —pregunté mientras observaba sin notable interés mi alrededor.

—Soy la mano derecha de Xiumin —responde—. Así que vivo con el noventa y cinco por ciento de comodidades que vive él.

Lo miro, alzando una ceja.

—¿Que son entonces? —pregunté yo elevando una ceja—. ¿Mejores amigos? –pregunté–. Sung, ese hombre no te va a tratar bien luego de que obtenga lo que quiere.

—Claro que no me va a tratar bien —dijo—. Va a tratarme mejor.

—No. Tú no estás entendiendo —intento decirle pero levanta su mano, indicando que hiciera silencio.

—Estás perdiendo tu tiempo —dijo—. Mira, esto es algo de ropa que pedí encargar para ti ya que te trajimos de sorpresa –dice tomando unos bolsos que estaban encima de los sofás allí y los puso encima de la cama; señaló–. Hay ropa interior. Creo que es tu talla. Puedes darte un baño si quieres también y descansar.

—Lo menos que yo tengo ahora es ganas de descansar —respondí—. Ni siquiera creo que pueda conciliar sueño.

—Has lo que quieras entonces —dijo—. Menos intentar huir porque no podrás –pausó–. Pedire que te preparen algo de comer. Regreso en seguida.

Y entonces salió de la habitación.

Suspiré profundamente y toqué con mis manos el corazón del colgante y suspiré. Caminé hacia el balcón, observando el resto de la casa frente, y alrededor de mi.
Me apoyé en las barandas de este observando hacia abajo la altura que había y que se intentaba tirarme de ahí, estaba claro que no viviría para contarlo. Luego observé los grandes muros y rejas que rodeaban la casa; habían demasiadas cámaras de seguridad. Y ni hablar de la cantidad de hombres que la custodiaban.

—Esto es una cárcel —susurré sin poderlo evitar.

                    Jungkook;

Gruñí al ver la foto de Xiumin.
La que me había acabado de enviar con Hyeri y sentía tanta rabia, enojo al ver esa dichosa foto. Sobre todo al leer el mensaje tan cínico que había añadido a esta:

Ven por tu bebé.

—Debes de llamarlo y actuar como él quiere que actúes —dice Jin e inspiro profundamente.

Presiono el ícono de llamada, y coloco el celular en la mesa en alta voz para que los demás pudiesen escuchar también.

—Vaya...—canturreó cuando atendió y presioné mis labios con fuerza—. Que rápido llamaste.

—¿Que quieres? —gruñí entre dientes.

—¿Que quiero? —dijo entre risas—. Muchas cosas obvio.

—Ve al grano, maldito —escupí—. No te atrevas a tocarle un pelo a Hyeri o te mato.

—Ay pero mira que miedo tengo —dijo riendo. Y cerré mis ojos por segundos para no alterarme ante su actitud insoportable—. Sabes que...no voy a ser para nada amable con tu amor ¿verdad?.

—¡Acaba de decirme que quieres, maldita sea! —grité dando con mi mano en la mesa.

—Ay Jeon, Jeon, Jeon —suspiró—. Tus ataques de rabia no son buenos.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora