CAPÍTULO 3

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TRATO HECHO

Durante dos días vigilé los movimientos de toda la guardia. Me aprendí a la perfección los horarios, las rutinas y recorridos tanto por palacio como por los jardines. Sobre todo, tomé más atención en Devon para evitar que interfiriera en mi plan.

Así que, esa misma noche, elegí mi vestido más cómodo color púrpura y calcé mis viejos zapatos desgastados. Al salir por el balcón, la suave brisa erizó mi piel y opté por coger una túnica con capucha para que nadie supiera mi identidad.

Manos a la obra, aparté a un lado el armario de mi habitación y abrí la escondida puerta que daba a los pasadizos antiguos del castillo. Antes de marchar, me aseguré de que la almohada estuviera bien acomodada como si fuera mi cuerpo durmiendo y volví a cerrar la puerta. A pesar de la oscuridad, había recorrido esos pasillos tantas veces que conocía el camino a la perfección.

Atravesé mi habitación secreta y salí a la ciudad desde un sótano del que solo quedaban restos cuando aquello fue una bodega.

Por las calles de la ciudad, aireaba un ambiente peligroso y delincuente. A esas horas las familias adineradas y la clase media se resguardaban en sus casas con las puertas y ventanas totalmente cerradas. Solo quedaban jóvenes que se escapaban para las fogatas y otras sombras que no distinguía por la oscuridad.

En el camino, divisé dos figuras jóvenes corretear por las calles y concluí que se dirigían a las reuniones de las que me habló Cyra. Los seguí sigilosamente resguardándome entre las sombras de las calles. En cuanto noté que pararon de caminar, acerté que había llegado a mi destino. Muchos jóvenes reían y bailaban entre cantos y botellas de cerveza alrededor de un pequeño fuego. Abrí los ojos sorprendida al observar a muchos de ellos besándose sin importar la compañía de más personas a su alrededor.

Mi misión inicial era hacerme pasar por uno de ellos y poder sonsacar información a cualquiera. Sin embargo, comprendí que iban demasiado borrachos como para entender una palabra que les dijese. Aun así, no quise rendirme y puse un pie en la luz. Al instante, la voz de un guardia de palacio seguido de más compañeros sonó por toda la zona.

-¡Eh! ¿¡Qué os creéis que hacéis a estas horas!? -todos los fiesteros se sorprendieron con la agresividad del teniendo y corretearon para huir de la escena. -¡Todos a vuestras casas de inmediato!

Volví a esconderme en la oscuridad. El teniente pisoteó el fuego y reunió al resto de la tropa.

-Revisad la zona por si queda alguno.

La tensión invadió todo mi cuerpo al oír la advertencia. La entrada a palacio estaba dos calles atrás, y me sería casi imposible pasar desapercibida sin que me pillasen. Me había metido en un buen lío. Entre tantos pensamientos, olvidé por completo que estaban revisando las calles.

El grito de un guardia me sobresaltó por completo y no reaccioné de otra manera que salir corriendo.

-¡Eh tú! ¡Vuelve aquí! ¡No corras!

Me pisaba los talones por completo y mis rodillas comenzaban a cansarse por la carrera.

Justo en el instante que doblé una esquina, una mano me agarró del brazo para obligarme a entrar a una granja. Entonces oí la puerta cerrarse y la misma mano que me había agarrado me tapó la boca para evitar que hiciese cualquier ruido.

Entrecerré los ojos para adivinar quién era el sospechoso que me había salvado, pero entonces el guardia andando por la zona volvió a llamar nuestra atención. Esperamos unos minutos, y cuando nos aseguramos por completo de que se había marchado, encendió la luz de la granja. Solo hasta entonces me di cuenta de que el cuerpo de aquel extraño estaba totalmente pegado al mío dejándome atrapada contra la pared y que su mano seguía en mis labios.

Eclipse de Sol [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora