Cuarenta y seis

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     Jungkook;

—¿Desde cuando exactamente Sung trabaja para Xiumin? —le pregunté a Felix mientras él estaba sentado en uno de los sofás de mi oficina y yo me servía un poco de whisky en uno de los vasos; añadí dos cubitos de hielo y me dirigí hacia otro sofá. Frente a él.

—Creo que hace ya un mes y medio más o menos —contestó—. Recuerdo que...ese día Xiumin estaba planeando una estrategia para lavado de dinero, y Sung llegó. Implorandole que lo dejara estar con él.

Alzé una ceja, y tomé un breve sorbo del whisky.

—¿A que exactamente se dedica? —continué interrogando.

—Pues él y Xiumin andan literalmente la mayoría del tiempo juntos. Y Sung suele ayudarlo mucho cuando se trata de realizar movimientos aquí, en Seul —contesta. Chasquee la lengua.

—Sung nunca deja de sorprenderme —murmuré más para mi mismo. Suspiré, poniendo el vasito con solo un poco del whisky y cruce mis piernas mientras me relajaba y miraba al chico frente a mi—. ¿Estás seguro de que quieres ir encubierto a China? –le pregunté.

—Ya se que me dijo que con la información que le he dado es suficiente y que, mi hermana puede estar conmigo en cualquier momento. Pero...yo prefiero estar cerca cuando ocurra todo. Y asegurarme —respondió confiado y humedeci mis labios asintiendo lentamente.

—Cuando llegues a China, te encontrarás con un buen amigo mío —dije adentrando mi mano dentro de uno de los bolsillos de mi blazer sacando la targeta de Sunwoo. Se la tendí y él la tomó—. Luego de que pase todo, el te ayudará a Salir del país con tu hermana. Y Xiumin jamás te encontrara. En caso de que lo intente.

Él miró la targeta, y sonrió.

—Muchas gracias Señor Jeon —dijo con felicidad.

—De nada. Puedes irte —le indique. El asintió feliz y me hizo una reverencia antes de salir entusiasmado de mi oficina.

Me terminé el poco de whisky que me quedó y me levanté tomando mi saco ya que tenía algo que hacer. Hoy por la noche era la cena con Hyeri y quería comprar algo para ella.

Me adentré en uno de mis autos disponibles poniendo mi blazer en el asiento copiloto y ajusté mi cinturón de seguridad para dirigirme hacia una joyería de Tiffany & CO. Detuve el auto cuando llegué y bajé de este para dirigirme hacia la gran joyería. Cuando entré el aire acondicionado me rodeó, y obervé con atención las estanterías y los cuellos de maniquíes que poseían colgantes, al igual que en las manos -como brazaletes-. Entre otros.

—Jeon Jungkook —mi atención es captada por la propietaria; Choi Eunji.

—Hola —sonreí brevemente y ambos nos saludamos con un beso en la mejilla.

—Quedé sorprendida cuando me dijiste que vendrías —dijo sonriendo—. Sobre todo porque...si vienes es porque vas a comprar algo. Y no creo que sea para mi –dice con tono divertido. Y sonrío sin poderlo evitar.

Había conocido a Eunji muy joven. Porque su padre trabajó con mi padre. Fue durante el tiempo de preparatoria, y a pesar de que jamás llegamos a algo serio, admito que si pase buenos y divertidos momentos con ella.

—Me dijiste que querías que te apartara los mejores colgantes ¿no? —comienzo a caminar con ella. Hacia donde estaba una chica detrás del mostrador y sacaba varios colgantes encima de las cajitas de estos—. Aparté los que más me gustaron y que creo, que te gustarán a ti.

Miro los tres colgantes. Todos me parecieron atractivos, elegantes y finos. Y al verlos sabía que el que sea que eligiese le quedaría perfecto a Hyeri. Tomé el que más llamó mi atención.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora