Hyeri;
—No hay ningún trabajo lo suficientemente bueno para...que ganes ese dinero necesario —murmura Yirem que estaba casi metida dentro de la computadora.
—Pues es que no. Es obvio que no hay —dijo obvia Aisha.
—A lo que me refiero es que...no hay alguno que le permita ganar el rango suficiente para avanzar, a la hora de pagar —contraatacó Yirem.
—El que tenía no era bueno —contestó Aisha—. E hiciste bien, Hyeri –me miró ella‐. ¿Que se cree el viejo gordo ese, eh?.
—Me veo muriendo y sin haber pagado la deuda —murmuro apoyando mi cabeza en el reposa brazos del sofá.
—No te preocupes. Si te mueres antes, yo me encargo de encontrar a tu hermano y axifisiarlo por haberte dejado en este aprieto —suspira Aisha y niega.
Aisha y Yirem habían venido conmigo hacia mi departamento luego de que terminamos las clases en la universidad. Estaban intentando buscar un trabajo que fuese lo suficientemente bueno y que me pudiese ayudar en gran parte. Pero la verdad es que era imposible. Díficil de creer, pero el más asequible era el del club y en ese, no pensaba poner un pie más.
Las chicas se quedaron a cenar y al menos conversando y viendo una que otra película de comedia pude darme un pequeño respiro de mi cruda y triste realidad. Y de olvidar, tan siquiera por unos minutos, la dichosa deuda.
—Gracias por haberme ayudado. Pero creo que debo encargarme de esto yo sola —les sonreí flojamente a las chicas.
—No Ri —negó Yirem—. Como podamos seguiremos buscando. Algo debe aparecer ¿si? Nos vemos mañana.
—Mhm. Adiós —les sonrío y nos depedimos con un abrazo. Con un suspiro cerré la puerta y me dirigí a lavar los trastes sucios, solo que cuando me disponía a hacer eso, tocaron a la puerta.
¿Será que se les quedó algo a Yirem y a Aisha?. Me seco mis manos y voy a abrir. Pero en vez de eso, me encuentro con Daisy, quién me sonrió tímidamente.
—Hola.
—¿Daisy? —fruncí mi ceño confundida—. Pasa... –me hago a un lado aún extrañada por su visita.
—Ya sé...que debes preguntarte que hago aquí —me analizó.
—De hecho sí —musité—. ¿Quieres agua, café, jugo?.
Negó y le indiqué con mi mano el sofá.
—Toma asiento entonces —ella se sentó en uno de los sofás y yo me senté en otro, frente a ella—. ¿Entonces? –pregunté, aun dudosa.
—Bueno....Hwan me envió para...pedirte que regreses a trabajar al club —en el momento que ella dijo eso, alzé una ceja. Y sorprendida.
—¿Que? —pregunté. No creyendo haber escuchado bien.
—Pues...eso. Quiere que regreses a trabajar con él. Que lo que pasó la última vez no va a volver a pasar —continuó diciendo Daisy y aún no me lo creía.
—¿Por qué...me resulta tan extraño esto?.
Ella se encogió de hombros.
—¿Irás o no?. Parecía...desesperado —murmuró lo último.
Presioné mis labios y trague. Encogiéndome de hombros.
—No lo sé —confesé—. No me gusta...trabajar allí, Daisy. Es la verdad.
—Lo sé. Y puedo entenderte. Y al inicio yo era exactamente igual que tú —concordó ella—. Pero...si necesitas un buen dinero, es ahí donde lo encontrarás. Créeme.
Pasé mi mano por mi pelo, dejando algunos mechones detrás de mi oreja.
—Dile que...lo pensaré. Es decir. Necesito el dinero. Y mucho —suspiré—. Pero no se si deba aguantar todo eso.
Ella asintió despacio.
—Esta bien. Se lo diré.
Le sonreí cortamente y la despedí. Cerré la puerta y no pude evitar fruncir el ceño.
—Que extraño —murmuré dirigiéndome a la cocina para continuar con lo que hacía hace unos minutos antes que llegara Daisy.
A la mañana siguiente me preparé para la universidad con más calma ya que hoy entraba más tarde. Me puse una blusa negra y un jeans más unas zapatillas. Dejé mi pelo suelto y peiné mi flequillo antes de coger mis cosas y salir de mi depa. Mientras salía del edificio, me puse una chaqueta y tuve que detenerme, abruptamente, cuando encuentro al señor Hwan afuera. Apoyado en un auto. Y a penas me vé salir, viene directo hacia mi. Camino hacia atras tratando de mantener un poco de distancia.
—Hola, Hyeri —incluso su amabilidad me resultó extraña.
—Eh. Hola, señor Hwan —murmuré yo—. Espero que Daisy le haya dicho lo que le dije. Ahora no puedo hablar. Tengo que ir a la universidad –dije dispuesta a esquivarlo, pero el me lo impidió.
—No te robaré mucho tiempo, Hyeri —sonrió—. Por favor –pidió.
Suspiré y crucé mis brazos viendolo.
—Si es acerca de lo del trabajo, ya dije que lo pensaré —respondí.
—Quería pedirte disculpas.
Cuando dijo eso, fruncí mi ceño.
—Por...lo que te dije. Y por haber...intentado que hicieras otra cosa cuando ese claramente no es tu trabajo —continuó.
—Ya —asentí—. Esta bien. Está perdonado. ¿Algo más?.
—Por favor. Vuelve a trabajar en el club. Te prometo que no pasará más nada relacionado a lo anterior —dice como si de un juramento se tratara.
—¿Por qué quiere que regrese a trabajar? —pregunté mirandolo confundida. Sentía que había algo que no encajaba en toda esta insistencia.
—P-porque eres una buena empleada —dijo. Pero yo no le creía.
—Diga la verdad —demandé, seria.
Raspó su garganta y entonces empezó a hablar.
—Me hubieras podido decir que conocías a Jeon Jungkook ¿s-sabes? —y cuando dice eso, me estremezco.
—¿Dijiste...Jeon Jungkook? —repito. Despacio. Y analizando.
—Sí. Hubieramos podido ahorrarnos todo esto —suelta un suspiro—. Hyeri, soy un hombre joven. Todavía tengo muchas cosas que hacer. No quiero morir todavía. Así que por favor, regresa de nuevo al club. Nadie se meterá contigo. Te lo aseguro –insistió uniendo sus manos implorando.
Aún seguía procesando y analizando el hecho de que Jeon Jungkook estaba metido en eso. Y seguía preguntandome, ¿por qué le importaba tanto?. Dios...
—Esta bien...—murmuré finalmente luego de algunos pequeños minutos en silencio—. Regresaré.
—¿¡En serio!? —sonrió ampliamente—. Gracias, Hyeri. Eres increíble.
—Mhm.
—Te espero hoy en la noche ¿si?. Ten un buen día —canturreó contento antes de dirigirse a su coche y suspiré una vez más para tragar y dirigirme a mi universidad ya que iba algunos minutos tarde ya. Aun con Jeon Jungkook rondando en mi cabeza.
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Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔
FanficEstás en mi sangre. Estás en mis venas. Estás en mi cabeza. →𝐍𝐮𝐞𝐯𝐚 𝐯𝐞𝐫𝐬𝐢𝐨́𝐧. →𝐇𝐞𝐭𝐞𝐫𝐨𝐬𝐞𝐱𝐮𝐚𝐥 →+𝟏𝟗 →𝐂𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚𝐝𝐚. →𝐇𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚 𝐨𝐫𝐢𝐠𝐢𝐧𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐦𝐢́𝐚; 𝐜𝐞𝐫𝐨 𝐜𝐨�...