Cincuenta

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                     Hyeri;

Nunca, o mejor dicho, jamás me cansaría de decir que despertar con Jungkook era una de mis cosas favoritas. Verlo dormir tan plácidamente mientras me rodeaba con sus brazos, y tener ese rostro de aparente inocencia y como si fuese un ángel era algo que queria seguir presenciando una y otra vez. Y podría hacerlo millones de veces que no había forma de que pudiera cansarme. Llevé mi mano hacia su pelo hecho un desastre y adentré mi mano dentro de este y entre los mechones. Acaricié suavemente, muy despacio para no despertarlo.

Seguidamente acaricié su mejilla y me apoyé en uno de mis brazos para besar suavemente esta. Entonces con cuidado me levanté de la cama y fui primeramente al baño a hacer pis. Para después bajar las escaleras en dirección a la cocina. Encontrando ya a la señora Ana allí.

—Buenos días —digo saludando amablemente al entrar a la zona.

Ella se gira y me sonríe haciendome una pequeña inclinación.

—Buenos días señora.

Pestañee varias veces ante aquella palabra que había utilizado para llamarme.

—No tiene que decirme señora —dije en seguida algo incómoda y riéndome levemente nerviosa.

—Le digo señor al señor Jeon —dice ella—. A usted le corresponde-

—Puedes decirme Hyeri —le rectifico ante que volviese a soltar el señora—. Y no tiene porque hablarme formal. ¿Ya preparó el desayuno? –pregunté.

—Estoy en eso —dijo ella.

—Bueno...no se preocupe. ¿Puedo encargarme de eso yo?. Le quiero llevar el desayuno a Jungkook —dije uniendo mis manos, haciendo un pequeñito puchero y mirándola inocentemente.

—Está bien —dijo—. Cualquier cosa que necesite puede llamarme.

—Mhm —le sonreí y ella me hizo una reverencia antes de salir por completo del lugar.

Sonreí complacida y entonces comencé a terminar de preparar el desayuno.

Cuando hice eso, tomé una bandeja poniendo lo que preparé en esta. Organicé con cuidado todo y bien bonito para que diese una imagen perfecta y presenciable.

Abrí con cuidado la puerta de la habitación y Jungkook seguía muy dormido en la cama pero esta vez estaba acostado bocabajo y con la sábana cubriendo a partir de su cintura. Y debía decirlo, pero este hombre incluso durmiendo semidesnudo y de esta forma era una obra de arte.

Dejé con cuidado la mesita con la bandeja en la cama y me subí despacio a su lado. Coloqué mi pelo hacia atrás y me acerqué a su mejilla. La que tenía hacia mi y empecé a besar esta despacio despertándolo poco a poco. Y fue tan lindo escucharlo suspirar y mumurar.

—Necesito esto todos los días —menciona con voz gruesa contra la almohada.

Sonreí divertida.

—Traje el desayuno —dije observándolo.

El bosteza, girandose lentamente mientras pasaba sus manos sobre su rostro frotando este tratando de despabilarse. Se incorpora, arrecostando su espalda en el cabecero y alcanzo la mesita poniéndola mas cerca a nosotros.

—Le pedí a la señora Ana que me dejara hacer el desayuno —dije mientras cogía un poco de omelette con el tenedor—. Prueba –le llevo el tenedor a la boca y el recibe este para comenzar a masticar. Lo miro curiosa–. ¿Está rico?.

Mastica y traga.

—Lo está —asintió—. Tus desayunos siempre van a hacer mis favoritos.

—No era necesario que me lo dijeras pero gracias —puntualizé presionando mi dedo en el medio de su pecho desnudo. Eso lo hizo sonreír divertido y tan seductor como era.

Never Be The Same #𝟏 |𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora